lunes, 21 de julio de 2008

Municiones nucleares de pequeñas dimensiones

Las municiones nucleares de pequeñas dimensiones constituyen un jalón importante en el desarrollo de la carrera armamentística. Se trata de cabezas, proyectiles y minas, dotados de un artefacto nuclear, cuyo peso resulta difícil de precisar. Cabe relegar al olvido los mitos sobre maletines nucleares, mochilas nucleares y balas nucleares, cargadas de 1,5 gramos de californio, masa crítica. Lo que nos interesa son las municiones nucleares clase de megatones, así como cargas nucleares que portan proyectiles artilleros, misiles tácticos y antiaéreos.

En los misiles estratégicos se instalan ojivas nucleares clase de megatones. El célebre cohete R-36 "Voevoda" (SS-18 "Satanás" según la clasificación de la OTAN) porta 10 cabezas autoguiados, con cargas de 550 a 750 kilotones. La potencia de este vehículo de reintrada múltiple equivale a 8.800 kilos.

Dicho sea de paso, en enero de 1992 Rusia asumió el compromiso unilateral, obligándose a dejar de producir las cabezas nucleares para misiles con base en tierra, proyectiles y minas. Manteniéndose en la senda del desarme nuclear, Rusia resolvió reducir en un tercio el arsenal nuclear táctico con base en mar (torpedos y misiles de crucero) y hacer recortes en un 50% en las bombas nucleares de aviación.

En septiembre de 1991 Estados Unidos se obligó a destruir todas las cargas nucleares que portaban misiles tácticos y proyectiles artilleros, así como a almacenar armas nucleares tácticas en bases centrales, dejando en Europa solo las bombas B61-11. Ante la ausencia de los acuerdos sellados, resulta imposible verificar el cumplimiento por los dos países de los compromisos asumidos a título unilateral.
En Rusia, según se desprende de algunos medios de prensa, las mini-cargas podrían dispararse de obuses de 152 mm, piezas de artillería "Pion" de 203 mm y morteros "Tulpan" de 240 mm. El peso es de 43,5, 110 y 130,7 kilogramos, respectivamente. La carga nuclear instalada varía de 15 a 20 kilos lo que permitiría catalogarla dentro de la categoría mini.

El autor de estas líneas insta en que EE UU y Rusia se hayan obligado a destruir municiones nucleares artilleros, ojivas nucleares instaladas en misiles tácticos, minas nucleares (solo Rusia) y armas tácticas con base en mar (EE UU) en el horizonte del año 2000. No existen informes oficiales sobre el cumplimiento de las partes de los compromisos asumidos en materia de desarme nuclear táctico. No obstante, según los datos del prestigioso Instituto Internacional de Estudios de los Problemas de la Paz de Estocolmo (SIPRI), hace algunos años EE UU y Rusia tenían en sus arsenales 1.650 y 3.590 municione nucleares tácticas, respectivamente, mientras en 2006 contaban con 500 y 2.330 municiones respectivamente.

Según los datos de las estructuras oficiales, Estados Unidos está llevando a cabo los trabajos de I+D en materia de creación de municiones de pequeñas dimensiones de elevada capacidad perforante. "En estos momentos importa disponer de armas capaces de destruir búnkeres a 300 metros de profundidad sin causar bajas entre la población civil", dijo un representante de alto rango del Pentágono en entrevista a "The Washington post".

Resulta evidente que tales cargas se utilizarían para destruir tanto los centros de mando subterráneos como las plantas nucleares subterráneas en Irán, Corea del Norte y otros países.
Expertos ponen en duda la posibilidad de crear proyectiles nucleares perforantes de pequeñas dimensiones. "Tales cargas no pueden alcanzar la profundidad suficiente que permita evitar la contaminación radioactiva del medio ambiente -comenta el experto del programa de ciencia y seguridad universal de la Universidad de Prinstone, Robert Nelson-. Incluso un proyectil de acero con carga nuclear se destruiría al impactar el suelo a velocidad superior a un kilómetro por segundo."

Los experimentos realizados recientemente han confirmado que el científico ha tenido la razón, insistiendo en la suya. Una carga nuclear de una kilotonelada hizo explosión a 30 metros de profundidad. Cabe señalar que las pruebas llevadas a cabo confirmaron que en cualquier caso el impacto del proyectil dejaba un embudo de 55 metros de diámetro y un 50% del suelo expulsado por la explosión contiene substancias radiactivas. La amenaza de contaminación ambiental está a la vista.

La contaminación radiactiva no es la única amenaza proveniente del posible empleo de proyectiles nucleares, diseñados para perforar refugios de hormigón armado. Hay motivos más que suficientes para prohibir el desarrollo de tales armas. Misiles estratégicos con cargas nucleares de orden de un megatonelada constituyen un instrumento de disuasión política, pero es poco probable su utilización posibles teatros de operaciones. Nadie osaría asestar el golpe nuclear que destruiría la mitad de un país y en caso que ataque masivo, acabaría con la vida en el planeta.

El ministro ruso de Defensa, Serguei Ivanov, y el jefe del Estado Mayor General, el general de Ejécito, Yuri Baluevski, en reiteradas ocasiones se pronunciaron en contra de desarrollo tales armas. No obstante, Rusia está llevando a cabo los experimentos en este dominio.
Según los medios de prensa norteamericanos, el misil estratégico "Bulava-30" con base en mar (SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN) porta un vehículo de reintrada múltiple, dotado de seis cargas nucleares autoguiadas.

Un periódico ruso publicó el artículo en el que se afirma que el misil estratégico SS-19 (Stiletto) resulta más eficaz por sus características que los sistemas Topol-M o Bulava, capaces de llevar una carga instalada de 750 kilotones. Importa señalar que las cargas instaladas en "Bulava" y en "Topol-M se estiman en 1200 kilogramos. Si el misil "Bulava" es capaz de portar seis ojivas nucleares, resulta evidente que el peso de cada una no sería superior a 200 kilos. A juzgar por todos los indicios, la cargas instaladas pesan menos de lo anunciado. El misil porta ojivas que han de burlar la defensa antibalística del enemigo potencial en la fase hipersónica de vuelo.

Una cabeza nuclear de las tres que se prevé instalar en "Topol-M" pesa solo 150 kilos. No es sino un arma nuclear con contenido de uranio-235 o plutonio-236 de 15-50 kilos.
A diferencia de las municiones nucleares "nimi-nukes" estadounidenses, destinados a perforar bunkeres blindados, los misiles rusos "Bulava-30" y "Topol-M" podrían utilizarse con fines de disuasión política del enemigo potencial.

Fuente: Víctor Litovkin de Ria Novosti
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