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sábado, 8 de agosto de 2020

Por pedido de Xi Jinping, el Gobierno ratificó el acuerdo con China por la estación espacial en Neuquén

Por Martín Dinatale - Infobae.com
En el Boletín Oficial de ayer se promulgó el tratado aprobado por el Congreso en la gestión de Cristina Kirchner. El hecho se da justo cuando Beijing giró USD 18.000 millones en swaps al Banco Central
El hecho se da justo cuando Beijing giró USD 18.000 en swaps al Banco Central (Télam)
El Gobierno acaba de promulgar la ley que en 2015 habilitó la instalación de una estación espacial de Beijing en Neuquén y que está manejada por la agencia China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) que depende del Ejército Popular chino.

Por pedido expreso de la administración de Xi Jinping, el presidente Alberto Fernández publicó ayer en el Boletín Oficial la resolución 30917/20 que estableció la ratificación del Tratado Internacional sellado durante el gobierno de Cristina Kirchner para instalar la polémica base de avistaje lunar chino que especialistas norteamericanos y de la Unión Europea aseguran que podría tener un uso dual: es decir, la exploración de uso pacífico al espacio y al mismo tiempo la eventual intercepción de satélites.

La promulgación de la ley aprobada en febrero del 2015 resulta llamativa no sólo porque se da casi con cinco años de demora sino porque fue publicada la misma semana en que el Banco Central renovó el swap de monedas con el Banco Central de China por USD 18.500 millones.

Con esa operatoria el BCRA mantiene en su poder una importante porción de sus reservas, cercana al 42%, y la Argentina ratifica a la vez el acuerdo político con China una vez cerrado el acuerdo con los bonistas de Wall Street por la deuda externa argentina.

Según señalaron anoche a Infobae altas fuentes de la Casa Rosada, la decisión de promulgar en el Boletín Oficial el acuerdo de la estación espacial con China fue por un pedido del gobierno de Xi Jinping que Alberto Fernández ordenó concretar de manera inmediata a la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra.

La resolución del Boletín Oficial sólo contempla la ratificación del acuerdo con China y establece el anexo de las 15 páginas que contemplaba el acuerdo de ambos países que aprobó el Congreso en 2015.

En su momento el tratamiento de esa ley desató una fuerte queja de la oposición porque el tratado le otorga a China una concesión de 200 hectáreas en la localidad neuquina de Bajada del Agrio, con una exención impositiva por 50 años, sólo le permite a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) el uso de la antena espacial una hora y 40 minutos diarios y el personal que maneja esa base es totalmente chino. No sólo eso, sino que dependen del Ejército Popular de China.

La decisión de Alberto Fernández de continuar el proyecto espacial de China en Neuquén no es novedosa. El ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, confirmó a Infobae en febrero de este año que “el acuerdo firmado entre Argentina y China en 2014, y refrendado por el Congreso en 2015, sigue vigente”.

No solo esto. El ministro que tiene bajo su órbita a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) explicó que no estaba previsto ningún cambio en el programa con respecto al año pasado ya que “las actividades han seguido su curso de acuerdo a como se planificaron y en concordancia con los acuerdos firmados entre ambos países para el de la Estación”.

En el Boletín Oficial de ayer se promulgó el tratado aprobado por el Congreso en la gestión de Cristina Kirchner. (Télam)

Detalles del acuerdo

La promulgación a destiempo de la ley podría responder a dos cuestiones elementales: un olvido propio de la dirigencia política argentina o bien la decisión de China de añadir en adelante algún otro componente técnico en la estación espacial que están previstos en el tratado.

Por ejemplo, el artículo II del Tratado bilateral prevé, entre otras cosas, que “las Partes alientan la cooperación para el desarrollo conjunto de vehículos espaciales; instrumentos para uso espacial; infraestructura terrestre para la investigación y el desarrollo de vehículos espaciales; la construcción y operación de estaciones terrestres para la recepción, seguimiento, telemetría y control de vehículos espaciales y los servicios de lanzamiento, seguimiento y control para satélites, asi como gestión y desarrollo de tareas en órbita”.

Y el punto 7 de de ese mismo artículo sostienen: que será viable “la cooperación en aplicaciones de satélites de telecomunicaciones, de navegación y de teleobservación”.

Anoche en la Casa Rosada aseguraban que se promulgó la ley en el Boletín Oficial por el descuido de las gestiones anteriores de Cristina Kirchner o de Mauricio Macri de ratificar por el Poder Ejecutivo la norma aprobada en el Congreso y que no hay nada extraño en eso. Aunque las fuentes consultadas admitieron que se trató de un pedido expreso de China.

Durante el gobierno de Mauricio Macri se continuó con el acuerdo sellado con China aunque se agregó un anexo para especificar que la estación espacial de Neuquén sea para uso pacífico y no militar. El ex ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao amagó con dar mayor transparencia a las actividades que los técnicos chinos realizan en Bajada del Agrio y que se desconoce en detalle. Se evaluó enviar a la base de Neuquén a un grupo de legisladores, técnicos de universidades y periodistas para inspeccionar la estación de China pero nunca se logró concretar esa idea.

El Ministerio que conduce Salvarezza ratificó también ante Infobae un informe técnico que elevó la CONAE que sostiene que la base de Neuquén “tiene por objetivo el apoyo al Programa chino de Exploración de la Luna” y se encuentra en operación desde el mes de abril de 2018. Habrá que evaluar si legalmente correspondía ejecutar estas operaciones sin haber estado promulgada aun la ley.

El mismo informe al que accedió Infobae sostiene que la estación de Neuquén es una de las tres bases en el mundo (junto a otras dos que están en China) dedicadas exclusivamente a dar soporte terrestre a la misión Chang’e 4, que descendió en la cara oculta de la Luna.

Para el Gobierno brindar apoyo a la instalación de esa estación espacial en nuestro país “conlleva el beneficio de su uso por parte de nuestra comunidad científica para proyectos nacionales y/o en cooperación internacional, y ha abierto camino para nuevos proyectos espaciales a los que se sumará la Argentina”.

Según el informe de la CONAE este beneficio se orienta en dos direcciones: el uso para observación radioastronómica y para Telemetría, Telecomando y Control (TT&C) de misiones interplanetarias al espacio profundo.

También se aclaró que desde la puesta en marcha de su funcionamiento la base China en Neuquén “ya comenzó a realizar observaciones radioastronómicas por parte de investigadores argentinos, con el objeto de acercar esta tecnología de punta a la comunidad científica local y crear capacidades nacionales para su aplicación”.

El hecho se da justo cuando Beijing giró USD 18.000 en swaps al Banco Central (Télam)

Las objeciones

La CONAE compara las actividades de la estación de China en Neuquén con la antena Deep Space 3 de la Agencia Espacial Europea en Malargüe, Mendoza. Sin embargo, los técnicos de Estados Unidos y Europa aclaran que esa estación espacial de la Unión Europea responde a una agencia civil y no al ejército como en el caso de China.

Según dijo el Gobierno, en la estación de Bajada del Agrio hay personal de CONAE instalado permanentemente en el sitio y personal de esa Comisión concurre periódicamente a la Estación. También señalaron que “la CONAE es una entidad certificante ante la AFIP para la adquisición e importación de bienes y servicios por parte de CLTC, el organismo encargado de la red de estaciones terrenas de China, que opera la Estación”. Y aclararon que la cooperación de CONAE con CLTC se realiza “exclusivamente con fines pacíficos” de acuerdo con el Tratado de Naciones Unidas sobre los Principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio Ultraterrestre, incluso la Luna y otros Cuerpos Celestes (1967), del cual tanto Argentina como China son parte

El 13 de diciembre de 2018 la CONAE recibió la visita de la delegación china presidida por el Consejero Superior de la China Launch and Tracking Control General, Huang Quisheng, junto a representantes de Xi’an Satellite Control Center (XSCC), Beijing Aerospace Command Center (BACC) y Beijing Institute of Tracking and Telecommunication Technology (BITTT).

En ese encuentro los delegados chinos expresaron el agradecimiento a la CONAE por el apoyo brindado a la Estación de Neuquén. Luego la CONAE lanzó el primer “Anuncio de Oportunidad” para presentar propuestas científicas para el uso de la estación de observación del espacio profundo ubicada en cercanías de Bajada del Agrio.

Según se dijo, la iniciativa pondrá a disposición de la comunidad científica nacional la antena de 35 metros de diámetro y equipamiento asociado para proyectos de radioastronomía, geofísica, entre otras aplicaciones durante el período 2019-2021. Sin embargo, hasta ahora todo se mantiene bajo un fuerte hermetismo.

De hecho, en octubre del 2019 durante la reunión anual de la Comisión Permanente para el Desarme de la ONU se dio un cruce entre China y Estados Unidos, promovido inusitadamente por Argentina. Según consta en las actas de esa conferencia, a las que accedió este medio, y que se titulan bajo el rótulo "Prevención de una carrera de armamentos en el espacio exterior", la delegación argentina que encabezaba el embajador Carlos Foradori planteó la necesidad de acordar un programa de prevención y limitación a las estaciones espaciales por su eventual potencial para interceptar satélites.

Los delegados de Estados Unidos y el Reino Unido sostuvieron como “amenazas” el “atasco, cegamiento, colisión como arma” de los satélites interceptados desde bases espaciales. También hubo expertos de esos países que mencionaron el uso de la “guerra electrónica”, al evaluar que los satélites pueden verse afectados en su funcionamiento por el uso de rayos láser para dañar los sensores ópticos y la posibilidad de que se usen objetos espaciales de servicio por satélite para mover o dañar objetos espaciales.

Sin embargo, tras el arduo debate en Ginebra, China y Rusia se opusieron tajantemente a la propuesta argentina de ejercer mayores controles a las estaciones de avistaje lunar en el mundo y no se pudo concretar la idea.

lunes, 13 de julio de 2020

La pionera carrera satelital argentina y sus retos: un lanzador y exportación

Por Aitor Pereira - Infobae
Fotografía cedida este miércoles por la Comisión Naconal de Actividades Espaciales (CONAE) de Argentina que muestra una fase de la elaboración del satélite Saocom 1B en abril de 2019, en la provincia de Córdoba (Argentina). EFE/Conae Argentina
Fotografía cedida este miércoles por la Comisión Naconal de Actividades Espaciales (CONAE) de Argentina que muestra una fase de la elaboración del satélite Saocom 1B en abril de 2019, en la provincia de Córdoba (Argentina). EFE/Conae Argentina

(EFE).- Argentina es el país de Latinoamérica con mayor desarrollo en el fabricación y operación de satélites, una industria pionera que se sustenta sobre un cosmos de compañías nacionales que ahora tienen dos retos principales a futuro: exportar su tecnología y desarrollar un lanzador propio.
Para finales de marzo estaba programado el lanzamiento de un nuevo satélite argentino, el Saocom 1B, diseñado para la observación terrestre, pero debido a la pandemia de la COVID-19 se tuvo que posponer. Ahora las autoridades negocian una nueva fecha, que esperan que sea entre agosto y octubre, para la puesta en órbita con la compañía estadounidense SpaceX, propiedad del magnate Elon Musk.

Argentina puede cubrir todas fases en la vida de un satélite a excepción de la puesta en órbita, por lo que tiene que contratar este servicio con empresas extranjeras, lo que supone un gran gasto de transporte y dependencia externa, y que ha llevado a la industria nacional a trabajar desde hace años en el desarrollo de un cohete propio que verá la luz en los próximos años.

CAPACIDAD DE LANZAMIENTO, EL ÚLTIMO ESLABÓN
"Un aporte importante de nuestros próximos proyectos va a estar en ese rango, contar con un vehículo lanzador nos permite poder decidir o tener esa capacidad de acceso al espacio en el momento exacto en el que el satélite está listo", indicó a Efe el director ejecutivo y técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), la agencia espacial argentina, Raúl Kulichevsky.

El CONAE busca, en colaboración con el sector privado, desarrollar esta lanzador, conocido como proyecto Tronador, desde hace más de dos décadas, un tiempo en el que el desarrollo fue irregular debido a los vaivenes de presupuesto y que ahora se encuentra en una fase avanzada, por lo que apuntan a 2024 como fecha final.

El primer vehículo lanzador de Tronador está pensado para "satélites de órbita baja de observación de la tierra, con órbitas cercanas 600 kilómetros de altura y peso de 600 o 700 kilos".
Estas son las características de Saocom 1B, que aguarda su lanzamiento en Estados Unidos, a donde fue transportado en "uno de los aviones de carga más grandes del mundo", lo que supuso un "gran esfuerzo logístico y económico".

Cuando este satélite esté en órbita se complementará con el Saocom 1A, de iguales características y lanzado en 2018, y cerrará la primera fase del proyecto Saocom, que permite una observación y análisis de la superficie terrestre, arrojando datos para la investigación científica y mejora de sectores productivos como la agricultura.

EXPORTAR TECNOLOGÍA

Tanto los satélites Saocom, destinados a la observación terrestre, como los de la familia Arsat (telecomunicaciones) fueron diseñados principalmente por la compañía Invap, una empresa argentina que durante años ha desarrollado esta tecnología y que ahora busca posicionarse en el mercado internacional.

"Nosotros estamos apostando muy fuerte, el mercado nacional ya es nuestro y el gran desafío es convertirnos en un referente global y comercializar en el mundo, estamos dando muy buenos pasaos en ese sentido", afirmó a Efe el gerente del área espacial de Invap, Gabriel Absi.

Para ello la compañía se ha presentado a varias licitaciones internacionales para la fabricación de satélites completos y ya ha exportado partes de los mismos a países como Brasil, a quien vendió el ordenador principal del Amazonia 1, cuyo lanzamiento está programado para este año.

La tecnología que desarrolló esta compañía le ha servido también para implementar un área de defensa y seguridad, en la que produjeron 23 radares para vuelos comerciales (en el 2000 Argentina solo contaba con 3 radares de este tipo en todo el país) y de uso militar, instalando para la Fuerza Aérea seis radares en la frontera norte para el seguimiento de vuelos ilegales.

Otra de las compañías que integra el nutrido entramado satelital argentino es Veng, creada con el objetivo de desarrollar el lanzador Tronador y expandida a otras áreas de la actividad espacial, como la operación de estaciones terrestres o procesamiento de imágenes satelitales, y también se encuentra en una fase de internacionalizar sus servicios.

"Si los proyectos de Argentina siguen en marcha, empresas como Veng y otras tantas tienen la oportunidad de demostrar al mundo las capacidades tecnológicas argentinas, eso es fundamental para que puedas exportar esa tecnología", manifestó a Efe el gerente general de Veng, José Luis Randazzo.
Veng se encarga también de comercializar las imágenes que obtienen con el satélite Saocom, un producto con gran demanda internacional ya que Argentina es, junto a Japón, el único país con satélites con banda L que permiten estudiar la superficie terrestre, lo que tiene aplicaciones para agricultura, hidrología, medioambiente y gestión de emergencias naturales y antrópicas, entre otras.

MEJORA EN TELECOMUNICACIONES CON VISIÓN REGIONAL

Además de los satélites de observación terrestre, que gestiona CONAE, Argentina cuenta también con satélites de telecomunicaciones, a cargo de la compañía estatal Arsat, que dispone de una constelación de dos satélites (Arsat I y II) a la que se sumará un tercero que se encuentra en construcción y que permitirá mejoras en las comunicaciones de toda la región.

El nuevo satélite, que Invap ya está diseñando, se llamará SGI y contará con avances en relación a sus predecesores como un sistema de propulsión eléctrica que no necesita combustible líquido, lo que permite recudir su peso a la mitad y abaratar sus costes, principalmente para el lanzamiento, en el que cada kilogramo tiene un costo aproximado de 30.000 dólares.

Su lanzamiento está programado para mediados de 2023 y con él Arsat podrá garantizar uno de sus objetivos principales, el "acceso universal a la tecnología de la información y telecomunicaciones", en un contexto en el que el país cuenta con una rede de fibra óptica de unos 32.000 kilómetros a la que los lugares más remotos no pueden acceder, por lo que tienen que tomar señal satelital.
"Necesitamos llegar a muchos más hogares en zona remota, del orden de 100.000, que están lejos de la fibra óptica, por eso surge la necesidad del SGI", manifestó a Efe el presidente de Arsat, Pablo Tognetti.

La huella de SGI abarcará todo el territorio nacional y de los países limítrofes, a los que podrá ofrecer servicios, una posibilidad que "se está analizando".

La expansión es parte del plan futuro de Arsat, bien sea a través de servicios directos como la señal satelital, o acompañado al sector espacial argentino. "Nuestro objetivo pasa por participar o apoyar programas de exportación involucrando tecnología espacial argentina, satélites o lo que sea. Arsat hace sus propios desarrollos de la estación terrena", agregó Tognetti.

La industria satelital de Argentina cuenta con un gran número de actores, que representan al sector público y privado, y aunque cada uno tiene sus intereses propios comparten una visión grupal de seguir avanzando y dar a conocer el poder de una tecnología nacional de la que pocos países pueden presumir.

jueves, 12 de marzo de 2020

La Fuerza Espacial necesitará inteligencia espacial

Por: Nathan Strout - DefenseNews

El vicepresidente Mike Pence, derecha, jura en la Fuerza Aérea. El general John Raymond, izquierda, como jefe de operaciones espaciales el 14 de enero de 2020. (Steve Helber / AP)

El ejército tendrá que reforzar su inteligencia espacial a medida que se levante, la Fuerza Espacial de los Estados Unidos dice que el vicecomandante del nuevo servicio.

“Lo que realmente necesitamos más son elementos de un dominio de lucha de guerra y servicio militar que han faltado a lo largo de los años. Necesitamos nuestra propia capacidad de inteligencia central ”, dijo el Vicecomandante de la Fuerza Espacial, Teniente General David Thompson.

Tradicionalmente, tanto la comunidad militar como la de inteligencia han visto el espacio como una ventaja para reunir inteligencia, pero a medida que los militares cambian a verlo como un dominio de guerra en lugar de un entorno benigno, la necesidad de inteligencia sobre el espacio ha aumentado. Eso incluye saber qué objetos están en el espacio, dónde están, qué capacidades tienen y qué amenaza representan para los activos militares y de inteligencia de los EE. UU.

Para Thompson, eso significa que la naciente Fuerza Espacial necesitará desarrollar sus propias capacidades de inteligencia a medida que se vuelva cada vez más independiente de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

"Necesitamos miembros militares uniformados de la Fuerza Espacial, que entiendan profundamente la inteligencia espacial", dijo el vicecomandante.

Thompson también ve la necesidad de que la comunidad de inteligencia desarrolle sus propias capacidades de inteligencia espacial para apoyar a la Fuerza Espacial y al Comando Espacial de los Estados Unidos. Si bien los líderes de la Fuerza Espacial han hablado con frecuencia sobre su estrecha relación con la agencia de inteligencia más activa en el espacio, la Oficina Nacional de Reconocimiento, Thompson dijo que las capacidades actuales de inteligencia espacial de la comunidad no satisfarían la necesidad.

"Probablemente necesitemos aumentar el enfoque empresarial global de la comunidad de inteligencia en el espacio", dijo Thompson. "Tiene algunas organizaciones con un gran conocimiento técnico y de inteligencia profunda de las capacidades espaciales hoy en día, pero probablemente es demasiado pequeño para la tarea que tiene por delante, y tiene que ayudarnos a construir, no es broma, oficiales de inteligencia uniformados como nosotros que entienden la tierra combate, que entienden el combate marítimo, que entienden el combate aéreo ".

Actualmente, el Comando Espacial de los Estados Unidos se basa principalmente en el Centro Nacional de Defensa Espacial y el Centro Nacional de Inteligencia Aérea y Espacial para la inteligencia espacial, aunque se ha pedido un nuevo centro nacional de inteligencia espacial para coordinar y desarrollar inteligencia espacial para la Fuerza Espacial.

El mayor general John E. Shaw, ahora comandante del Comando de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial, explicó la justificación de dicho centro en la Cumbre de Inteligencia y Seguridad Nacional el 5 de septiembre.

“Vamos a tener que hacer crecer profesionales de inteligencia para el dominio espacial que soporten inteligencia operativa y fundamental para una guerra potencial que se extiende al espacio. Ese será un enfoque importante para nosotros ”, dijo. “En el corto y mediano plazo, una Fuerza Espacial probablemente aprovechará lo que ya está en [National Air and Space Intel Center]. Es posible —posible— que en el futuro haya un centro nacional de inteligencia espacial separado ”.

lunes, 17 de febrero de 2020

Estación espacial en Neuquén: el Gobierno ratificó que seguirá adelante el polémico acuerdo con China

Por Martín Dinatale - mdinatale@infobae.com
El ministro de Ciencia y Tecnología dijo que no habrá cambios en el plan de exploración de los chinos; el tratado fue firmado por Cristina Kirchner y lo cuestionan EE.UU y la Unión Europea por su eventual uso militar

En su estrategia geopolítica de mantener un equilibrio diplomático entre Washington y Beijing, el gobierno de Alberto Fernández decidió ratificar y profundizar el acuerdo firmado con China para el desarrollo de la estación espacial en Neuquén que maneja una agencia estatal dependiente del Ejército Popular de China, cuyas actividades fueron objetadas desde la Unión Europea y Estados Unidos.

El ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, confirmó a Infobae que “el acuerdo firmado entre Argentina y China en 2014, y refrendado por el Congreso en 2015, sigue vigente”.

No solo esto. El ministro que tiene bajo su órbita a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) explicó que “no está previsto ningún cambio en el programa con respecto al año pasado ya que las actividades han seguido su curso de acuerdo a como se planificaron y en concordancia con los acuerdos firmados entre ambos países para el de la Estación”.

De esta manera, el Ministerio de Ciencia y Tecnología ratificó el acuerdo sellado entre la Argentina y China que contempla la explotación casi exclusiva de una antena de “avistaje lunar” (el 90% del tiempo diario de explotación), una exención impositiva por 50 años y la entrega de 200 hectáreas en la localidad neuquina de Bajada del Agrio donde opera la agencia China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) que depende del Ejército Popular chino.

Se trata de un acuerdo que inició Cristina Kirchner en su último año de mandato y que fue duramente cuestionado por Estados Unidos y la Unión Europea por el eventual uso dual de la antena que se levanta en Neuquén. Es que los especialistas de países europeos y de Washington tienen profundas sospechas de que esa antena de la estación de Neuquén podría interceptar satélites o intervenir intervención de otros países desde la Argentina de manera indiscriminada.

Alberto Fernández decidió no poner objeción alguna a este acuerdo y mantener el statu quo con China bajo el aval de la vicepresidenta. De hecho, el Gobierno tiene previsto profundizar los lazos con la administración de Xi Jinping. Hay una invitación del presidente chino que está siendo evaluada en la Cancillería.

Durante el gobierno de Mauricio Macri se continuó con el acuerdo sellado con China aunque se agregó un anexo para especificar que la estación espacial de Neuquén sea para uso pacífico y no militar. El ex ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao amagó con dar mayor transparencia a las actividades que los técnicos chinos realizan en Bajada del Agrio y que se desconoce en detalle. Se evaluó enviar a la base de Neuquén a un grupo de legisladores, técnicos de universidades y periodistas para inspeccionar la estación de China pero nunca se logró concretar esa idea.
Los técnicos chinos manejan toda la operatoria de la estación espacial de Neuquén (Télam)
Los técnicos chinos manejan toda la operatoria de la estación espacial de Neuquén (Télam)
El Gobierno tiene previsto dar continuidad a las relaciones con China. De hecho, Fernández ya designó al embajador de carrera Luis Kreckler para ir a Beijing y puso como segundo a un colaborador estrecho de Cristina Kirchner como es Sabino Vaca Narvaja.

El Ministerio de Ciencia y Tecnología que ahora lidera Salvarezza además de ratificar el polémico acuerdo avaló todas las actividades que allí realizan los chinos con la CONAE. En rigor, la comisión espacial de la Argentina solo tiene por ley la posibilidad de explorar en la antena de Bajada del Agrio una hora 40 minutos por día. El resto del tiempo es de uso exclusivo para los técnicos de la CLTC de China.

Actividades de la CONAE

El Ministerio que conduce Salvarezza ratificó también ante Infobae un informe técnico que elevó la CONAE que sostiene que la base de Neuquén “tiene por objetivo el apoyo al Programa chino de Exploración de la Luna” y se encuentra en operación desde el mes de abril de 2018.

El mismo informe al que accedió Infobae sostiene que la estación de Neuquén es una de las tres bases en el mundo (junto a otras dos que están en China) dedicadas exclusivamente a dar soporte terrestre a la misión Chang’e 4, que descendió en la cara oculta de la Luna.

Para el Gobierno brindar apoyo a la instalación de esa estación espacial en nuestro país “conlleva el beneficio de su uso por parte de nuestra comunidad científica para proyectos nacionales y/o en cooperación internacional, y ha abierto camino para nuevos proyectos espaciales a los que se sumará la Argentina”.

Según el informe de la CONAE este beneficio se orienta en dos direcciones: el uso para observación radioastronómica y para Telemetría, Telecomando y Control (TT&C) de misiones interplanetarias al espacio profundo.

También se aclaró que desde la puesta en marcha de su funcionamiento la base China en Neuquén “ya comenzó a realizar observaciones radioastronómicas por parte de investigadores argentinos, con el objeto de acercar esta tecnología de punta a la comunidad científica local y crear capacidades nacionales para su aplicación”.

La CONAE compara las actividades de la estación de China en Neuquén con la antena Deep Space 3 de la Agencia Espacial Europea en Malargüe, Mendoza. Sin embargo, los técnicos de Estados Unidos y Europa aclaran que esa estación espacial de la Unión Europea responde a una agencia civil y no al ejército como en el caso de China.

Según dijo el Gobierno, en la estación de Bajada del Agrio hay personal de CONAE instalado permanentemente en el sitio y personal de esa Comisión concurre periódicamente a la Estación. También señalaron que “la CONAE es una entidad certificante ante la AFIP para la adquisición e importación de bienes y servicios por parte de CLTC, el organismo encargado de la red de estaciones terrenas de China, que opera la Estación”. Y aclararon que la cooperación de CONAE con CLTC se realiza “exclusivamente con fines pacíficos” de acuerdo con el Tratado de Naciones Unidas sobre los Principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio Ultraterrestre, incluso la Luna y otros Cuerpos Celestes (1967), del cual tanto Argentina como China son parte.

El ministro de Ciencia y Tecnología Roberto Salvarezza ratificó la continuidad del acuerdo con China (@RCSalvarezza)El ministro de Ciencia y Tecnología Roberto Salvarezza ratificó la continuidad del acuerdo con China (@RCSalvarezza)

El 13 de diciembre de 2018 la CONAE recibió la visita de la delegación china presidida por el Consejero Superior de la China Launch and Tracking Control General, Huang Quisheng, junto a representantes de Xi’an Satellite Control Center (XSCC), Beijing Aerospace Command Center (BACC) y Beijing Institute of Tracking and Telecommunication Technology (BITTT).

En ese encuentro los delegados chinos expresaron el agradecimiento a la CONAE por el apoyo brindado a la Estación de Neuquén. Luego la CONAE lanzó el primer “Anuncio de Oportunidad” para presentar propuestas científicas para el uso de la estación de observación del espacio profundo ubicada en cercanías de Bajada del Agrio.

Según se dijo, la iniciativa pondrá a disposición de la comunidad científica nacional la antena de 35 metros de diámetro y equipamiento asociado para proyectos de radioastronomía, geofísica, entre otras aplicaciones durante el período 2019-2021. Sin embargo, hasta ahora todo se mantiene bajo un fuerte hermetismo.

viernes, 11 de octubre de 2019

La Argentina y Rusia firmaron un protocolo para la utilización pacífica del espacio exterior

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(Telam) - Se trata de un convenio para la exploración y uso con fines pacíficos del espacio exterior que posibilitará fortalecer los lazos de cooperación en ese campo.



La Argentina y Rusia suscribieron en la Cancillería un convenio para la exploración y uso con fines pacíficos del espacio exterior que posibilitará fortalecer los lazos de cooperación en ese campo, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

El acuerdo fue firmado por el director Ejecutivo y Técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), Raúl Kulichevsky, y el director General Adjunto de la Corporación Estatal Roscosmos, Mikhail Khailov.

Se trata del "Protocolo entre el Gobierno de la Federación de Rusia y el Gobierno de la República Argentina sobre Cooperación en el Campo de la Exploración y Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos", indicó en un comunicado la cartera que conduce Jorge Faurie.

martes, 27 de agosto de 2019

Récord roto: X-37B de la Fuerza Aérea en el espacio 719 días seguidos (¿Es esto una máquina de guerra?)

Por Dario Leone - The National Interest - Traducción Desarrollo y Defensa
¿Qué está haciendo? 
Con 719 días de vuelo espacial orbital y contando, la misión X-37B actual, conocida como Orbital Test Vehicle (OTV-5), ha batido un nuevo récord de duración de vuelo espacial   que anteriormente se estableció en 717 días, 20 horas y 42 minutos durante el misión anterior (OTV-4).

Según  Space.com , el OTV-5, comenzó el 7 de septiembre de 2017, con un despegue sobre un cohete SpaceX Falcon 9. No está claro qué está haciendo el avión espacial allí ahora, o qué ha hecho en vuelos pasados; Las misiones X-37B están clasificadas, y la Fuerza Aérea, por lo tanto, tiende a hablar del vehículo y sus actividades en términos generales.

La campaña de prueba parece implicar impulsar la resistencia del X-37B porque cada una de las cinco misiones ha durado más que su predecesora.

Sin embargo, OTV-5 no está cerca del récord general de duración del vuelo espacial. Los satélites de observación y comunicaciones de la Tierra operan comúnmente durante cinco años o más, al igual que los exploradores planetarios robóticos. El  rover Curiosity de la NASA ha estado explorando Marte durante más de siete años, por ejemplo, y las sondas gemelas Voyager de la agencia aún se están fortaleciendo en el espacio interestelar más de cuatro décadas después de sus lanzamientos.

El vehículo de prueba orbital X-37B, u OTV, es un programa de prueba experimental para demostrar tecnologías para una plataforma de prueba espacial confiable, reutilizable y no tripulada para la Fuerza Aérea de los EE. UU. (USAF), indica el servicio. La Fuerza Aérea tiene al menos dos X-37B, los cuales fueron construidos por Boeing. Los objetivos principales de la X-37B son dobles; tecnologías de naves espaciales reutilizables para el futuro de Estados Unidos en el espacio y experimentos operativos que pueden devolverse y examinarse en la Tierra.

El X-37B es el primer vehículo desde el  Shuttle Orbiter  de la NASA con la capacidad de devolver experimentos a la Tierra para su posterior inspección y análisis, pero el X-37B puede permanecer en el espacio durante mucho más tiempo.

Las tecnologías que se prueban en el programa incluyen guía avanzada, navegación y control, sistemas de protección térmica, aviónica, estructuras y sellos de alta temperatura, aislamiento conforme reutilizable, sistemas de vuelo electromecánicos livianos, sistemas de propulsión avanzados, materiales avanzados y vuelo orbital autónomo, reentrada y aterrizaje. .

La Fuerza Aérea ha volado con éxito cuatro misiones X-37B, OTV-1 a OTV-4, comenzando con su primer lanzamiento el 22 de abril de 2010 desde la Estación de la  Fuerza Aérea de  Cabo Cañaveral , Florida. OTV-1 a OTV-3 aterrizaron con éxito en Vandenberg AFB, California, y la misión más reciente, OTV-4, aterrizaron con éxito en el  Centro Espacial Kennedy , Florida. Las primeras cuatro misiones de OTV han pasado un total de 2.085 días en órbita, verificando con éxito el vuelo reutilizable del X-37B, tecnologías de reentrada y aterrizaje, así como experimentos operativos para beneficiar a la comunidad espacial nacional. 

martes, 30 de julio de 2019

China lanza más satélites de vigilancia

Por Andrew Tate, Londres - Jane's Defense Weekly - Traducción Desarrollo y Defensa

China lanzó otros tres satélites de detección remota Yaogan-30 en órbita el 26 de julio utilizando un cohete portador Long March-2C. Fuente: Xinhua

China lanzó tres satélites de detección remota Yaogan-30 más desde el Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang en el suroeste de China el 26 de julio, según un informe de la agencia estatal de noticias Xinhua.

El informe dice que los satélites, que fueron puestos en órbita por un cohete portador Long March-2C, se utilizarán principalmente para la detección electromagnética y las "pruebas tecnológicas relacionadas".

Se cree ampliamente que los satélites Yaogan-30 están diseñados para fines de inteligencia de señales militares (SIGINT) y pueden ubicar geográficamente plataformas militares, particularmente buques de guerra, interceptando transmisiones electromagnéticas como el radar.

Los satélites funcionan como trillizos, ubicados en una proximidad relativamente cercana, que pueden medir la diferencia angular o temporal de la llegada de señales interceptadas, a partir de las cuales se puede determinar la posición de la fuente.

Los satélites se han posicionado en una órbita terrestre baja con una altitud de 600 km y una inclinación de 35 °.

Los primeros cuatro grupos de trillizos Yaogan-30 se lanzaron durante un período de cuatro meses, desde septiembre de 2017 hasta enero de 2018. El lanzamiento del último grupo aumenta el número de satélites en la constelación a 15.

viernes, 26 de abril de 2019

La Fuerza Aérea de EE. UU. desarrolla el anillo satelital ESPA 'EAGLE' con capacidad de propulsión

Por Pat Host, Washington, DC - Jane's International Defense Review - Tradución Desarrollo y Defensa
El Experimento de Laboratorio Geosincrónico Aumentado ESPA del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL, por sus siglas en inglés), el EAGLE se exhibirá en el Día del Laboratorio del Pentágono el 25 de abril de 2019. La capacidad de propulsión de EAGLE lo convierte de un simple anillo ESPA en un satélite completamente funcional. Este modelo no está a escala. Fuente: IHS Markit / Pat Host

La Fuerza Aérea de EE. UU. (USAF) ha desarrollado un anillo 'ESPA' que tradicionalmente se utiliza para adjuntar las cargas útiles secundarias a los niveles superiores en los lanzamientos espaciales y lo convirtió en un satélite completamente independiente y funcional.

El Experimento de Laboratorio Geosincrónico Aumentado (ESPA)  es un Adaptador de Carga Útil Evolutivo Gastable (EELV) que  no solo incrementa la cantidad de satélites que se pueden colocar en el espacio en un solo lanzamiento, sino que también permite su propulsión química de propulsión a bordo. Para mover sus satélites a las órbitas deseadas, el capitán Chris Tommila, ingeniero jefe de EAGLE, dijo a Jane, el 25 de abril en el Día de Laboratorio de 2019 del Pentágono.

Brian Weeden, director de planificación de programas de Secure World Foundation, dijo a Jane's el 25 de abril que las capacidades de propulsión hacen que EAGLE sea único. Si bien los anillos normales de la ESPA suelen ser lugares para unir cargas útiles secundarias a una etapa superior, Weeden dijo que EAGLE puede separarse de la etapa superior, maniobrar y operar por su cuenta, y luego desplegar independientemente los satélites conectados a ella. 

EAGLE se lanzó en abril de 2018 en la misión del Comando Espacial de la Fuerza Aérea 11 (AFSPC-11) y ha estado en órbita durante aproximadamente un año. Una de las misiones de EAGLE es demostrar un diseño de vehículo espacial basado en ESPA maniobrable que permita seis o más naves espaciales desplegables o alojadas en órbita geosincrónica.

EAGLE brinda la oportunidad de compartir el costo de lanzamiento, así como brindar servicios esenciales en órbita, como energía, comunicaciones, propulsión, señalamiento y navegación para los experimentos de carga útil que no pueden pagar el costo total de un cohete host.

Una de las cargas útiles clave de EAGLE fue la nave espacial Mycroft despegable y desarrollada por AFRL. El objetivo de Mycroft es realizar operaciones seguras de naves espaciales cerca de la órbita terrestre geosincrónica (GEO), según AFRL. La Secure World Foundation dijo en un informe de abril de 2019 que EAGLE se separó de la etapa superior de AFSPC-11 en la región GEO y posteriormente desplegó al menos tres satélites pequeños.

domingo, 21 de octubre de 2018

Argentina desató un contrapunto diplomático entre China y EE.UU por la base espacial de Neuquén

Por Martín Dinatale - mdinatale@infobae.com - Infobae.com
La diplomacia argentina planteó en la ONU la necesidad de controlar las bases espaciales para que intercepten satélites; hubo apoyo de Washington pero China se opuso
La base china instalada en Neuquén vuelve a generar alarma (Foto: Télam)
La base china instalada en Neuquén vuelve a generar alarma (Foto: Télam)

La dura pulseada entre Washington y Beijing no se limita al plano comercial. Un insólito cortocircuito diplomático entre China y Estados Unidos desató la la Argentina en la Comisión Permanente de Desarme de Naciones Unidas al sugerir que las estaciones espaciales diseminadas en todo el mundo sean sometidas a un rígido sistema para evitar la intercepción de satélites.

El origen de esta polémica, en el caso de nuestro país, tiene nombre y apellido: la base de avistaje lunar que el gobierno de Xi Jinping instaló desde el 2015 en Neuquén y que la administración de Donald Trump ya alertó en reserva sobre su eventual uso dual y su posible potencialidad para interceptar satélites.

El entredicho diplomático de Washington y Beijng ocurrió el 11 de septiembre pasado en Ginebra pero sólo se conoció la semana pasada cuando un grupo de legisladores argentinos del oficialismo y la oposición, liderado por el presidente provisional del Senado Federico Pinedo, visitó las dependencias de Naciones Unidas en Suiza.

Durante la reunión anual de la Comisión Permanente para el Desarme de la ONU se dio el cruce entre China y Estados Unidos, promovido inusitadamente por Argentina. Según consta en las actas de esa conferencia, a las que accedió Infobae, y que se titulan bajo el rótulo "Prevención de una carrera de armamentos en el espacio exterior", la delegación argentina que encabeza el embajador Carlos Foradori planteó la necesidad de acordar un programa de prevención y limitación a las estaciones espaciales por su eventual potencial para interceptar satélites.

La preocupación tanto de Estados Unidos como de algunos países europeos sobre el eventual uso militar de la base de China en Neuquén viene de arrastre. Cuando llegó al poder en el 2016, Mauricio Macri exigió a la administración de Xi Jinping firmar un anexo al acuerdo que había sellado Cristina Kirchner para avalar esa base sólo bajo la taxativa prerrogativa de que sea para "uso pacífico". La estación situada en la localidad de Bajada del Agrio sobre 200 hectáreas manejadas y controladas por el Ejército Popular de China tiene una excensión impositiva a 50 años ya estaba en funciones por lo que China aceptó firmar esa adenda pedida por Macri.

Sin embargo, tanto el gobierno de Trump como de algunos países europeos plantean que la base de Neuquén podría interceptar satélites en el futuro inmediato por medio de la antena de más de 70 metros allí instalada.

Si bien la base de Neuquén no es la única estación espacial en el mundo que podría tener un uso dual, el tema surgió solapadamente y sin que la Argentina diera un nombre concreto alguno durante el debate de la ONU en Ginebra. Hubo una larga discusión de más de 45 minutos sobre el tema.

La propuesta argentina

La delegación argentina propuso la necesidad de imponer restricciones de desarme a las bases espaciales. Los delgados diplomáticos de Estados Unidos y el Reino Unido avalaron la iniciativa argentina. Pero se planteó una férrea oposición de China avalada por Rusia.

En el punto II, 7 del acta de esa reunión y bajo el título de "Amenazas" se dejó en claro que "algunas delegaciones expresaron la grave preocupación por la búsqueda y el uso de sistemas (ASAT) con capacidades". Para ello, se planteó "prevenir el desarrollo y prueba de esas capacidades incluyendo a aquellos con base terrestre como una cuestión de urgencia".

Así, se alertó sobre "el uso de esas bases espaciales que podrían crear nubes de paredes de larga duración que podrían afectar en el largo plazo la sustentabilidad de esas actividades del espacio exterior".

Los delegados de Estados Unidos y el Reino Unido sostuvieron como "amenazas" el "atasco, cegamiento, colisión como arma" de los satélites interceptados desde bases espaciales. También hubo expertos de esos países que allí mencionaron el uso de la "guerra electrónica" al evaluar que los satélites pueden verse afectados en su funcionamiento por el uso de rayos láser para dañar los sensores ópticos y la posibilidad de que se usen objetos espaciales de servicio por satélite para mover o dañar objetos espaciales.

También quedó plasmado en el acta de ese debate que "la tecnología detrás de al menos algunas bases espaciales son de doble uso por naturaleza. Hay sistemas que tienen usos legítimos, beneficiosos pero que también son inherentemente capaces de ser utilizados para interferir con el espacio de otros operadores de sistemas".

Según comentaron a Infobae fuentes diplomáticas que estuvieron en Ginebra durante ese debate, la delegación de la Argentina solicitó que se añadiera en el informe de la Comisión Permanente de Desarme una referencia "relativa a la necesidad de prevenir el desarrollo de capacidades de observación desde una base terrestre susceptibles de ser utilizadas con propósitos antisatélites".

Sin embargo, la delegación de China, con el aval de Rusia, reaccionó negativamente a esa solicitud señalando la imposibilidad de juzgar las intenciones con las que son utilizadas ciertas capacidades pensadas para usos pacíficos.

Allí fue cuando las delegaciones de Estados Unidos y el Reino Unido tomaron la palabra en apoyo de la sugerencia de Argentina y anadieron que si bien la intención de una estación espacial no podía juzgarse, la problemática debía analizarse muy seriamente atento a que el desarrollo de dichas capacidades constituía una amenaza para muchos países.

Finalmente, y atento a la necesidad de llegar a un pronto consenso respecto del informe, el debate quedó trunco y se resolvió postergar cualquier decisión para el futuro.

¿Por qué China no aceptó la propuesta de la Argentina de restringir el uso de las bases espaciales a la posible intervención satelital?

Funcionarios de la Cancillería argentina y del Ministerio de Defensa consultados por Infobae fueron taxativos al dar una respuesta: "China sabe que la antena instalada en Neuquén puede ser de uso dual", dijeron.

Es decir, que la posibilidad de que esa estación de espacial de China en Neuquén sirva en el futuro para interceptar satélites es un hecho probable más allá de que se haya firmado un anexo para asegurar el "uso pacífico" de la base de Bajada del Agrio.

A su vez, una calificada fuente del Ministerio de Defensa admitió que el ministro Oscar Aguad ya planteó esta preocupación al más alto nivel y tiene "sospechas de actividades no autorizadas" por la Argentina en esa base china en Neuquén que está manejada por el Ejército Popular de Xi Jinping.

Por el momento no se evalúa un pedido formal para controlar esa estación espacial aunque en el Ministerio de Defensa aseguraron sin vueltas: "es evidente que no podemos desconocer lo que otro país hace en nuestro territorio".

Debate interno en el Gobierno

El tema genera un debate interno en el Gobierno entre el Ministerio de Defensa y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) que por el acuerdo sellado con China tiene posibilidad de uso de esa antena durante una hora y 40 minutos diarios pero que no puede interferir en su administración y uso.

El jefe de Gabinete Marcos Peña expresó en junio de este año en un informe escrito que emitió al Congreso que la CONAE apoya al Programa Chino de Exploración Lunar (CLEP) que entró en operación en abril de 2018, para "brindar apoyo durante el lanzamiento del satélite lunar de comunicación remota, QueQiao -etapa preliminar antes del lanzamiento de la misión Chang-E 4, prevista para fin de este año".

Además, Peña aclaró en la respuesta escrita que dio al Congreso que la CONAE "está trabajando en la formulación de un Llamado de Oportunidad, tendiente a convocar a la comunidad científica de cara a la proposición de diferentes proyectos de uso técnico de la infraestructura disponible" para que en el futuro los recursos humanos de la Argentina que tomen intervención en la estación de China "reciban cursos de entrenamiento correspondiente en el uso del equipamiento de la Estación". No se menciona el posible control de la base.

También en el informe del jefe de Gabinete al Congreso se detalló que los proyectos de la estación espacial de China en Neuquén "son comunes a realizar con la estación DS3 de la ESA (de la Unión Europea) en Malargüe, por ser ambas estaciones muy similares".

Sin embargo, hay un detalle no menor a tener en cuenta: la embajada de la Unión Europea en la Argentina aclaró a Infobae que la estación espacial de Mendoza está manejada por la Agencia Espacial Europea (ESA) que es una organización civil internacional con 22 Estados miembros. Es decir, que no interviene allí el ejército de ningún país.

Las advertencias a la Argentina de Estados Unidos y de algunos países europeos sobre el eventual uso de intercepción de satélites de la estación de Neuquén fueron reiteradas en los últimos dos años.

Según pudo saber Infobae, durante la reciente visita a la Argentina del jefe del Pentágono James Mattis, el militar norteamericano planteó categóricamente la preocupación de Washington sobre este tema. Durante una reunión en el Ministerio de Defensa con Aguad, los representantes del Estado Mayor Conjunto y miembros del gabinete de Macri se habló del tema abiertamente y con tono de advertencia de parte de Washington.

"Tomamos nota y vamos a trabajar en esa preocupación de Estados Unidos que es entendible", admitió un funcionario del Gobierno sobre los planteos de Mattis. Dos semanas después de ello, el jefe del Comando Sur, el almirante Kurt Tidd, también dejó planteada su preocupación por el presunto "uso dual" de la estación espacial de China ante la administración de Macri en la visita que hizo a la Argentina.

Durante una entrevista a la revista DEF que publicó Infobae el almirante Tidd dijo que "China tiene una influencia económica enorme". Y destacó que "hay preocupación, porque la influencia económica a veces encierra motivos ulteriores. El punto crítico consiste en que cuando se observa la relación de los Estados Unidos con los países de toda la región, preferimos hablar de la sociedad duradera y las oportunidades que tenemos a futuro de seguir trabajando juntos de forma muy positiva. Eso es lo que charlamos con el ministro Aguad, el general Sosa y el resto de los pares de la región.

En esa oportunidad, DEF le preguntó al jefe del Comando sur concretamente:
-¿Tiene el Comando Sur una opinión sobre la base espacial que tiene China en territorio argentino?
-Eso es cuestión del gobierno de Argentina y de sus Fuerzas Armadas, dijo.

También el almirante Tidd negó que haya una base militar estadounidense en Neuquén. "Lo explicamos muchas veces. Se trata de un Centro de Respuesta a Crisis Humanitarias que fue solicitado. Está enfocado en atender a civiles ante una catástrofe humanitaria", destacó y volvió a deslizar la preocupación de Estados Unidos sobre el avance de China en la región.

El debate entre China y Estados Unidos en el Comité Permanente de Naciones Unidas que despertó la Argentina por el uso de las bases espaciales en el mundo fue una muestra clara de que el tema es preocupante, que hay reacciones defensivas y que son muchos los que exigen al Gobierno que tome medidas respecto de los controles en el futuro inmediato sobre la base de Neuquén.

martes, 28 de agosto de 2018

Disparar armas nucleares desde el espacio es más difícil de lo que parece

Por Kyle Mizokami - Popular Mechanics -Traducción Desarrollo y Defensa
Tres décadas después de la "Guerra de las Galaxias" de Reagan, poner los interceptores de misiles en órbita sigue siendo una mala idea.
Concepto del artista Martin Marietta Corp.:
 Concepto del artista Martin Marietta Corp.:TIME LIFE PICTURES
¿Podría el tío Sam derribar las armas nucleares de Kim Jong-un desde el espacio? Tal vez no.

Durante décadas, Estados Unidos ha reflexionado sobre la implementación de un sistema de defensa de misiles balísticos basado en el espacio. Cientos de satélites, cada uno armado con cohetes interceptores, salvaguardarían a Estados Unidos del ataque disparando misiles con punta nuclear mientras se elevaban desde la Tierra. Pero la idea nunca ha sido práctica, y según la Unión de Científicos esta estrategia no ha sido más fácil incluso contra potencias nucleares relativamente pequeñas como Corea del Norte.

Durante la década de 1980, la Iniciativa de Defensa Estratégica del Pentágono, apodada burlonamente "Guerra de las Galaxias", trató de descubrir cómo proteger a los Estados Unidos del ataque con misiles. SDI investigó y estudió cohetes interceptadores químicos, haces de partículas e incluso láseres. El gobierno finalmente decidió que algunas de las tecnologías estaban listas y que desplegar un sistema de defensa de misiles efectivo era simplemente demasiado caro. Su premio de consolación fue el Ground Based Midcourse Defense , un sistema antimisiles basado en Alaska destinado a proteger a los Estados Unidos de un mero puñado de misiles.

¿Cuánto ha cambiado en las tres décadas desde Reagan? No tanto, parece. Escribiendo en el blog All Things Nuclear de la Unión de Científicos Preocupados , el físico David Wright explica que, a pesar de los avances técnicos de los últimos 30 años, la defensa de misiles en el espacio sigue siendo poco práctica.

La idea sigue siendo inteligente. Un sistema basado en el espacio es ideal porque los satélites armados con interceptores pueden derribar misiles en la llamada "fase de refuerzo" cuando acaban de despegar del suelo. Esto es particularmente importante porque algunos misiles modernos llevan múltiples ojivas que se separan del misil justo después de la fase de refuerzo. Destruir a un misil en fase de refuerzo, ahorra el trabajo de localizar y destruir a todas las ojivas individuales.

Sin embargo, varios problemas enormes con los sistemas basados ​​en el espacio, dice Wright. Una es la gran cantidad de satelites: para cubrir adecuadamente el espacio sobre Corea del Norte, necesitarías de 300 a 400 orbitadores en un tren interminable de satélites asesinos que pasan constantemente sobre el solitario estado nuclear. Incluso con una capacidad "austera y limitada", que suena como algo útil contra el pequeño arsenal de misiles de Corea del Norte, costaría alrededor de $ 300 mil millones. Contra adversarios más grandes, necesitarías 1.200 satélites o más y más de un billón de dólares.

Otro problema con poner interceptores en el espacio: el enemigo podría rastrearlos y sabría exactamente dónde están, poniéndolos en riesgo de ser derribados por armas antisatélites. Un adversario que haya creado un punto ciego en la red podría lanzar un ataque cronometrado.

La defensa antimisiles tiene una sensación de alta tecnología, pero sigue siendo demasiado costosa y, al final, es vulnerable a los ataques. Los últimos 30 años en realidad no han hecho mucho para hacer que la defensa basada en el espacio sea práctica.

martes, 21 de agosto de 2018

Por qué EEUU necesita hoy una Fuerza Espacial y una Fuerza Cibernética

(Infobae.com) - Por James Stavridis (Opinión/Bloomberg)
Algún día podríamos ser atacados desde el espacio, y tenemos que estar preparados para ello (Archivo)
Algún día podríamos ser atacados desde el espacio, y tenemos que estar preparados para ello (Archivo)
Tristemente, la propuesta de una nueva Fuerza Espacial de Estados Unidos se ha convertido en un punto clave de discusión en la televisión. Está siendo maltratada como una nueva burocracia innecesaria, un competidor para el sector privado y una idea que conducirá a una militarización despiadada del espacio. Ninguno de estos argumentos es correcto.

Muchos de los que denigran la idea están insuficientemente informados y cargados de emoción para no estar de acuerdo con la idea, ya que ha sido propuesta por el presidente Donald Trump. Estoy en desacuerdo con muchos aspectos políticos de la administración Trump, pero en este tema va audazmente en la dirección correcta.
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Y aunque la idea de una fuerza espacial es inteligente, el nuevo componente de servicio que realmente necesitamos es una fuerza cibernética. Y tiene mucho sentido hacer que estas pequeñas ramas de élite y alta tecnología cobren vida en este momento.

La idea de una fuerza espacial -una nueva rama de servicios como el Ejército o la Armada, no simplemente como un comando combatiente- ha existido durante décadas, pero los servicios militares atrincherados la han combatido vigorosamente. Cada uno tiene experiencia en el espacio, y le gusta tener cierto nivel de control sobre "sus" recursos espaciales. Pero la Fuerza Aérea tiene más que perder en términos de recursos burocráticos, y ha sido predeciblemente la más resistente al concepto.

Esto es irónico: a mediados del siglo XX, el Ejército y la Armada lucharon con uñas y dientes para evitar la creación de la Fuerza Aérea. Los argumentos, en ese momento, eran muy parecidos a los que escuchamos hoy: no necesitamos crear otra burocracia, lo estamos haciendo bien con que el Ejército y la Armada tengan sus propias operaciones. También se decía que no era solo una zona en la que las estrategias marítimas y terrestres lograban sus objetivos. Esos eran argumentos defectuosos entonces, y hoy.

Necesitamos una fuerza espacial porque estaremos más seguros con verdaderos especialistas que están completamente enfocados en esa importante zona de operaciones. La combinación de las distintas burocracias de espacio de servicio en una sola sucursal crearía un único punto de enfoque simplificado, probablemente ahorrando mano de obra y dinero. Y el espacio merece su propia estrategia, especialmente dada la competencia de Rusia y China.
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Nada de esto significa que el espacio tiene que estar más militarizado de lo que ya está (ya hay una gran cantidad de actividad militar y de inteligencia). Una fuerza espacial sería capaz de operaciones militares, tanto defensivas como ofensivas, en el espacio mismo.

Y con una sola política en los cielos, en realidad podría haber mejores oportunidades para la cooperación a largo plazo junto otras naciones, a través de la Estación Espacial Internacional.

Aún así, tan importante como es la fuerza espacial, existe una mayor necesidad de centrarse en diferentes zonas de operaciones únicas: el ciberespacio. En el área militar en el reino cibernético está formado por un pequeño grupo de ciberguerreros del nuevo comando combatiente del Pentágono, el Comando Cibernético de Estados Unidos. Su líder, el general Paul Nakasone, y sus predecesores han hecho un buen trabajo coordinando estas contribuciones de servicio, pero es un proceso engorroso y los asignados al comando generalmente regresan a su servicio principal después de su paso en la Agencia de Seguridad Nacional, con sede en Maryland.

No solo se aplican los mismos argumentos para una fuerza espacial en cibernética, sino que las amenazas que enfrentamos allí son actualmente más grandes. El mundo digital ya está altamente militarizado: el tamaño de una fuerza cibernética sería pequeño en comparación con las vastas burocracias del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Y las fuerzas armadas individuales no tienen los incentivos adecuados para prestar atención al trabajo. Están muy ocupadas entrenando, equipando y organizando su fuerza para realizar las tareas tradicionales de combate en tierra, mar y aire.

China y Rusia tienen enormes capacidades cibernéticas ofensivas. Hemos visto a Rusia usar estas herramientas para atacar a Georgia en 2008, que pasará a la historia militar como la primera nación atacada no solo cinéticamente, sino simultáneamente en cibernética, y Ucrania, paralizando parte de la red eléctrica. Otras naciones, especialmente Irán y Corea del Norte, también tienen una importante capacidad cibernética ofensiva. Corea del Norte hackeó a Sony Pictures en 2014, una corporación estadounidense que hizo una película burlándose del dictador Kim Jong Un. Irán ha realizado varias incursiones contra Estados Unidos en el ciberespacio, incluidos los ataques a los servicios públicos, y estuvo detrás del ataque a gran escala contra Saudi Aramco en 2012, obligando a la compañía petrolera más grande del mundo a cerrar su red informática interna.

Una fuerza cibernética no tiene por qué ser una gran operación. Se necesitan entre 5.000 y 10.000 personas, en comparación con el medio millón que se requiere únicamente en el Ejército. La clave es ponerlos bajo un comando unificado con una cultura de servicio única y mantenerlos trabajando en esta esfera indefinidamente, al igual que hacemos con un submarino nuclear o un piloto de avión de ataque rápido o cualquier otra ocupación militar especializada.

Y tendría mucho sentido crear el espacio y las sucursales cibernéticas al mismo tiempo: las sinergias tecnológicas entre estas dos iniciativas de vanguardia serían significativas.

Trump está en lo cierto al advertir que, algún día, podríamos ser atacados desde el espacio, y de la necesidad de estar preparados para ello. Pero estamos siendo atacados desde el ciberespacio en este momento, y eso exige una respuesta inmediata.

viernes, 10 de agosto de 2018

Estados Unidos creó la Fuerza Espacial, la sexta rama militar del país

Donald Trump (AP)(Infobae.com) -  La iniciativa fue solicitada en junio por el mandatario Donald Trump. El vicepresidente, Mike Pence, indicó que "ha llegado el tiempo" de prepararse para el "siguiente campo de batalla", y pidió al Congreso que apruebe los fondos para sus operaciones.

El Gobierno estadounidense anunció este jueves la creación de una Fuerza Espacial militar propuesta por el presidente Donald Trump, que buscará asegurar que el país "domine el espacio", y estaría operativa a partir del 2020.

"Ha llegado el momento de escribir el próximo gran capítulo de la historia de nuestras fuerzas armadas, de prepararse para el próximo campo de batalla adonde se convocará a los mejores y más valientes estadounidenses para disuadir y vencer una nueva generación de amenazas a nuestra gente, a nuestra nación", dijo Pence en un discurso en el Pentágono.

Como ejemplo, Pence resaltó que China recientemente lanzó una operación para destruir un satélite propio con un misil, maniobra que calificó como "altamente provocadora". También mencionó el desarrollo de un láser capaz de bloquear a las infraestructuras espaciales por parte de Rusia.

Donald Trump, que celebró al anuncio con un escueto tuit, había manifestado en junio su intención de que el país tenga una fuerza de este tipo, alegando que ese nuevo servicio militar es necesario para asegurar el dominio norteamericano en el espacio.

El vicepresidente indicó que la nueva normativa establecerá "los pasos exactos por tomar" para la creación de un Ejército dedicado a la seguridad en el Espacio.
- El primero sería la creación del Comando del Espacio, que será en última instancia el aparato responsable de este nuevo Ejército.
- En segundo lugar, se comenzaría a trabajar en la formación de las tropas que procederán de los distintas ramas del Ejército y cuya misión será centrarse en la seguridad espacial.
- En tercera instancia se establecería una Agencia Espacial cuya objetivo sería "la investigación e innovación" para dotar al Pentágono de todos los recursos necesarios para llevar a cabo esta nueva misión.
- Y por último, el cuarto paso sería nombrar a un nuevo subsecretario de Defensa para el Espacio, que sería un civil cuya tarea sería garantizar que se cumplen "los plazos y objetivos" marcados.

No obstante, la creación de un servicio separado tendría que tener la aprobación del Congreso, propuesta que probablemente no se debatirá hasta el año que viene. Las cinco otras ramas son la Armada, el Cuerpo de Marines, la Guardia Costera, la Fuerza Aérea y el Ejército.

Según anunció Pence, el Gobierno instruyó al Congreso para que destine 8.000 millones de dólares en los próximos años, con el objetivo de que esta nueva rama pueda estar operativa en el año 2020.
"En última instancia, el Congreso debe actuar para establecer el nuevo departamento, que organizará, entrenará y equipará la Fuerza Espacial de los Estados Unidos", agregó el vicepresidente republicano.

James Mattis, secretario de Defensa de los EEUU (EFE)El año pasado, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Jim Mattis, había expresado su escepticismo sobre la necesidad de crear una Fuerza Espacial separada. En una carta a un congresista estadounidense, dijo que "no deseaba agregar un servicio separado que probablemente propondría un enfoque más estrecho e incluso provinciano de las operaciones espaciales" y agregó que crearía una burocracia y un costo adicionales para el Pentágono.

Sin embargo, este martes afirmó que el Pentágono está "en completa alineación con la preocupación del presidente de proteger nuestros activos en el espacio".

sábado, 4 de agosto de 2018

La Foto: Así es la nueva cápsula espacial de la NASA construida por Boeing

Por Víctor Ingrassia - vingrassia@infobae.com
La nueva nave espacial CST-100 Starliner de Boeing es presentada hoy como una de las dos cápsulas que volarán a la Estación Espacial Internacional y también a otros destinos. Los detalles por dentro de una millonaria inversión para siete astronautas.
La nueva cápsula CST-100 Starliner (Crew Space Transportation) es un diseño de nave espacial propuesto por Boeing en colaboración con Bigelow Aerospace para el programa CCDev (Commercial Crew Development Program) de la NASA.
El CST-100 Starliner de Boeing es una cápsula espacial del siglo XXI diseñada para lanzar astronautas de la NASA en órbita en viajes comerciales a la Estación Espacial Internacional y más allá
El CST-100 Starliner de Boeing es una cápsula espacial del siglo XXI diseñada para lanzar astronautas de la NASA en órbita en viajes comerciales a la Estación Espacial Internacional y más allá.

Su misión principal será la de transportar tripulación a la Estación Espacial Internacional y a estaciones espaciales privadas, como la futura Commercial Space Station propuesta por Bigelow Aerospace.
El interior comercial de Boeing de su cápsula espacial tripulada de nueva generación Crew Space Transportation (CST-100), que muestra cómo personas que no sean astronautas de la NASA algún día pueden viajar al espacio
El interior comercial de Boeing de su cápsula espacial tripulada de nueva generación Crew Space Transportation (CST-100), que muestra cómo personas que no sean astronautas de la NASA algún día pueden viajar al espacio

Una nave espacial Boeing CST-100 se muestra encima de un cohete United Launch Alliance Atlas 5 en la ilustración de este artista. El CST-100 es un vehículo basado en cápsulas diseñado para llevar a siete astronautas a la órbita baja de la Tierra en viajes a la Estación Espacial Internacional u otro destino orbitalCon esta nueva nave, los EEUU tendrán la posibilidad de colocar sus astronautas en el espacio, ya que desde la finalización de los vuelos de los transbordadores espaciales en 2011, dependen de Rusia para hacerlo, pagando millones de dólares por ello.

Una nave espacial Boeing CST-100 se muestra encima de un cohete United Launch Alliance Atlas 5 en la ilustración de este artista. El CST-100 es un vehículo basado en cápsulas diseñado para llevar a siete astronautas a la órbita baja de la Tierra en viajes a la Estación Espacial Internacional u otro destino orbital

La cápsula tiene un diámetro de 4,56 metros, pero aún no se ha decidido con qué cohete debe ser lanzada al espacio, así que deberá ser diseñada para ser compatible con el Falcon 9, el Delta IV y el Atlas V.

El nuevo interior comercial CST-100 de Boeing presenta la iluminación interior celeste de la compañía aeroespacial que ya aparece en sus aviones comerciales modernos y utiliza una gran pantalla digital para sustituir las ventanas de pasajeros

Está diseñada para ser capaz de transportar hasta siete personas, permanecer en órbita hasta siete meses y ser reutilizada hasta en diez misiones.​
Modelo a escala real del hábitat espacial inflable BA 330, como se ve en las instalaciones de Bigelow Aerospace en Las Vegas
Modelo a escala real del hábitat espacial inflable BA 330, como se ve en las instalaciones de Bigelow Aerospace en Las Vegas

En la primera fase de su programa CCDev, la NASA le otorgó a Boeing 18 millones de dólares para el desarrollo preliminar de la nave. En la segunda fase de Boeing se adjudicaron 93 millones de dólares para el desarrollo adicional.
La ilustración de este artista representa una nave espacial CST-100 de Boeing que se acerca a un complejo de estación espacial inflable privada diseñada para vivir en el espacio
La ilustración de este artista representa una nave espacial CST-100 de Boeing que se acerca a un complejo de estación espacial inflable privada diseñada para vivir en el espacio

El de agosto de 2012, La NASA anunció la adjudicación de 460 millones dólares a Boeing para continuar el trabajo en el CST-100 bajo el programa CCiCap (Commercial Crew Integrated Capability).
Detalle de la nueva cápsula de Boeing
Detalle de la nueva cápsula de Boeing

El 16 de septiembre de 2014, la NASA seleccionó el CST-100, junto con el Dragon 2 de SpaceX, para el programa Commercial Crew Transportation Capability (CCtCap), adjudicándole 4,2 billones de dólares.
El nuevo interior comercial CST-100 de Boeing presenta la iluminación interior celeste de la compañía aeroespacial que ya aparece en sus aviones comerciales modernos y utiliza una gran pantalla digital para sustituir las ventanas de pasajeros
Vista dentro de la maqueta de Boeing de su cápsula comercial CST-100 diseñada para llevar a los astronautas a la órbita baja de la Tierra

Los primeros vuelos de prueba tripulados, que utilizarán los vehículos Cw-100 Starliner y Crew Dragon de SpaceX, están actualmente programados para 2019.
Vista dentro de la maqueta de Boeing de su cápsula comercial CST-100 diseñada para llevar a los astronautas a la órbita baja de la Tierra
Vista de un modelo de aluminio de la cápsula espacial Boeing CST-100 que transporta a la tripulación. La compañía está poniendo el modelo a través de pruebas de túnel de viento para medir la integridad estructural de la nave espacial

martes, 19 de junio de 2018

Trump ordena la creación de una Fuerza Espacial como sexta arma de las Fuerzas Armadas estadounidenses

Resultado de imagen para Trump ordena la creación de una Fuerza EspacialEl presidente estadounidense, Donald Trump, ha ordenado este lunes al Departamento de Defensa la creación de la Fuerza Espacial como sexta arma de las Fuerzas Armadas estadounidenses, que se suma así al Ejército de Tierra, a la Marina, a la Fuerza Aérea, a los Marines y a la Guardia Nacional.

Trump ha ordenado "comenzar de inmediato el proceso de creación de la Fuerza Espacial como sexta arma", según recogen los medios de comunicación estadounidenses. "Para defender Estados Unidos no basta con tener presencia en el espacio, debemos tener el dominio del espacio", ha argumentado Trump. "Por la presente ordeno al Departamento de Defensa y al Pentágono el inicio inmediato del proceso necesario para la creación de una fuerza espacial como sexta arma de las Fuerzas Armadas", proclamo.
Resultado de imagen para Trump ordena la creación de una Fuerza Espacial
El propio Trump ha subrayado a continuación que "estas son palabras mayores". "Vamos a tener a la Fuerza Aérea y vamos a tener la Fuerza Espacial, separada y al mismo nivel", explico. Los defensores de la Fuerza Espacial recuerdan que China y Rusia tienen ya su arma especializada en el espacio aunque ciertos militares han expresado sus dudas, como el jefe del Comando Estratégico, el general John Hyten, quien dijo en marzo en comparecencia ante el Congreso que "algún día tendremos una fuerza espacial en este país, pero no creo que haya llegado aún el momento".

viernes, 4 de mayo de 2018

NPO Energomash y CONAE discuten la provisión de motores rusos para el Tronador

Por Pablo Cavataio - Latam Satelital

Representantes de la empresa rusa se reunieron con autoridades de la CONAE en Buenos Aires. Entre los temas tratados estuvo el de una posible adquisición de motores a ser utilizados en el lanzador Tronador.

En un comunicado publicado el pasado 18 de abril en la web de la empresa NPO Energomash titulado Perspectivas para la cooperación internacional se dieron a conocer los detalles una reciente reunión realizada en la sede central de central de la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) en la Ciudad de Buenos Aires.

Según informa la empresa rusa entre los temas discutidos “estuvieron las propuestas de los lados argentino y ruso sobre posibles formas de cooperación en el desarrollo y suministro de motores de combustible líquido para la familia de cohetes portadores Tronador“. En el encuentro en el que estuvieron presentes Juan Cruz Gallo, Gerente General de VENG,  Felix Menicocci, Presidente de VENG SA y Secretario General de la CONAE, y representantes de la empresa NPO Energomash y de la embajada Rusa en Argentina “se identificaron problemas específicos que requieren mayor discusión”, según indica el comunicado.

Las conversaciones en relación a la posible colaboración en materia de motores cohete se iniciaron luego de la firma de acuerdos entre Argentina y Rusia realizadas en el mes de abril de 2015 donde la CONAE y Roscosmos (Agencia Espacial Federal Rusa) abordaron diversos temas de cooperación espacial. Más tarde, en una declaración conjunta entre Macri y Putin realizada el 23 de enero del presente año, el Presidente de la Federación Rusa se refirió a la posibilidad de que el programa de acceso al espacio argentino cuente con motores cohete rusos.

En esa ocasión, el presidente Putin había expresado: “Rusia y Argentina mantienen cooperación en la explotación pacífica del espacio ultraterrestre así como en el ámbito de la teledetección, la navegación por satélite, entre otros. Roscosmos podría suministrar algunos motores para cohetes que son muy eficientes y se suministran a muchos países del mundo, incluso los Estados Unidos a pesar de todas las limitaciones que conocemos”.

La CONAE y su controlada VENG vienen trabajando desde hace algunos años en el desarrollo de los lanzadores Tronador II y III dentro del programa denominado Inyector Satelital de Cargas Útiles Livianas (ISCUL). 

El camino recorrido para lograr madurez tecnológica comprendió el lanzamiento exitoso de los cohete sonda Tonador 1 (550 kg de empuje) y Tronador 1B (1,5 toneladas de empuje) en los años 2007 y 2008 respectivamente. En 2011 una falla en la apertura de las válvulas de presurización de combustible impidió probar el único prototipo del cohete Tronador 4000, cohete sonda de 4000 kg de empuje. Le siguieron las pruebas de los vehículos experimentales VEx1A y VEx1B en el año 2014, dos modelos que contaban con motores hipergólicos de 4 toneladas de empuje. La primera de estas pruebas, realizada en el mes de marzo, no pudo concretarse al engancharse el cohete a la plataforma.

La segunda, realizada en el mes de agosto del mismo año, resultó exitosa realizando un vuelo de 27 segundos que le permitió alcanzar una altura de 2200 metros y de esta manera probar los sistemas de propulsión y el de navegación, guiado y control, todos desarrollados en el país. El día 20 de abril de 2017 se realizó la prueba del vehículo VEx5A también desde el Centro Espacial Punta Indio, ubicado en la Provincia de Buenos Aires. 

En este caso, el VEx5A voló durante 8 segundos momento en el cual, a raíz de las llamas originadas a causa de una pérdida de combustible, se produjo un recalentamiento que interrumpió la alimentación de propelentes, con la consecuente caída del vehículo sobre la plataforma de lanzamiento. Este último modelo de la serie VEx contaba en su primera etapa con un motor de 12 toneladas de empuje alimentado con kerosene (RP-1) y oxígeno líquido (LOX) mediante un sistema presurizado, y una segunda etapa con un motor de 3 toneladas de empuje de combustible hipergólico.

Se estima que el próximo paso de la CONAE sea avanzar directamente hacia el modelo Tornador III el cual, según su diseño original, cuenta en la primera etapa con 4 motores criogénicos (RP-1 y LOX) de 35 toneladas de empuje cada uno alimentados por turbobombas. La segunda etapa estará impulsada por un motor hipergólico de 3 toneladas de empuje con sistema de alimentación presurizado. Este vehículo medirá 35 metros de altura y, con 90 toneladas de peso al despegue, se espera que pueda colocar hasta 1000 kg de carga en órbita baja terrestre (LEO).


Foto: Motor de CONAE

Recientemente la empresa VENG publicó videos de ensayos de los motores de RP-1 y LOX (ciclo de propulsión abierto) que está desarrollando para el proyecto Tronador. En estas pruebas realizadas en la localidad de Pipinas se puede observar a motores de 10 y 30 toneladas de empuje en funcionamiento. Estos ensayos fueron realizados utilizando un sistema de alimentación presurizado, lo que puede indicar que el desarrollo de la turbobomba se esté presentando como uno de los desafíos pendientes para lograr la producción propia de motores cohete.

En este sentido, vale destacar que en una reciente licitación pública (N° 27/2017) de fines del año pasado, CONAE convocó a proveedores para la adquisición de una máquina para la manufactura aditiva de piezas metálicas para el Proyecto Tronador II. Según las especificaciones, se requiere de un equipo láser con capacidad de imprimir piezas de dimensiones de hasta 1 x 0,6 metros y 500 kg de peso. Entre las piezas consideradas para la fabricación, VENG menciona toberas, válvulas de combustible y las piezas componentes de turbobombas. La empresa Rocket Lab utiliza una tecnología similar para la fabricación de los inyectores, bombas, válvulas y cámaras de combustión que componen sus motores de innovador ciclo de propulsión eléctrico.

El portfolio de motores que ofrece NPO Energomash incluye 3 modelos que ya han sido exportados: el RD-180 utilizado en el Atlas 5 de ULA, el RD-181 que propulsa al lanzador Antares de Orbital ATK y el RD-151 (variante de menos potencia del RD-191) que fue utilizado por Corea del Sur en su primer lanzador KSLV-1. Este último motor parece tener las características adecuadas para reemplazar a los 4 motores que VENG planeaba usar en la primera etapa del lanzador Tronador III.


Oferta de motores de NPO Energomash

La CONAE viene atravesando una serie de reducciones presupuestarias que podrían ser también causa del replanteo de los lineamientos originales propuestos para el proyecto Tronador. En este contexto es que se están dando los avances para la provisión de motores rusos a la CONAE mientras se continúan con los esfuerzos para el desarrollo local de este componente.
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