martes, 29 de julio de 2014

Refugios de colectivos:falta renovar la mitad y muchos ya están rotos

Pintadas. Un grafiti, sobre el vidrio de uno de los nuevos refugios, en Plaza Constitución, donde pasan un millón de personas por día./ FOTOS: DIEGO WALDMANN(Clarin.com) - Mobiliario urbano - Tampoco funcionan muchos de los dispositivos para ciegos y es común que les tachen los números de línea. Empezaron a instalarlos en 2012 tras décadas de demora. Tienen pintadas y daños en asientos, techos y carteles.

Pintadas. Un grafiti, sobre el vidrio de uno de los nuevos refugios, en Plaza Constitución, donde pasan un millón de personas por día./ FOTOS: DIEGO WALDMANN
Los presentaron como parte de un mobiliario de vanguardia que estaría a la altura de las grandes ciudades del mundo. Los nuevos refugios para esperar el colectivo se dijo que tenían productos antivandálicos, comodidades tales como asientos para los pasajeros y un plus necesario: dispositivos sonoros para personas no videntes. Pero a dos años del lanzamiento –que llegó con décadas de demora– y pese a que todavía falta poner la mitad, muchas de las nuevas paradas ya se ven rotas, pintadas o, incluso, con esos dispositivos destruidos. Desde el Gobierno porteño aseguran que el vandalismo es el peor enemigo de todo lo que construye o mantiene en espacio público. Pero aclaran que en este caso los arreglos de lo que se rompe es responsabilidad de las empresas que ganaron la licitación para llevar adelante los diseños y la instalación.

En la avenida Montes de Oca, por caso, los dispositivos sonoros que deben informar qué colectivos paran ahí, ya no funcionan. Cerca del cruce con Martín García hay una que solo emite un ruido uniforme, como de radio mal sintonizada. En Constitución, justo en la vereda de Brasil, a metros de la salida principal, tampoco anda. De fondo, las nuevas dársenas amarillas que fueron colocadas en noviembre de 2012, funcionan a medias. En algunos casos falta información sobre qué colectivos paran en las distintas paradas o, si está, está inaccesible: por altura, o por ubicación.

No es un dato menor: en esa zona transitada por un millón de personas al día, el Ejecutivo porteño inició un plan para mejorar todo el entorno de la estación cabecera del Roca y de la línea C del subte y también el de la plaza, que ahora tiene luces LED que cambian de color o caen como lágrimas. Constitución es el principal centro de trasbordo del país y por ahí pasan 34 líneas de colectivos. Pero el mantenimiento de la obra que empezó hace un año y medio no da abasto para soportar el paso de tanta gente.

Las nuevas paradas grandes de colectivos empezaron a verse en la Ciudad primero en el corredor norte, como en avenida Del Libertador o Figueroa Alcorta. Después se colocaron sobre Córdoba, Santa Fe, Las Heras y Callao; y hacia el sur en Garay. Un tramo de Cabildo también ya las tiene. Y se ven en Retiro. En números representa la mitad: de los 1.900 refugios que se van a renovar y que fueron prometidos en 2012 para toda la ciudad recién se instalaron 1.004.

Sin embargo, muchos de ellos ya exhiben irregularidades. En avenida Independencia, entre Boedo y avenida La Plata, hay paradas vandalizadas o rotas. Y en Caballito también hay casos de refugios atacados o con dispositivos que no funcionan. Sobre todo a la altura de Rivadavia, en la zona del Parque Rivadavia. En avenida Córdoba, entre Alem y la 9 de Julio, están mezcladas las viejas y nuevas. Incluso casi llegando a San Martín hay un poste de la línea 45 que está pegado a un contenedor de residuos, como un obstáculo.

También se vieron contenedores pegados a paradas de las líneas 29, 91 y 109 en distintas partes de sus recorridos.

En la avenida Sáenz, donde se está trabajando en el asfalto, ya ni siquiera hay paradas viejas. Las líneas que quedaron fuera del Metrobús (165 y 112, por ejemplo) aún no tienen nueva demarcación. Los usuarios esperan de memoria, o por indicación de comerciantes. En avenida San Martín pasa lo mismo.
“Los refugios y los postes de las paradas de colectivos tienen un dispositivo sonoro y una placa Braille para personas no videntes, mediante una voz que reproduce el número de las líneas y su recorrido”, decía el informe oficial de presentación de los modernos refugios. Los modelos ganadores habían sido elegidos en un Concurso Nacional de Ideas organizado por la Sociedad Central de Arquitectos. Según el ministerio que las coordina, son las empresas que ganaron las licitaciones para explotar los refugios (Grupo al Sur/Wall Street, PC Publicidad y Sarmiento Publicidad) las que deben responsabilizarse de que funcionen siempre, como prometieron en la firma del contrato, que fue firmado a cambio de US$ 30 millones.

Clarín les consultó sobre el tema y no obtuvo respuestas.

En las paradas sin refugio también hay demoras e incumplimientos, incluso modelos viejos mezclados con los nuevos. Pese a que los postes deben tener información de las líneas y sus recorridos algunos solo tienen pegado un sticker.

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