jueves, 6 de junio de 2013

Corrupción: para muestra basta un botón

Editorial I del diario La Nación

Las investigaciones por enriquecimiento ilícito de funcionarios y ex asistentes de los Kirchner delatan cómo se abusa del Estado para fines ilegítimos
Haber formado parte del estrecho círculo de allegados a Néstor Kirchner en sus lejanos tiempos de hombre fuerte de Santa Cruz ha sido garantía de una veloz e indefendible prosperidad económica, como lo probarían los casos de los hoy más que florecientes empresarios Lázaro Báez y Rudy Ulloa Igor. También es el caso de alguien mucho menos conocido hasta que su nombre y trayectoria trascendió hace pocos días. Se trata de Ricardo Fabián Barreiro, un hombre de 56 años, que fue jardinero de la residencia de los Kirchner en El Calafate.

Hoy, Barreiro, pese a tener residencia fija en El Calafate, es "embajador cultural" en Clorinda, Formosa; coordinador en el Ministerio de Cultura de Entre Ríos, y empresario en varios rubros, tanto en Santa Cruz como en Tucumán, al tiempo que aparece contratado por el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna). Además, su hijo Pablo es el asistente personal de la Presidenta, y Sebastián, otro hijo, trabaja con la custodia personal de la primera mandataria.

El de Barreiro sólo se trataría de un caso curioso si, como decimos, el kirchnerismo no hubiera premiado tan sospechosamente en lo económico a sus hombres de confianza. Pasó, por ejemplo, con algunos secretarios y ex secretarios del matrimonio presidencial acusados de enriquecimiento ilícito, aunque luego fueron sobreseídos

Entre Ríos, provincia gobernada por el hiperkirchnerista Sergio Urribarri, le pagó a Barreiro 220.000 pesos en diciembre del año pasado por el alquiler de dos ómnibus durante un mes para trasladar estudiantes secundarios de escuelas públicas de Paraná a las instalaciones de Tecnópolis en Villa Martelli. La factura muestra que Barreiro está registrado como proveedor de la provincia.

En Clorinda, Barreiro es alguien muy cercano al intendente Manuel Celauro y se lo conoce como "embajador de Clorinda en Buenos Aires". El intendente reconoció: "Nos abrió un montón de puertas para gestionar".

En el Orsna, el multiempresario aparece contratado para el período que abarca desde el 1° de enero hasta el 31 de diciembre del corriente año para prestar servicios en la Gerencia de Recursos Económicos, Financieros y Control de Calidad.

Como empresario, tuvo a su cargo la finalización del hotel Altos de Amaicha, en Tucumán, y en enero pasado él y su familia inauguraron el restaurante Campo Grande en El Calafate. A su nombre se encuentran registradas varias empresas, algunas de ellas dedicadas a la gastronomía, otras a la recolección de residuos, una a la construcción en Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe, y otra, Cielo Patagónico Sur, es propietaria de un helicóptero valuado en 200.000 euros.

En los registros oficiales de Santa Cruz, Barreiro figuró hasta fines del año pasado como personal de la Secretaría General de la Gobernación en la residencia oficial de gobernadores en El Calafate. Por eso, se lo conoce en la provincia patagónica como el "jardinero de Kirchner".

Llama la atención tanto la variedad de rubros en los que incursiona Barreiro como la diversidad de los rincones de nuestra geografía en los que lleva a cabo su actividad económica, a miles de kilómetros de su domicilio declarado. Ambas características de su múltiple desempeño invitan a una lógica sospecha, máxime si también se tiene en cuenta que este hombre fue exonerado como administrador contable en la intendencia del Parque Nacional Los Glaciares, en El Calafate, donde se lo acusó de negligencia en el manejo administrativo. Las actuaciones constan en su legajo, así como su despido en 1991. Este solo antecedente debería haber impedido su contratación por otras provincias.

En otras oportunidades, también fueron denunciados por presunto enriquecimiento ilícito tres ex secretarios privados de Cristina Kirchner: Isidro Bounine, Daniel Álvarez y Daniel Muñoz, quien también se desempeñó como secretario de Néstor Kirchner. A esa nómina se suma también Fabián Gutiérrez, otro ex asistente de la actual jefa del Estado, que comenzó su carrera como cadete en 1994.

Los regímenes que buscan eternizarse en el poder suelen mostrar, en los tramos finales de su gestión, de qué sustancia están hechos. Es el período en el que comienzan a conocerse más casos de corrupción, al tiempo que los ya conocidos revelan facetas ignoradas. En conjunto, surge un cuadro en el que personajes como Barreiro ilustran cuál es el verdadero concepto de Estado del régimen gobernante: una herramienta para enriquecer escandalosamente a los más allegados...

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