jueves, 16 de febrero de 2012

Las múltiples caras de la forestación

Por Mercedes Manfroni para LA NACION
Un nuevo concepto de forestación. No sólo se trabaja cada vez más con bosques implantados, proceso que comenzó a gestarse hace 40 años, con el fin de proteger los bosques nativos. Sino que, además, empezó a generarse una diversificación de la actividad que no termina con la tala de la madera. Es que la industria forestal tiene un gran potencial de crecimiento. Sólo se industrializa el 50 por ciento de la madera que se produce.

Alto Paraná, una de las firmas forestales más importantes de la Argentina y del mundo, es un claro ejemplo de esta tendencia que busca agregar valor a los bosques implantados, maximizar los servicios ambientales y hasta generar energía alternativa a través de los desechos del proceso industrial. En su caso particular, también se está trabajando en la puesta en marcha de un emprendimiento turístico. Esta diversificación del negocio fue la que determinó que Alto Paraná recibiera el año pasado el premio a la Excelencia Agropecuaria La Nacion Banco Galicia. Esta empresa, de origen chileno, fue creada en 1975. Funciona en la Argentina desde 1996, en donde radicó el aserradero más grande de América latina, ubicado en Misiones.

En esa provincia la empresa tiene dos plantas más. Además, allí posee 233.000 hectáreas de bosques. Pero se fue expandiendo por el territorio nacional y ya posee emprendimientos en Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos, que suman 25 mil hectáreas más. Por año, factura 2500 millones de pesos. Cerca de 55% de su producción se destina al mercado externo y el resto al local. "Anualmente, implantamos entre 7000 y 9000 hectáreas, que equivalen a unos 13 millones de árboles", dijo Pablo Mainardi, gerente general de Alto Paraná, y agregó: "Nosotros sólo industrializamos bosques implantados".

De las 233.000 hectáreas que tienen en Misiones [provincia cuya superficie total es de 3 millones de hectáreas], la mitad fueron cultivadas por la empresa, mayoritariamente con pinos, pero también con algo de eucaliptos. La otra mitad son importantes reservas que no pueden tocar, entre ellas, la Reserva San Jorge que contiene los pocos Palos Rosas que quedan en la provincia y la mayor cantidad de sus Yaguaretés. "La idea es abrirla a la comunidad en forma muy cuidada y generar algunos proyectos turísticos", comentó Mainardi. Y anticipó que planean que la visita a la reserva se convierta en un paseo más de la oferta que tiene Misiones en materia de turismo.

Valor agregado
"Tenemos tres líneas de negocios para industrializar la ruralidad", dijo Mainardi, utilizando el concepto elegido por la presidenta Cristina Fernández y el Ministerio de Agricultura. Uno de los caballitos de batalla de Alto Paraná es la planta de MDF (tableros de madera de mediana densidad) que comenzó a funcionar en 2002, y requirió una inversión de 100 millones de dólares. Este producto se utiliza en la fabricación de muebles y en la construcción. Con él se consiguen mejores terminaciones que con el aglomerado.

El año pasado, se hizo otra importante inversión, de 50 millones de dólares, con la que se levantaron dos plantas. Una de ellas, de Celulosa Fluff, material que se utiliza para producir papel y papel tissue, como para fabricar el material absorbente que se usa para pañales. En la otra planta se recubren con melamina los tableros de MDF.

Hoy los mercados más importantes que tiene la Argentina para su celulosa son Brasil, Sudáfrica y China. A los dos primeros también se dirigen los tableros de MDF. Pero hay mercados a los que se exporta esporádicamente, como sucede con los países de Medio Oriente.

Según Mainardi, la crisis económica mundial deprimió los precios de los productos de la industria forestal. Por eso, para las empresas del sector, es importante mejorar la productividad de la actividad. Sobre la base de la selección de sus mejores variedades, Alto Paraná consiguió incrementar en un 50% el rendimiento de sus especies, en los últimos 15 años.

Energías alternativas
Pero hay otras formas de mejorar la competitividad de la empresa, que no dependen exclusivamente de la productividad de los bosques. Alto Paraná, a partir de los desechos de sus procesos industriales, comenzó a generar la energía para autoabastecerse. Se trata de energía limpia que se obtiene de la combustión de los desechos de la madera. Con la energía que sobra también se abastece a la red provincial.

De esta manera, no sólo se aprovechan los desechos y se ahorra energía, sino que también se genera huella de carbono positiva, condición que tienen en cuenta los mercados internacionales a la hora de importar un producto.

Aunque la humedad de Misiones hace poco probable la hipótesis de incendios, la empresa sabe que, frente a esos accidentes, "lo fundamental es llegar rápido", señaló Mainardi. Por eso es que Alto Paraná creó sus propias brigadas contra los incendios forestales y también trabaja con las comunidades para concientizar y capacitar a la gente para que pueda ayudar a evitarlos.

Con este tipo de inversiones, tan focalizadas en el largo plazo, cuya rentabilidad comienza a percibirse recién después de transcurridos los primeros 15 o 18 años, la Ley de Tierras y sus consecuencias merece un capítulo especial. "Lo que hay que esperar es que el decreto reglamentario contemple que los proyectos productivos y, especialmente los forestales, puedan seguir funcionando", dijo Mainardi, esperanzado. La preocupación de este sector, radica en el límite de hectáreas productivas que pueden estar en manos de extranjeros. En la pampa húmeda no pueden ser más de 1000 hectáreas. Estas dimensiones no alcanzan para satisfacer los requerimientos de la industria forestal.

OTRA FACETA

Recursos humanos.
La capacitación de los recursos humanos es otro aspecto fundamental que determina la productividad y que también está contemplado por Alto Paraná. La empresa sostiene dos colegios en Misiones: Los Lapachos, en Puerto Esperanza, con 493 alumnos, y Nuestra Señora de los Milagros, en Puerto Piraí, a la que concurren 450 estudiantes...

Plan.
Varios de los profesionales que hoy están trabajando en la empresa se formaron en los colegios que apoya Alto Paraná como parte de su programa de Responsabilidad Social Empresaria. En total, la empresa tiene 1700 empleados y se calcula que son 4000 personas las que trabajan de manera directa e indirecta.

500.000 Empleos
Son los que en forma directa e indirecta genera la forestación. Además representa poco más del 1 por ciento del producto bruto interno del país. El stock de madera es de 24 millones de metros cúbicos y se industrializa sólo el 50 por ciento de esa producción.

2500 Millones de pesos
Son los que factura Alto Paraná en la Argentina. Por año, la firma implanta entre 7000 y 9000 hectáreas, que equivalen a unos 13 millones de árboles. En Misiones posee 233.000 hectáreas y tiene emprendimientos en Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos.

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