sábado, 19 de septiembre de 2009

Somalia: ¿un nuevo frente para EE.UU?

Los Estados Unidos acusan al grupo islamista al-Shabab de tener vínculos con al-Qaeda.
El último ataque de los Estados Unidos en suelo somalí -en el que presuntamente habría muerto el militante radical islamista Saleh Ali Saleh Nebhan- podría haber supuesto un duro golpe a la milicia al-Shabab y a al-Qaeda en el país africano. Pero además, para algunos expertos, la actuación de comandos sobre el terreno, podría implicar un cambio en la estrategia estadounidense hacia el país africano.

Poco a poco se van conociendo más detalles sobre el ataque aéreo estadounidense en el sur de Somalia. Testigos presenciales aseguraron que seis helicópteros atacaron un automóvil que viajaba por la carretera en dirección a la capital, Modadiscio, y fuentes somalíes confirmaron a la BBC que al menos seis personas podrían haber muerto en el ataque. "Todo indica que el objetivo era Saleh Ali Saleh Nebhan, militante islamista keniata de ascendencia yemenita que presuntamente estuvo involucrado en los ataques contra un hotel y un avión israelí en Kenya en 2002", apuntó el corresponsal de defensa y seguridad de la BBC, Nick Childs.

Según algunos analistas, Nebhan era uno de los hombres más próximos a Fazul Abdullah Mohamed, jefe de operaciones de al-Qaeda en África oriental. Los Estados Unidos consideran que ambos podrían haber participado en la organización de los ataques contra las embajadas estadounidenses en Tanzania y Kenya en 1998, en las que murieron más de 200 personas.
El experto en seguridad instalado en Somalia, André le Sage, comentó a la BBC que la muerte de Nebhan, si fuera confirmada, podría suponer un golpe duro para la capacidad operativa de al-Qaeda en la región.

En este sentido, el reportero de la BBC, Frank Gardner, apuntó que con esta operación, los Estados Unidos -además de obtener un objetivo importante- enviaron el mensaje de que Somalia no es un refugio seguro para los militantes radicales. Pero la operación contra Nebhan podría tener consecuencias más amplias.

Mientras los combates entre clanes rivales sacuden Somalia y la influencia de al-Qaeda aumenta, según Naciones Unidas, al menos tres millones de somalíes necesitan ayuda médica y alimentos urgentes. De acuerdo con algunos analistas, este ataque podría ser síntoma del inicio de un cambio de estrategia de los Estados Unidos hacia Somalia. Mientras que la mayoría de los ataques lanzados bajo la administración Bush en territorio somalí fueron con misiles y aviación, la última incursión implicó la utilización de equipamiento bélico y comandos sobre el terreno.
"Este cambio podría deberse a la naturaleza del objetivo y a los informes de inteligencia disponibles de esta operación puntual. Pero también podría responder a la preocupación creciente de Occidente sobre el papel de Somalia como refugio para grupos radicales islámicos que podrían estar desarrollando vínculos con otras organizaciones armadas extranjeras", señaló Childs.

Según un asesor del gobierno estadounidense en materia de seguridad, citado bajo condición de anonimato por el diario The New York Times, la utilización de comandos sobre el terreno se debe a un intento de la administración Obama de evitar muertes de civiles. Según esta fuente, las Fuerzas de Operaciones Especiales habían seguido de cerca de Nebhan desde hacía tiempo a la espera de encontrar el momento adecuado para atacarle minimizando los "daños colaterales".

A pesar de esto, Mohammed Olad Hassa, de la BBC en Mogadiscio, aseguró que el ataque aéreo levantó preocupaciones entre los somalíes, que temen que este tipo de operaciones empuje a los extremistas a más acciones. En este sentido, la organización al-Shabab prometió venganza por la operación aérea. "Los musulmanes devolveremos el golpe por este ataque sin provocación. Estamos investigando si algún somalí ayudó a los atacantes y, si así fue, se enfrentará al veredicto de Alá", amenazó un alto cargo de la organización al-Shabab, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias AFP.

En estos momentos, Somalia tiene un gobierno débil apoyado por Occidente y Naciones Unidas, que no logra imponer su autoridad a las milicias islamistas. El ejército de Estados Unidos formó parte de la ocupación de Somalia a principios de los '90 -concebida en principio como una estrategia de Naciones Unidas para luchar contra la hambruna- pero abandonó el país después de los duros combates de octubre de 1993 que causaron la muerte de 18 soldados estadounidenses y cientos de somalíes. Desde ese momento, el gobierno somalí ha sido casi inoperante y el país está sumido en el caos. "Mientras los combates entre clanes rivales sacuden Somalia y la influencia de al-Qaeda aumenta, según Naciones Unidas, al menos tres millones de somalíes necesitan ayuda médica y alimentos urgentes", sugirió Mark Doyle, corresponsal de asuntos mundiales de la BBC.

Fuente: BBC Mundo

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