lunes, 11 de mayo de 2015

“El Club del Millón”, los policías extorsionadores

(Clarin.com) - Corrupción en Córdoba. Son seis ex agentes de la Federal. Los juzgan por comandar una asociación ilícita que obligaba a comerciantes a pagar para evitar secuestros, amenazas y detenciones ilegales.
En el juicio. Los policías acusados, junto a sus abogados, en el proceso que lleva adelante el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba. DANIEL CACERES
 En el juicio. Los policías acusados, junto a sus abogados, en el proceso que lleva adelante el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba. DANIEL CACERES

Si algo no les faltaba era vanidad. Se hacían llamar "El Club del Millón", porque esa cantidad de pesos era la que pretendían reunir por mes, mediante extorsiones a comerciantes, desde que habían asumido en la jefatura de la Delegación Córdoba de la Policía Federal, a fines de 2007. La historia, como todas, tuvo un final, aunque no el esperado por los agentes, porque terminaron presos. Ahora están siendo juzgados y mañana será la etapa de alegatos.

El 23 de abril de 2008, cientos de personas que circulaban por la plaza San Martín -la principal de Córdoba, frente a la Catedral y el Cabildo Histórico- se conmocionaron al ver que cinco miembros de la Policía Federal (PFA) eran detenidos en un espectacular operativo encabezado por agentes encapuchados del grupo de choque de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Por poco no hubo un enfrentamiento a tiros entre ambas fuerzas.

Por entonces, el subcomisario de la Federal, Claudio Bongi -tercero en jerarquía de la Delegación Córdoba- logró escapar y se guareció en la sede de la Fuerza, en avenida Yrigoyen y Derqui. Minutos después, agentes de la PSA allanaron el edificio y lo apresaron: "Estoy yendo a ver qué está pasando en la plaza San Martín, no estoy detenido y tengo mi arma, mire", le dijo Bongi esa vez a Clarín al subir al móvil de la PSA. El ardid le duró poco, cuando lo esposaron y le secuestraron su arma.

Ahora, siete años después, esos policías federales, entre ellos el ex delegado de la PFA cordobesa, comisario Walter Claudio González Galzerano, son juzgados por 14 hechos de extorsión, privación ilegítima de la libertad agravada, abuso de autoridad y asociación ilícita.

El 18 de abril del 2008, un "arbolito" que vendía dólares en forma ilegal en una "cueva" de la Galería San Martín denunció ante la fiscal Graciela López de Filoñuk que policías federales lo amenazaban a él y su familia para que pagara una cuota mensual para "protección" de eventuales allanamientos, secuestros de dinero y detenciones.

La primera visita de los policías corruptos, propia de la mafia, ocurrió el 31 de marzo de ese año -casi dieciocho días antes de la denuncia-, cuando agentes federales uniformados y de civil coparon la galería ubicada frente a la plaza San Martín -en pleno microcentro- y allanaron locales de compra y venta de oro y "cuevas" financieras.

En el juicio que se lleva adelante en el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba, un testigo se sentó frente a los seis policías, los miró a la cara y recordó ante los jueces una frase que aún hoy retumba en su cabeza: "Acordate que tenés familia, esposa, hijos. Gordo, pensá en ellos si no pagás".

El testigo recordó que se reunió con tres de los policías que están siendo juzgados -Héctor "Pipa" Gómez, Marcelo Saldaño y Antonio Terlikar-. "Ellos sabían que yo era el más débil de todos los comerciantes, por eso me eligieron de interlocutor para que convenciera a los otros de que pagaran la cuota", dijo. Además del comisario González Galzerano y del subcomisario Bongi, está siendo juzgado el policía Armando Miguel Montoya.

Un policía federal complicó la situación de los acusados. "Apenas llegué de Buenos Aires, González Galzerano me ofreció integrar una brigada de delitos ambientales para encontrarles faltas a fábricas, estaciones de servicio y apretarlos para que pagaran $ 5.000 mensuales, pero yo me negué", sostuvo el oficial principal retirado Víctor Elcides Bresso.

En el juicio, otra testigo declaró: "En esa época tenía mis hijos chiquitos. Saldaño y otro me daban miedo, amenazaban a mi papá para que pagara lo que le exigían".

Para el fiscal Maximiliano Hairabedian, la banda era comandada por el subcomisario Bongi. No obstante, el jefe de la Delegación Córdoba de la PFA, González Galzerano, tramitaba órdenes en la Justicia federal para los allanamientos y detenciones ilegales.

Una de las pruebas que complican al ex jefe de la Federal en Córdoba es un almuerzo que mantuvo en una conocida parrilla del Parque Sarmiento con el entonces presidente del Centro de Comerciantes Mayoristas, Héctor Luna. Allí, el comisario González Galzerano y otro policía le advirtieron a Luna para que los socios del Centro Mayorista abonaran una cuota mensual para no ser molestados.

Esa semana hubo una serie de operativos policiales sin órdenes judiciales contra camiones con mercadería. Los choferes fueron detenidos y las cargas fueron decomisadas por presuntas infracciones aduaneras. Hasta que Luna finalmente entregó a los federales un listado de "aportantes".

Seis meses estuvieron presos Bongi, Gómez, Saldaño, Terlikar y Montoya. En diciembre de 2008, el jefe de la Policía Federal, comisario general Néstor Valleca, nombró al comisario Daniel Saldívar al frente de la Delegación Córdoba, quien en dos años de gestión tuvo la misión de intentar devolverle transparencia y eficiencia a la Fuerza.

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