viernes, 24 de enero de 2014

Las industrias volvieron a sufrir cortes para evitar el colapso del sistema

Por Pablo Fernández Blanco | LA NACION
Hubo llamadas desde el Gobierno a los grandes consumidores para que bajen la demanda; tuvieron que importar energía de Uruguay; apagón en el nordeste bonaerense

Después de una noche muy calurosa y una madrugada agobiante, el coordinador del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, designado por Julio De Vido al frente de la gestión oficial por los cortes de luz, empezó la mañana con la certeza de que ayer sería el peor día para cumplir con su tarea imposible: contener mediante llamadas telefónicas problemas en el sector eléctrico. Todas sus premoniciones se concretaron , a tal punto que por la tarde el Palacio de Economía, donde también funcionan Planificación e Industria, se quedó varios minutos a oscuras por problemas propios de su instalación.

A las 7, cuando empieza a notarse qué tendencia seguirá el consumo eléctrico, los números de Cammesa, la administradora del sistema eléctrico, eran elocuentes. A esa hora, la demanda era de 17.913,81 megavatios (MW), un 5,6% más que en el mismo momento del día anterior.

Una hora después comenzó el auxilio de los países vecinos para palear la situación. Desde las 8.05 comenzaron a llegar 654,23 MW desde Uruguay, como ocurre periódicamente desde que comenzó la crisis energética, en diciembre.

La curva de demanda siguió una sostenida tendencia al alza, hasta que Baratta tomó el teléfono. Se comunicó con técnicos de las distribuidoras Edenor y Edesur y les pidió que realizaran cortes a industrias, la primera colina a entregar antes de afectar a hogares siempre que hay problemas en el suministro.
Las órdenes fueron impartidas entre las 10 y las 12 del mediodía. Cada pedido requirió una baja de 100 MW.

De esa manera, se quitaron durante la mayor parte del día 400 MW, un 1,7% de la demanda, que en el pico de las 15.10 fue de 23.489 MW. Ésa fue la hora más crítica para el sistema: tres transformadores de la zona de Rosario que opera la empresa Transener, una sociedad en la que participan Pampa Energía (dueña de Edenor), Electroingeniería y la estatal Enarsa, salieron de inmediato de servicio y causaron un corte de 1776 MW, un 7,56% del consumo hasta ese momento. El desperfecto tuvo efectos más evidentes que las llamadas de Planificación: provocó un corte masivo de luz en Rosario y problemas en el norte de Buenos Aires. La mayor parte del problema se resolvió en aproximadamente 20 minutos, pero la falta de luz perduró en algunos barrios hasta la noche. El desperfecto también provocó cortes en las industrias ubicadas en la ciudad santafecina y en San Nicolás (Techint es una de ellas). En la misma lista ingresaron refinerías petroleras y otros complejos fabriles.

De acuerdo con referentes del negocio, estaban dadas todas las condiciones para que, si no ocurría el incidente de Rosario, se superara el récord de demanda para un día hábil, que fue de 24.034 MW, el 20 de este mes.
La Secretaría de Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires informó a través de un comunicado, reproducido por Télam, que poco después del inconveniente el 80% de los usuarios "bonaerenses afectados recuperaron el servicio, mientras que el resto será solucionado en las próximas horas".

La tarde no le dio tregua al Gobierno en materia eléctrica. Antes de que el incidente de Rosario fuera repuesto, ocurrió otro desperfecto en la línea NOA. Entre las 16.40 y las 16.45 se cayeron del sistema otros 207 MW; es decir, casi la mitad del corte que había requerido el Gobierno en la zona de la Capital y el Gran Buenos Aires.

Acompañar con el ejemplo
A las 16.50 un corte en el edificio de Economía hizo sentir en carne propia a los funcionarios los problemas que se extendieron en las últimas semanas en todo el país. Por un problema interno del Palacio, todo el edificio estuvo sin luz por entre 10 y 15 minutos, el tiempo necesario para que se pusieran en marcha los generadores propios de la sede. Hasta las 18.30, por lo menos, no funcionaba el aire acondicionado, una señal inequívoca, para quienes trabajan allí, de que el edificio aún funcionaba con un servicio eléctrico precario.

Al final del día, el temeroso pronóstico de "tormentas que podrían llegar a ser fuertes o severas, pudiendo provocar abundante caída de agua, ocasional caída de granizo y muy fuertes ráfagas", que anunciaba el Servicio Meteorológico Nacional -si llegan, disminuirán la demanda eléctrica debido a la baja prevista de las temperaturas-, era la única esperanza que tenían para pasar hoy un día con menos sobresaltos..

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