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sábado, 4 de febrero de 2017

Experto: las capacidades nucleares de China se acercan al nivel de las de Rusia y EEUU

(Sputnik Mundo) - La prueba exitosa de una nueva versión del misil DF-5 permite reevaluar las perspectivas de desarrollo de las fuerzas nucleares chinas, comentó el experto militar ruso Vasili Kashin a Sputnik.
© REUTERS/ DAMIR SAGOLJ
"En primer lugar, es evidente que a pesar del inicio del despliegue de misiles de combustible sólido de gran alcance DF-41 [móviles y capaces de transportar ojivas múltiples guiadas de manera individual], no se espera la retirada de misiles de combustible líquido en un futuro próximo. China está aumentando su inversión en la creación de nuevas versiones de misiles DF-5", subrayó.

Según el experto, este hecho permite reconsiderar las perspectivas de crecimiento del arsenal nuclear chino. "Antes parecía probable que el DF-41 reemplazara al DF-5 y se produjera un número adicional de estos misiles. Ahora parece que van a completar el arsenal existente de los DF-5", explicó.
​Asimismo, Kashin destacó las ventajas del misil chino: "Es un misil de combustible líquido muy potente de un peso de lanzamiento de 183 toneladas. Su energía potencial es tan grande que permitió crear sobre a su base toda una clase de cohetes portadores. Es capaz de llevar a EEUU hasta diez ojivas nucleares junto con los medios para superar la defensa antimisiles".

Sin embargo, el experto observó que el misil tiene ciertos defectos. "El misil no es móvil, se instala en túneles o silos, y requiere un largo tiempo de preparación para el lanzamiento. (…) Así, un pequeño número de lanzadores de misiles de ese tipo puede ser destruido por un ataque enemigo [antes de lanzamiento]", señaló.

No obstante, el especialista subrayó que actualmente la situación ha cambiado ya que el DF-5 no es el único portador chino de armas nucleares capaz de alcanzar el territorio de EEUU. Ahora también son peligrosos los sistemas de base móvil DF-31 y DF-41.

En segundo lugar, China está construyendo su propio sistema de alerta temprana y el sistema de defensa antimisiles estratégico. También se puede suponer que después de numerosas modificaciones, el tiempo previo al lanzamiento de las nuevas versiones del DF-5 se redujo de manera significativa.
"Dada la semejanza significativa del diseño de este misil con los vehículos de lanzamiento de la clase CZ-2, la industria china puede ampliar la producción en masa de estos misiles, posiblemente con el despliegue de hasta 10-15 nuevos misiles de esta clase por año. Estos misiles serían más baratos para producir que los del combustible sólido y tendrían una vida útil más larga", explicó Kashin.

El número de estos misiles podría ser limitado por las posibilidades del complejo de armas nucleares y de construcción de la infraestructura, añadió. "Cada vez aparecen más razones para esperar un espectacular avance de China que durante unos años, acercará al gigante asiático a las capacidades de las fuerzas estratégicas nucleares de EEUU y Rusia. Lo que causará unos cambios radicales en las reglas del juego en la región de Asia Pacífico", concluyó.

Rusia carga contra Reino Unido: Devuelvan Malvinas y Gibraltar

El embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, habla en una rueda de conferencia después de una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), 16 de octubre de 2016.
(HispanTV.com) - El embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, habla en una rueda de conferencia después de una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), 16 de octubre de 2016.



Un diplomático ruso sugiere a Londres que renuncie a sus colonias y luego critique a Moscú por la adhesión de Crimea a Rusia.

“Devuelvan las islas Malvinas, devuelvan Gibraltar, devuelvan la parte anexionada de Chipre, devuelvan el archipiélago de Chagos en el océano Índico, que convirtieron en una enorme base militar. Solo entonces su conciencia, tal vez, esté un poco más limpia y puedan empezar a juzgar otros temas (como el de Crimea)”, señaló el jueves el representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Vitali Churkin.

Con estas declaraciones en una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) sobre la situación en el Donbás, Churkin respondía a su homólogo británico, Matthew Rycroft, y a la estadounidense, Nikki Haley, quienes habían reiterado acusaciones a Rusia de una supuesta injerencia en la crisis de Ucrania.

Devuelvan las islas Malvinas, devuelvan Gibraltar, devuelvan la parte anexionada de Chipre, devuelvan el archipiélago de Chagos en el océano Índico, que convirtieron en una enorme base militar. Solo entonces su conciencia, tal vez, esté un poco más limpia y puedan empezar a juzgar otros temas (como el de Crimea)”, señala el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin.

Según Rycroft, Rusia "desencadenó la crisis de Ucrania”. Haley, por su parte, había reiterado la misma postura por parte de su país, afirmando que “EE.UU. sigue condenando y llamando a un fin inmediato de la ocupación rusa de Crimea". "Crimea es parte de Ucrania”, añadió la diplomática estadounidense.

Sin embargo, a juicio del embajador ruso, la crisis de Ucrania estalló en febrero de 2014 como resultado de un golpe de Estado apoyado desde el exterior y no tuvo nada que ver con el referéndum celebrado después en el mismo año, en el que se votó a  la adhesión de la península de Crimea a la Federación Rusa.

Lavrov reitera que Crimea es parte de Rusia e invita a visitarla. El canciller ruso enfatizó que Crimea no es un problema, sino ‘parte de Rusia’, y pidió una evaluación ‘imparcial’ respecto a la situación en la península.

Estados Unidos y el Reino Unido figuran entre los países occidentales que han impuesto varios paquetes de sanciones a ciudadanos, empresas y sectores enteros de la economía rusa por el supuesto papel de Moscú en el conflicto ucraniano, al supuestamente “militarizar Crimea”. A tales restricciones, el país euroasiático ha respondido con el embargo de algunas de sus exportaciones agroalimentarias.

Los embargos impuestos a Rusia, según señala un informe reciente, ha generado un efecto contrario al deseado, fortaleciendo la industria militar de este país, cuyo Ejército ha sido más adaptable a largo plazo gracias a ellos, indica el reporte.

viernes, 3 de febrero de 2017

"Es un mito tener que pelearse con Moyano para desarrollar los trenes"

Por SANTIAGO SPALTRO - El funcionario cree que el desarrollo de trenes, camiones y barcos es complementario y prometió una "recuperación sistemática" del sistema ferroviario.

El Gobierno necesita mostrar de cara a las elecciones legislativas que la economía, de a poco, empieza a reactivar. Con ese objetivo, el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, reveló a El Cronista que los despachos de asfalto para obras viales crecieron en el primer mes de 2017 un 172% interanual. Además, valoró la gestión de Isela Costantini, ex presidente de Aerolíneas Argentinas hasta diciembre, y dijo que desarrollar los trenes no lo llevará a pelearse con los Moyano.

- En la campaña electoral de 2015 se prometieron varias obras pero el año pasado el ritmo fue lento. ¿Qué pasó y qué viene?
- El Presidente se comprometió con el plan de infraestructura más grande de la historia del país y desde Transporte tenemos una gran responsabilidad, ya que desde ahí se libera un montón de energía. Por ejemplo, bajan los costos de logística, los fletes. Los despachos de asfalto para obras viales, que es un indicador al que no se le ha prestado mucha atención, fueron de 42.000 toneladas en enero de este año, un 172% más en términos interanuales y un 32% más que en enero de 2015. 
El primer mes de 2017 fue el tercero mejor de los últimos 18 años y en breve llegaremos a un récord histórico. Ya estamos ejecutando: vamos a duplicar las autopistas en 4 años (2800 kilómetros -km-, de los que hay 1100 km en construcción y 78 ya inaugurados). Hay obras de Metrobus en La Matanza y Tres de Febrero. Ya empezamos a pavimentar calles, hacer refugios de colectivos, desagües, puertos, aeropuertos. En cuanto al ritmo, la obra pública se frenó en el segundo semestre de 2015. La mayoría estaban paradas cuando llegamos. La obra pública no se acelera ahora por las elecciones. Esto hay que hacerlo durante 20 años seguidos.

- La obra más representativa que el macrismo no realizó en la Ciudad fue los 10 km de subte por año y, en cambio, se construyeron carrilles del Metrobus. ¿Por qué hay que confiar en que en la Nación sí van a cumplir?
- Lo significativo de nuestra gestión en la Ciudad es el foco que pusimos en el transporte público. Pensábamos que necesitábamos cierta cantidad de km de subte y se evolucionó a una visión de mejorar el sistema para que llegue a más gente, de extender la línea B, la E y la H. Surgió el concepto del Metrobus, que resuelve la misma problemática y le quita espacio a los autos. La Ciudad a la que aspiramos es con menos autos y más transporte público.

- En la semana se publicó en La Nación que el Belgrano Cargas tarda 22 días en llegar desde Jujuy a Retiro y es el "símbolo de la decadencia argentina", el paradigma de la ineficiencia. ¿Cuándo va a haber un servicio serio en los trenes de las provincias alejadas de Buenos Aires, que nos permita ser competitivos?
- La obra del Belgrano Cargas va a estar terminada en 2019. No va a ser solamente la obra, sino que además se va a gestionar bien. Aerolíneas Argentinas y el Belgrano Cargas, entre otras, fueron muy mal gestionadas en los últimos años. El sistema ferroviario va a tener una recuperación sistemática.

- ¿Se va a tener que pelear con la familia Moyano si desarrolla los trenes?
- Eso es un mito: el tren y el camión son complementarios. Argentina tiene que desarrollar el tren, el camión y todo el transporte marítimo.

- Mauricio Macri dijo que no les va a pedir a sus ministros que se presenten como candidatos para las elecciones de este año. Si luego cambia de opinión, ¿usted saldrá a competir?
- Soy parte de un equipo y estuve donde me lo plantearon. Pero no creo que me lo pida. Es incompatible ser ministro y candidato.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Manual para arruinar cualquier opinión

(Perfil.com) - Martes, 31 de enero, 2017
Que fueron 30 mil, 8 mil, 6 mil, quince personas que esperaban el bondi o un sopapo a un vendedor de estampitas de San Perón. Que Gómez Centurión se fue al pasto con sus dichos negando algo que hasta Videla reconoció. Que lo del titular de la Aduana no llega ni a los talones a lo de Guillote Moreno cuando dijo que Videla “al menos no le quitaba la comida a los chicos”. Que las escuchas ordenadas por la justicia son ilegales. Que la que se queja tiene derecho a no ser escuchada cuando se la investiga por el 99,9% del Código Penal argentino y de algunos países más de la región. Que parece joda que la misma mina que da clases de respeto por la intimidad sea la que desayunaba a las 11.30 de la madrugada con las carpetitas de la Side en la cama.

Que las notas periodísticas sobre el Panamapeiper justifican la renuncia de todo el gobierno aunque la pidan los mismos que sobrevivieron a denuncias que van de la muerte de un fiscal federal que imputó a una presidente por traición a la Patria al sobreprecio en cunas de cartón para pobres bien, bien pobres. Que el hecho de señalar que pedir la expulsión inmediata de delincuentes extranjeros 24 horas después criticar a un Juez por enviar al extranjero a un delincuente es un poquito incoherente. Que la anécdota de una ministra de Seguridad a la que le hackean una cuenta de Twitter sólo puede ser superada por un ministro de Comunicaciones que nos explica qué es una red social a través de una red social a veinte años del nacimiento de los blogs y a diez del surgimiento de Facebook.

Que los inmigrantes de antes sólo estaban compuestos por laburantes que nunca levantaron una Villa (como la 31 de los inmigrantes polacos), que jamás formaron mafias (Juan Galiffi y Francesco Morrone eran italianos que fueron forzados a delinquir por algúna energía sobrenatural y los de Zwi Migdal no comerciaba prostitutas, jugaban a que eran mercadería), que nunca se negaron a cumplir con la ley (la huelga de inquilinos fue un chascarrillo del día de los inocentes) y que nunca comerciaron sin pagar impuestos, ya que esos carros tirados a caballos para vender verduras o leche pasteurizada por Cadorna, entregaban facturas imaginarias para evitar la polución ambiental.

Que está bien que puedas tomar sol en tetas en cualquier playa. Que está mal que la policía te pida que te tapes lo que te queda de busto. Que deberían taparle las tetas a los gordos o si alcanza con la lluvia de azúcar de los churros. Que, en caso de estar de acuerdo con cubrir pechos ajenos, es un exceso enviar cinco policías. Que es increíble que nos horroricen más tres pares de tetas en una playa que un abuso sexual en pleno Palermo. Que resulte aún más increíble que estén todas las opiniones en una misma bolsa y nadie pueda putear por ambas cosas a la vez, como si el debate por el desnudo y los violetas se autoanularan mágicamente. Que las playas argentinas están vacías porque nadie tiene plata. Que el ruido de joda argentino en Uruguay, Chile y Brasil se escucha desde Pinamar. Que veranear fuera del país es ser un cipayo que prefiere irse diez días a Buzios por el mismo dinero que cuesta una carpa en Mar del Plata. Que esto se pudre, que esto es la gloria, que acá son todos iguales, que acá no ha pasado nada, que cualquiera puede opinar de lo que desee, que lo que desean es opinar cualquier cosa.

Expertos en seguridad, economistas harvardianos, liberales con beneficio de inventario, nacionalistas que protestan contra los nacionalismos extranjeros, socialistas proteccionistas que descubrieron la bondades del libre mercado cuando el proteccionismo llegó al Imperio, directores técnicos de kiosco de diarios, consultores empresarios que pagan la deuda de expensas en cuotas, críticos de cine que no reconocen la diferencia entre un travelling con steadicam de Kubrick y la escena final de Bañeros 4 los Rompeolas. Todos tienen lugar en nuestra sociedad, y está perfecto que así sea. Sólo me pregunto en qué momento tienen tiempo para hacer algo productivo si la vida parece que se les va en decir a los demás qué es lo que tienen que hacer.

Sommeliers del buen gusto ajeno que creyeron que la movida del empoderamiento hacia el consumidor consiste en exigir cómo tendrían que ser los textos que leen, o de qué nos olvidamos al hacer un chiste en Twitter, o sobre qué tendríamos que hablar, o de qué podemos reirnos y de qué no. Porque hay que estar siempre serios, bien amargados, con cara de que todo el tiempo está por suceder algo. Si por ellos fuera, Netflix tampoco existiría, porque atenta contra la producción nacional de venta de películas truchas, o porque el concepto de ver lo que quiero incluye que las series terminen como nos gustaría a nosotros. Elija su propia censura.

Todos opinan de cualquier cosa y hasta Cristina se copa con sus locas teorías afirmando que si dos funcionarios sostienen un número de desaparecidos diferente al del relato –aunque, irónicamente, idéntico a la cifra oficial– es que el autor de la idea es Mauricio Macri. Tiene lógica: en su loca cabecita pelotudeadora de exfuncionarios y directriz del pensamiento único, considera que nadie puede tener opinión propia. En contra de la expresi: si seguimos su lógica de pensamiento, los actos de corrupción de dos o más personas de su equipo entrarían en la misma lógica, teoría abonada por la propia Justicia. Y puede que hayan sido más de dos, si la memoria no me falla:

Cometas de Skanska, plan Qunita, talleres ferroviarios, Ferrocarril Sarmiento (por mencionar a uno solo), rutas a la nada, represas energéticas sobrefacturadas antes de construirse, hoteles con ocupación plena de aire, familiares multimillonarios, choferes y jardineros convertidos en empresarios, cajeros de bancos devenidos en magnates, los bolsos voladores de José López, el dragón custodio de carbón parrillero, los yates y aviones privados de Ricardo Jaime, las chacras de Julio De Vido, la mansión de César Milani –único imputado por crímenes de lesa humanidad que ocupó un cargo alto desde Luis Patti–; las valijas de Antonini Wilson, la embajada paralela en Venezuela, el caso Ciccone, el médano de Boudou, la imprenta de Boudou, la moto de Boudou, Boudou; el tráfico de efedrina, Sergio Schoklender, Hebe de Bonafini y Sueños Compartidos, el saqueo del PAMI, la recaudación de dinero sucio para la campaña electoral –todas–, los subsidios truchos de la Oncca a los feedlots, los vuelos de merca de Southern Winds, los vuelos de merca de los hermanos Juliá, los no vuelos de la aerolínea sin aviones Lafsa, los seis millones de pesos –con un dólar siete a uno– que cobró el peluquero de Aníbal Fernández por servicios audiovisuales, la bolsa de Miceli, las jodas de Picolotti, los hijos de los amigos contando millones en cámara, los 8 mil millones de pesos evadidos por Cristóbal López que se le pasaron a Ricardo Echegaray, entre otros casos aislados que no tienen por qué empañar lo notable de una gestión que nos devolvió al podio internacional de corrupción, inflación y peores países para emprender un proyecto comercial. No serán los campeonatos que queríamos, pero no vamos a ponernos quisquillosos con la falta de puntería.

A veces creo que Cristina lo hace adrede, que se mete en el momento en el que el Gobierno más necesita que se hable de cualquier cosa. Eso o Macri es un diabólico estratega político que provoca que el país entre en pausa hasta que decidamos si convertir el 24 de marzo en un feriado móvil es más grave que armar un asado en la ESMA. Sea cual fuera el verdadero motivo, y sin poder afirmar que ése sea el fin perseguido, ahí estamos todos en un debate que va por más reediciones que los decimales del número Pi.

La batalla cultural se libra en otro terreno, gente. Eso de seguir discutiendo los setentas es como un Día de la Marmota al que se le olvidaron de ponerle un desenlace. Imaginemos un Grandes Valores del Ayer político: pasan los años, a los que le interesan esas historias también van palmando, tiene cada vez menos rating, pero ahí están, contando una y otra vez sobre aquella oportunidad en la que quisieron cambiar el mundo al saludar al flaco del centro de estudiantes. Un corte, una quebrada y enseguida volvemos con más experiencias de tipos que no tienen ni siquiera un éxito para mostrar y viven del recuerdo de una historia que para ellos es épica, para otros un fracaso y, para el resto, una tragedia.

Y están ahí, pidiendo que no se metan con la memoria. El tema es para qué queremos esa mentada memoria. ¿Para que no vuelvan a existir guerrillas de niños ricachones con culpa de clase que matan lo que se les cruce en nombre de un pueblo que nunca los acompañó para llegar al Poder sin saber bien para qué? ¿Memoria para que no se vuelva a dar un Golpe de Estado militar apoyado por el silencio de la mayoría que derivó en una dictadura dentro de la cual se dieron lugar los delitos más atroces? ¿Memoria para recordar que la amnistía del 25 de mayo de 1973 fue aprobada por unanimidad de todo el Congreso? ¿O memoria para que no existan más enfrentamientos ideológicos que fomentan peleas de poder y terminan en soluciones tan pelotudas como la justificación de la muerte?

No se qué le pasará a usted, amable lector, pero desde este lado del teclado, ya no tengo ganas de discutir siempre sobre lo mismo. Básicamente, porque hemos asimilado que un debate es una competencia por demostrar quien tiene las mejores palabras para aniquilar la postura ajena, aunque se trate de un tema que no soluciona una pizca la situación actual ni aporta nada positivo para los problemas que nos aquejan. Lo mismo va para los que generan estos quilombos a título gratuito, esos que en la puerta del cine le preguntaban al extra qué opinaba del kirchnerismo, generando una ola de puteadas de los antikirchneristas que nunca habían oído hablar del trabajo de ese señor y el aplauso de kirchneristas furibundos que tampoco lo junaban, mientras flotaba en el aire la pregunta que nadie se hizo: si no le pregunto a mi peluquero qué piensa sobre el cupo de exportación ganadera, ¿por qué debería cambiar mi humor lo que diga un hombre cuyo rol social es otro? Puede importarme –o no– pero no debería por qué trastocar los roles que cada uno eligió ocupar en la sociedad. Pero es parte de ese daño enorme que ya ni sé cuándo se produjo, ese que dice que si no querés que un político te cague, tenés que meterte en política. Aún no entendí si es para convertirnos en garcas nosotros o qué, pero lo cierto es que cuando me pongo a escribir no tengo a ningún funcionario ayudándome en su tiempo libre. Quisieron dedicarse a eso, pidieron que los voten: laburen ustedes, changos.

Hasta ahora, lo único que veo es lo mismo de siempre: dictaduras buenas si son de un color, dictaduras malas aunque sean socias comerciales de la dictadura buena; golpismos que atentan contra la democracia, golpismos necesarios para que se vayan en helicóptero los que son tan antipopulares que llegaron al cargo por el voto ciudadano.

En unos meses debutan en las urnas los que nacieron en 2001. Entre tanto, nosotros seguimos en la discusión de algo que ocurrió tres décadas antes de que nacieran, o de cualquier cosa que pase a lo largo del día. Estoy seguro de que nadie sabe qué tienen en la cabeza estos chicos, como también doy por sentado que lo más probable es que sigamos marginándolos por que no entienden nuestro mundo de agresión gratuita al que piensa lo que se le canta el ocote pensar, de pedidos de manifestaciones a favor de funcionarios a los que nadie conoce personalmente por cagadas que se mandaron solitos, de peleas titánicas por cuestiones que no aportan nada, de discusiones eternas para hallar respuestas que nadie pidió para preguntas que nadie hizo.

No es que no lo entiendan. Temo que no les importa pertenecer a esto. Lo bien que hacen.
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Martedí. No me tomen en serio. Después de todo, también soy un boludo que opina sobre lo que quiere, cuando quiere y como quiere.

Publicado por Lucca
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martes, 31 de enero de 2017

Hay dudas entre los especialistas sobre la eficacia de las medidas sobre el control de acceso al país

Resultado de imagen para ley de migracionesPor Agustina López - LA NACION
Consideran que el decreto será insuficiente para controlar los canales ilegales de acceso al país.

El decreto que modifica la ley de migraciones de nuestro país lleva tan sólo un día, tras su publicación en el Boletín Oficial, y sus consecuencias definitivas son aún insondables. Sin embargo, las opiniones de expertos en el tema no tardaron en hacerse oír: la mayoría de los consultados por LA NACION señalaron que estas modificaciones generarán más presión sobre los migrantes legales que quieren ingresar en nuestro país y harán poco por resolver la problemática de seguridad de fondo.

"Me parece bien que haya mayor regulación de los migrantes. Es un primer paso adecuado en los canales de ingreso legítimo. La regulación que se pretende no sale de la media de otros países. El problema está en los ingresos ilegítimos a nuestro país", dijo a LA NACION Nicolás Dapena, experto en seguridad de las Naciones Unidas. "Con esta nueva regulación se pone un peso extra sobre aquellos que solicitan un ingreso por las vías adecuadas, mientras que hace falta mejorar los controles fronterizos", explicó el especialista internacional.

En tanto, la organización Amnistía Internacional expresó en un comunicado su preocupación por una medida que catalogaron de "regresiva" y que, consideran, reduce "el fenómeno de la migración a un debate sobre seguridad nacional", asociando así al "migrante con delincuente".

"A diferencia de la legitimidad conquistada por la ley de migraciones, que atravesó un amplio debate y tuvo un gran consenso a nivel local y mundial, el uso de una herramienta de carácter excepcional -como un decreto de necesidad y urgencia- se instala en la vereda opuesta. Para ponerlo claro: esta política restringe derechos humanos contenidos en la Constitución pasando por alto la discusión parlamentaria", manifestó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

Por el contrario, el director nacional de Migraciones, Horacio García, defendió la medida y aseguró que esta modificación sólo recaerá sobre aquellos extranjeros que "vengan a delinquir".

"Somos amplios con todos los que vienen a trabajar y sumar al esfuerzo de todos los argentinos y seremos restrictivos con los que vienen a delinquir o hayan delinquido en la Argentina; ahí vamos a ser terminantes y vamos a tratar de expulsarlos", dijo García en diálogo con TN.

Al respecto, Marcelo Saín, profesor e investigador de la Universidad de Quilmes y ex director de la Escuela Nacional de Inteligencia, dijo: "No creo que si los extranjeros sospechados de cometer delitos dejan de entrar se acabó el problema del narcotráfico. Los números que da el decreto son de mulas que hay en la cárcel. El narcotráfico en nuestro país es bien criollo y con conocimiento y aval del Estado".

Las cifras a las que hace referencia Saín son parte de los considerandos del decreto: de los presos por delitos de "narcocriminalidad" el 33% de las personas son extranjeras.

Diego Gorgal, ex ministro de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, coincidió en este sentido: "Un mayor control de los inmigrantes no implicará necesariamente una baja en el delito. Sí me parece que es necesario que el país tenga una política migratoria seria sobre las personas, los bienes y los capitales que entran y salen del país y, sobre todo, capacidad de control".

La reforma migratoria bajo la lupa de los expertos
Nicolás Dapena - Naciones Unidas: "Con esta nueva regulación se pone un peso extra sobre las personas que solicitan un ingreso por las vías adecuadas, mientras que hay que trabajar sobre los canales ilegales de entrada"

Mariela Belski - Directora de Amnistía Internacional en Argentina: "Esta política restringe los derechos humanos obtenidos en la Constitución y pasa por alto la discusión parlamentaria. ?Es lo opuesto a la ley migratoria debatida en el Congreso"

Marcelo Saín - Ex director de la Escuela Nacional de Inteligencia: "No creo que si los extranjeros sospechados de cometer delitos dejen de entrar, se acabó el problema del narcotráfico"

Diego Gorgal - Ex ministro de gobierno porteño: "Un mayor control de los inmigrantes no implicará una baja del delito. Sí creo que es necesario que el país tenga una política migratoria seria"

Los impedimientos para el ingreso de extranjeros

Antecedentes penales

Haber sido condenado o estar cumpliendo condena, o tener antecedentes o condena no firme en la Argentina o en el exterior, por delitos que merezcan según las leyes argentinas penas privativas de libertad. Además de los delitos comunes, se hace mención especial a los delitos complejos: tráfico de armas, de personas, de estupefacientes, de órganos o tejidos, o por lavado de dinero o inversiones en actividades ilícitas

Ocultamiento

Omitir que se tiene antecedentes penales en el país de origen y tener antecedentes de haber participado de alguna organización de crimen organizado, como narcotráfico, trata, trafico de órganos (aunque no haya condena)

Reingreso

Hasta ahora la prohibición de reingreso al país luego de una expulsión era de cinco años. Con la nueva norma será de ocho años por delitos dolosos y cinco años por delitos culposos. Y "sólo con un informe que diga que la persona está en una red de terrorismo se podrá impedir el ingreso o tramitar la expulsión"

Residencia

Se cancela la residencia permanente "a quien hubiese permanecido fuera del territorio nacional por un período superior a dos años o la mitad del plazo acordado, si se trata de residencia temporaria, excepto que la ausencia obedezca al ejercicio de una función pública argentina o se haya generado en razón de actividades, estudios o investigaciones que pudiesen ser de interés"

Delación

Los inmigrantes que hayan pagado para ser traídos al país podrán obtener la residencia y evitar la expulsión si colaboran para dar con el traficante de personas que lo trajo al país

Condenas

En los casos en que sobre el extranjero recayera sentencia condenatoria firme en la Argentina, la misma operará automáticamente, cancelando la residencia cualquiera fuese su antigüedad, categoría o causa de la admisión, y llevará implícita la expulsión

domingo, 29 de enero de 2017

La acusación moral más grave contra Cristina

Joaquín Morales SoláPor Joaquín Morales Solá - LA NACION
Fin para las vacaciones tuiteras de Cristina Kirchner . Dentro de dos días, los tribunales volverán a trabajar. Varias causas judiciales se abaten sobre ella, como el previsible juicio oral y público por la venta de dólares a futuro o la casi terminada instrucción por el supuesto lavado de dinero en la empresa Los Sauces, propiedad de la familia Kirchner. Estos dos expedientes están en manos del juez Claudio Bonadio, el más odiado por Cristina.

La ex presidenta tiene también un procesamiento por asociación ilícita (por despilfarrar dinero a favor de su socio Lázaro Báez en obra pública) dispuesto por el juez Julián Ercolini poco antes de la feria judicial. Seguramente apelará esa decisión que, si fuera confirmada por la Cámara Federal, la sentará también frente a otro juicio oral por corrupción.

Sin embargo, hay algo más dramático que todo eso. Se abrirá por fin una causa que significa el más grave reproche moral e institucional a Cristina. Es la denuncia que hizo el fiscal Alberto Nisman poco antes de morir y en la que acusó a la ex presidenta de encubrir a los autores intelectuales y financieros del criminal atentado a la AMIA. Hay muchas denuncias de corrupción aquí y en el mundo (en Brasil o España, por ejemplo), pero no hay memoria de una denuncia que acuse a un jefe de Estado de proteger a terroristas extranjeros que atentaron en el territorio de su país y provocaron una masacre de 85 muertos. Esa denuncia, además, puso fin a la vida del fiscal que la hizo. Más allá de la eventual responsabilidad penal de Cristina, la carga de deslealtad moral que pesaría sobre ella sería enorme e inédita. Dicen que es la investigación judicial que más teme porque sus resultados podrían inhabilitarla para la política y manchar definitivamente su paso por la historia.

Un día antes de comenzar la feria judicial, el 29 de diciembre pasado, la Cámara de Casación refutó al juez de primera instancia (Daniel Rafecas) y a los jueces de la Cámara Federal (Jorge Ballestero y Eduardo Freiler), que rechazaron abrir la investigación. Casación los apartó de la causa y ordenó abrir a investigación la denuncia de Nisman. El posterior sorteo puso en manos del juez Ariel Lijo la denuncia del fiscal muerto.

Fuentes judiciales dijeron que lo primero que hará Lijo, el próximo miércoles, será declararse juez competente de la causa y pedirle a Bonadio las actuaciones que lleva en una investigación similar, aunque ésta tiene una humillante carátula: "traición a la patria". La iniciaron dos familiares de víctimas de la AMIA luego de que se conoció un audio en el que el ex canciller Héctor Timerman aceptó que el gobierno de Irán ordenó el atentado a la mutual de la comunidad judía. "Es hora de que haya un juez definitivo. Esa causa no puede seguir dando vueltas", dijeron cerca de Lijo, quien descuenta que Bonadio estará de acuerdo.

La segunda decisión que tomará Lijo será autorizar las casi cincuenta medidas de prueba que pidió el fiscal Gerardo Pollicita poco después de la muerte de Nisman. Para poner en marcha el proceso, el juez y el fiscal deberán imputar, entre otros, a Cristina, a Timerman, a Luis D'Elía, a Fernando Esteche, a Andrés "Cuervo" Larroque y a Jorge "Yussuf" Khalil, un argentino de origen libanés sindicado por Nisman como "agente iraní". En rigor, Khalil tenía más influencia en Teherán que la diplomacia iraní; existen varias grabaciones de conversaciones telefónicas que lo comprometen a él (y a D'Elía) con el memorándum firmado con Irán.

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Pollicita, en quien Lijo delegará la investigación, fue el primer funcionario judicial que analizó la denuncia de Nisman. Es el que más la conoce. El fiscal pidió en su momento varias declaraciones testimoniales; cruce de llamadas telefónicas; registros de visitas a la Casa de Gobierno, al Ministerio de Planificación y a la ex SIDE, y el análisis de las celdas de las antenas celulares para establecer dónde se encontraban los imputados mientras realizaban las llamadas. Algunas medidas deberán acomodarse al paso del tiempo. Pollicita requirió hace dos años el allanamiento sorpresivo de varias dependencias oficiales, pero ahora el kirchnerismo ya no está en el poder. Bastaría con un exhorto para reclamar información, si es que queda información.

Tendrá que esclarecerse también qué significaban algunas conversaciones telefónicas grabadas. Hay, por ejemplo, una conversación entre D'Elía y Khalil en la que aquél le dice que está saliendo "de la Rosada". ¿Estuvo en la Casa Rosada? En ese caso, ¿con quién estuvo? D'Elía dice en otra conversación que el memorándum final es el "borrador que escribió Fernando". ¿Se trata de Esteche, sindicado últimamente como protegido por la comunidad iraní local? ¿Hubo dinero iraní que se distribuyó entre los "promotores" argentinos del pacto con Irán? ¿Hay registro en algún lugar del Estado de que a los iraníes sólo les interesaba que Interpol levantara las circulares rojas de captura contra seis jerarcas de su régimen, que Nisman había conseguido y que le valió la condena a muerte por el gobierno de Irán? Las conversaciones comprometen a Cristina, pero también podrían complicar seriamente a D'Elía, Esteche y Larroque.

El destino de la denuncia de Nisman hizo un raro círculo alrededor de Lijo. Éste fue el juez que eligió Nisman para presentar su denuncia en enero de 2015. Lijo investiga las irregularidades en la causa AMIA por parte del ex juez Juan José Galeano. En aquel momento, Lijo venía de procesar al entonces vicepresidente Amado Boudou, hasta ese momento el delfín presidencial de Cristina. Lijo estaba de licencia por la feria de enero, pero se encontraba en Buenos Aires. Aunque su juzgado era subrogado por la jueza María Servini de Cubría, Nisman habló con Lijo. 

El fiscal le deslizó que la procuradora Alejandra Gils Carbó estaba por desplazarlo de mala manera del cargo. Nisman le pidió que fuera Lijo quien se hiciera cargo de la denuncia. "¿Estas escuchas son legales?", le preguntó el juez. "Sí, le respondió Nisman, las autorizó Canicoba Corral (actual juez del caso AMIA), pero dudo que sepa que las autorizó." Canicoba Corral diría luego que no sabía nada de las escuchas, hasta que comprobó que las había autorizado en un trámite casi automático. Entonces calló. Nisman tenía razón. Lijo le explicó al fiscal sus reparos porque no veía conexión entre la causa de Galeano y la denuncia de Nisman. El fiscal muerto se comprometió a llevarle nuevas pruebas. Así quedaron.

En la madrugada del lunes 19 de enero, Lijo recibió dos llamadas telefónicas. La primera lo notificó de que Nisman estaba muerto. Estupefacto todavía, recibió la segunda. Era la jueza Servini, que le dio un lacónico consejo: "Tenés que volver al despacho, nene". La Cámara Federal coincidió con Lijo en que no había conexión entre las dos causas y mandó a sorteo la denuncia de Nisman. Salió el nombre de Rafecas. Un dirigente de la comunidad judía recuerda que entonces Lijo le aseguró que la causa no avanzaría en manos de Rafecas (o algo así). Lo cierto es que empleados de tribunales recuerdan el ataque de furia que le dio a Lijo en los pasillos de Comodoro Py cuando Rafecas desestimó la denuncia de Nisman. Estaba a los gritos. Dos amigos lo metieron a empujones en su despacho.

No es casual que varios de los jueces que contribuyeron a paralizar la denuncia de Nisman durante dos años estén ahora muy cerca de la destitución en el Consejo de la Magistratura. Rafecas, Freiler, Canicoba Corral. Rafecas fue duramente cuestionado por la Cámara de Casación. Freiler tiene una fortuna que ningún juez puede explicar con su recibo de sueldo. Canicoba Corral arrastra una vieja mala fama. Es cierto que el Código Procesal crea un laberinto que demora las causas hasta el infinito, pero lo es también que los malos jueces hacen que las cosas resulten aún peores.

Tampoco es casual, en estas vísperas, que Cristina Kirchner se haya escandalizado ante una supuesta persecución política y haya disparado precisamente contra Lijo. Convocó a una cumbre cristinista en Río Gallegos para analizar su condición de perseguida y sólo fueron unos cuantos dirigentes que nunca estuvieron en ninguna cima conocida. Una cumbre pobre, a la que no fue ni un solo dirigente influyente del peronismo, indiscutible símbolo de su lenta derrota.

lunes, 16 de enero de 2017

La columna de Jorge Asís: La diplomacia de las lanchas artilladas Sugestiva compra de Argentina a Israel

(El Cronista) - Israel no tiene ríos. Pero los israelíes desarrollaron la industria sofisticada como para construir lanchas artilladas, preparadas con cañones Typhoon, aderezadas con ametralladoras. Para que la Prefectura Argentina persiga narcotraficantes en el Paraná.

En efecto, sin provocar asombro, en el Boletín Oficial se publicó la sugestiva operación de compra. Cuatro lanchas de clase Shaldag, equipadas con la tecnología para la disuasión; o la destrucción. Por u$s 80 millones. Sin reparos, ya se abonó el 40%, o probablemente el 50. La primera lanchita diplomática recién estará en nuestro río dentro de 22 meses. Poco antes que Mauricio Macri, Presidente del Tercer Gobierno Radical, “corte el pan dulce” de la navidad de 2018.

Es de esperar que para entonces la señora Patricia Bullrich, Ministro de Seguridad, no tenga ningún precipitado sucesor que se queje ante los medios por “la herencia recibida”.

Puestos fronterizos
Sin embargo antes, en agosto de 2017, y en el mismo paquete, estará instalado el primero de los cuatro puestos fronterizos. Casi similares al situado en la frontera entre Egipto e Israel, y que se controlan también desde una plácida sala rodeada de televisores, cabecera de Tel Aviv.

En siete meses, desde un despacho del ministerio de Gelly y Obes, Bullrich podrá auditar el paso de Aguas Blancas, en Orán, Salta, frontera con Bolivia (el diputado Olmedo de la campera amarilla suele mostrar videos con pasadores que se amontonan, cargados de paquetes que Gendarmería nunca alcanza a revisar).

Después vendrá el puesto de Salvador Mazza, también en Salta. Y el de La Quiaca, en Jujuy. Completa Puerto Iguazú, en Misiones. Con la tecnología que permite acercar las imágenes hasta el primer plano. Como si se tratara de la miniserie FAUDA, producto fílmico de Netflix.

La cuestión de los cuatro puestos fronterizos israelíes desvirtúa con anticipación uno de los cuestionamientos más sólidos que se le presentaban al negocio. Gastar u$s 80 millones en la hidrovía fluvial (que por suerte supo enriquecer al señor Romero). Cuando llega a través del río sólo el 25% de la falopa (sea marihuana, diseño o cocaína).

Son datos divulgados, con sus mapas expresivos, por la investigadora Laura Etcharren, quien acostumbra anticiparse a los informes ministeriales. “15% llega por aire, 25% por la hidrovía, y el 60% llega por tierra”, confirma.

Efectivamente, por esta razón, en el paquete por los 80 palos se encuentran los cuatro pasos fronterizos. Y la espera para capturarlos 200 kilómetros más adentro del territorio.

Lo confirma la Garganta que defiende la operación “de Estado a Estado”. Sistema que deja afuera a los lobbystas bienintencionados que pretendían llegar, de algún modo, al escritorio de la ministro. Al menos -según nuestras fuentes- alcanzar el teléfono celular del asediado marido, al que angustiaban con apelaciones.

Comisiones mitológicas

En la mesa de los argentinos informativamente iniciados, cuando se menciona la existencia de una compra semejante, la primera pregunta que siempre brota es “¿de quién es el negocio?”. 
La segunda: “¿quiénes cobran las comisiones mitológicas?”. Aunque descuentan, inexorablemente, que los protagonistas del operativo “están salvados”. Regla tácitamente indemostrable.

En principio, los iniciados dirigen la atención hacia el empresario Mario Montoto. Presidente de la Cámara de Comercio Argentina-Israelí. Editor de libros, y de la influyente revista DEF, especializada en las problemáticas de la Defensa y Seguridad. E importante proveedor de la mercadería respectiva.

Durante la década ganada, cuando la señora Nilda Garré era la ministro, según nuestras fuentes Montoto ni siquiera podía asomarse al ministerio. Derivaciones de rencores tóxicos, iniciados cuando se trataba de construir -no precisamente con la persuasión de la palabra- las bases de la revolución (socialista) nacional. Epopeya que culminaría con el General Videla y el Almirante Massera en el poder (el aviador Agosti aquí casi no cuenta). Y con miles de muertos que históricamente nunca se terminan de morir.

Pero en el tema estratégico de las lanchas diplomáticas, el empresario Montoto -según nuestras fuentes- no moja. Aunque haya acompañado, hacia Israel, a los gravitantes peregrinos que hoy manejan, con diferencias notorias, el Ministerio de Seguridad, por suerte desde edificios también distintos.

El primero en peregrinar hacia Tierra Santa fue Eugenio Burzaco, experimentado Secretario de Seguridad. La visita fue de tan alto nivel que espantó, según nuestras fuentes, a la señora Bullrich, que hasta emitió un comunicado al respecto.

Después peregrinó la propia Bullrich, invitada por la embajada de Israel. Fue un viaje tan preparado que incluyó hasta reuniones con la presencia del gravitante Montoto, quien con la adquisición diplomática de las lanchitas se queda apenas con el insuficiente mérito moral. Durante su gestión, al frente de la Cámara, se hizo la operación semejante. El acuerdo de Estado a Estado. Entre la SIBAT –Israel Ministry of Defense- y el Ministerio de Seguridad.

La cuestión que se vienen las Shaldag artilladas. Capacitadas para circular a 40 nudos, a 75 kilómetros por hora, con tal vez 15 prefectos artillados a bordo. Aunque parezca mentira, aquí Argentina lanza una apuesta hacia el largo plazo. Pero con lícita seguridad se irrita la ministro Bullrich cuando trasciende que la operación pudo hacerse sólo como consecuencia de la sub-ejecución presupuestaria.

Es el fantasma de la mala praxis. Aqueja a diversos ministros perseguidos por la maldita sub-ejecución. No alcanzan a gastar el dinero que tienen asignado en el presupuesto para utilizar.
Para los profanos, es exclusivamente por ineptitud. O por algo peor: nadie quiere “poner al gancho” por temor a Las Stolbizer del futuro.

En algunos ámbitos (Salud, Educación, especialmente Seguridad), no gastar lo que el Estado proporciona es un crimen estético. Pero los ministros -confidencialmente- se quejan. Sub-ejecutan porque “desde arriba” no les liberan las cuotas presupuestarias.

Ahora se culpa, con facilidad, a Prat Gay. Pero porque se fue. Pocos se atreven a reprocharle a la dupla Quintana-Lopetegui. Y menos a hacerle planteos a Marcos Peña, El Premier.

Los conocedores de la artesanía presupuestaria del Estado aseguran que “no mandar lo que corresponde es una estrategia para reducir el déficit fiscal” (calvario que ostensiblemente le preocupa al economista Javier Milei). O se trata de un hábil recurso para legitimar, sobre el final, un gran negocio. Y destaparse, con lo que sobre, con una compra fabulosa. Para emprolijarla después, con un competente secretario administrativo. Un indispensable Giannotti.

Teoría de la compensación

Para cerrar el despacho -y claudicar ante los obsesivos de las “efectividades”- habría que felicitar, por la concreción exitosa del operativo, al coronel Reuben Gurstein. Agregado militar de Israel, que tiene su base en Chile, con concurrencia en Argentina y Paraguay. Representante de la SIBAT en la extendida tierra de su competencia.

Con la venta de las lanchitas, el eficiente coronel tiene asegurada, según nuestras fuentes, la mansa ociosidad del retiro. En Tel Aviv, o en la ciudad que lo apasione.

Lo que debiera descartarse, inapelablemente -según nuestra evaluación-, son las interpretaciones inspiradas en la manía conspiratoria. Aluden a la teoría de la compensación. Como si la operación de Estado a Estado compensara las afectadas relaciones entre los dos países.

Se mantiene una sólida relación cultural, pero sobre todo económica y militar. Contrasta con la carencia de soluciones, en el plano policial. O el justiciero.

Es preferible evaluar la diplomacia de las lanchas artilladas como una apuesta excepcional hacia el largo plazo. Algo admirablemente inusual para la Argentina. Donde “el largo plazo es un feriado con puente”, como señala el pensador Lucas Carrasco.

domingo, 8 de enero de 2017

Lo que busca Inglaterra en Malvinas son los recursos

(Sputnik) - A 184 años de la ocupación de las Islas Malvinas por el Reino Unido, un 3 de enero de 1833, Sputnik entrevistó al presidente de la Comisión Nacional de Ex Combatientes de Malvinas, Ernesto Alonso, quien consideró que la presencia militar británica en las islas es una amenaza para la paz en América del Sur. 

En las frías aguas del Atlántico Sur, los generales argentinos intentaron en 1982 dar un último manotazo de ahogado. Su régimen dictatorial se caía ante la presión popular, por lo que apostaron al extendido sentimiento de patriotismo para salvarse. Las acciones militares que emprendieron contra el Reino Unido para recuperar las Malvinas resultaron ser una pésima estrategia: los militares argentinos no sólo no lograron su objetivo, sino que la posición británica en las islas salió fortalecida.

150.000 millones de dólares gracias a la pesca en la zona ha sido el beneficio para el Reino Unido desde aquella fracasada aventura militar, según dijo a Sputnik Ernesto Alonso. Veterano de aquella guerra,  y denunciante de las violaciones a los derechos humanos dentro del Ejército Argentino, 

Alonso recordó que con los acuerdos firmados con posterioridad al conflicto, en los años 89 y 90, el presidente Carlos Menem le permitió a los británicos avanzar en la explotación de enormes recursos ictícolas. "Ahora está latente la explotación de recursos hidrocarburíferos", sostuvo. Dados los altos costos de la explotación de petróleo offshore, los ingleses necesitarían apoyo logístico desde el área continental argentina para utilizar esos recursos. 

Por eso Londres sintoniza con los gobiernos locales que considera no hostiles a su estrategia. 
"Hoy Malvinas es una unidad de negocios de la economía británica", ahondó Alonso, quien afirmó que no se trata de un territorio de libre circulación, sino que cuenta una política migratoria controlada por Gran Bretaña. "Toda persona que va ahí, lo hace para trabajar dentro de esa esa gran estructura que es la Falklands Islands Company", el grupo económico que detenta licencias de pesca que Alonso considera ilegítimas. 

"El objetivo final de Gran Bretaña no son las Malvinas. Son los mares circundantes, las Islas Georgias, Sandwich y Orcadas del Sur y la proyección hacia la Antártida", estimó Alonso. El ex combatiente opinó que la presencia de una base militar británica en Mount Pleasant, es una "situación gravísima para la paz de la región". "Se trata de la base militar de fuerzas extranjeras más importante de la región. Mantienen coordinación en con otras bases militares que ocupan territorios latinoamericanos, como las de Estados Unidos", agregó. 

Daniel Filmus: "Las acciones británicas en Malvinas echan por tierra la estrategia de acercamiento" Se estima que en la base de Mount Pleasant operan actualmente unos 1.500 militares y unos 500 civiles británicos. Ante una denuncia de la cancillería argentina en 2012 sobre el despliegue de armas nucleares en las islas, Londres prefirió mantener su silencio. 

Desde la asunción de Mauricio Macri en diciembre de 2015, las relaciones británico-argentinas experimentaron una distensión considerable. Los veteranos del conflicto critican al presidente su poco compromiso con la recuperación de las islas. Algo que el mandatario niega. "Argentina ha obtenido el apoyo global en esta causa. El mundo no acepta más una situación de colonialismo" sentenció Alonso al respecto. Por eso consideró que el primer punto a tratar en cualquier discusión sobre las Malvinas "es la soberanía argentina".

La vuelta a Boedo y la insistencia en el disparate

Editorial del diario La Nación
Miles de hinchas de San Lorenzo celebran orgullosamente su sentido de pertenencia con el proyectado retorno de su estadio a su lugar original. Paradójicamente, miles de vecinos del barrio de Boedo no ocultan su justificado fastidio con el regreso del llamado Viejo Gasómetro, vendido en 1980, y expresan fundado temor ante la posibilidad de que el desorden y la intranquilidad se adueñen de la zona.

Finalmente, la obsesión de tantos hinchas azulgranas por la vuelta a Boedo se vio concretada, al menos en los papeles, con la reciente firma del boleto de compraventa por el cual la empresa Carrefour cedió al club parte de los terrenos que ocupaba en la avenida La Plata al 1700 para la construcción de un nuevo estadio en el antiguo emplazamiento.

El acuerdo llegó tras la ley de restitución aprobada por la Legislatura porteña el 15 de noviembre de 2012 y una posterior negociación entre San Lorenzo y Carrefour, en función de la cual el club se comprometió a pagar unos 110 millones de pesos, de los cuales ya canceló la mayor parte, y otros 4 millones de dólares en cuatro cuotas anuales a partir de julio próximo. Así, según lo anunciado por los principales directivos de la entidad deportiva -su presidente, Matías Lammens, y su vicepresidente, el conductor televisivo Marcelo Tinelli-, la construcción del nuevo estadio se iniciaría en 2018, con la idea de finalizarlo dos años después.
El proyectado estadio de San Lorenzo inquieta a vecinos de Boedo
El proyectado estadio de San Lorenzo inquieta a vecinos de Boedo.
Cabe preguntarse, una vez más, cuál sería el sentido de recuperar aquellas dos hectáreas de la vieja cancha con una inversión muchas veces millonaria para montar un segundo estadio. San Lorenzo dispone en el sur de la ciudad de un predio de 27 hectáreas donde inauguró su actual estadio en 1993.

Es que el sentido de pertenencia que esgrimen los hinchas del club se contrapone al sentido común. Ya hemos señalado desde esta columna editorial la inconveniencia de construir grandes estadios para eventos deportivos o musicales en zonas residenciales y densamente pobladas. Está demostrado que estas canchas suelen convertirse en auténticas torturas para quienes viven en sus alrededores. Una cosa es una sede social y otra muy distinta una cancha de fútbol. Las alteraciones a la circulación de peatones y vehículos, y a la actividad comercial, la inseguridad y el impacto ambiental sobre los vecinos y sus viviendas no pueden obviarse graciosamente. Los trastornos que ocasiona el desplazamiento masivo de personas a un estadio se suman a las graves molestias, incluidas peligrosas vibraciones, que la potencia de los equipos de audio utilizados en recitales suelen ocasionar.

Los espectáculos deportivos o musicales masivos generan un problema adicional a los vecinos en largas jornadas volviéndolos parias en su propia tierra. Los habituales operativos de seguridad con vallados impiden la libre circulación de vehículos por la zona, la presencia de barras bravas y de comerciantes ilegales que invaden veredas, sumados a los tristemente célebres "trapitos" que "ordenan" gravosamente el estacionamiento a su antojo y sin control, ubicando automóviles por doquier, incluyendo veredas y salidas de garajes, ante la sugestiva indiferencia de los efectivos policiales, son parte del paisaje en los entornos de estadios. Sobran los motivos para que el valor de las propiedades en esas zonas decaiga.

Cuesta entender cómo los legisladores porteños cedieron ante la presión mediática de un directivo de San Lorenzo, sin reparar en el grave error que configura seguir construyendo estadios en áreas densamente pobladas de la ciudad.

Es de esperar, de no haber vuelta atrás con esta disparatada medida que preocupa a los vecinos, que al menos se promueva un diálogo fructífero con las autoridades de San Lorenzo para buscar alternativas que atenúen las consecuencias conflictivas de una decisión que nunca debió tomarse.

martes, 3 de enero de 2017

El Conicet no debe concentrar toda la investigación

Por Hilda Sabato - La Nación
Las universidades resignaron su lugar en la definición de políticas científicas y en la creación de conocimiento.

En los últimos días, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) ha ocupado un lugar destacado en los medios, y ello por las peores razones. El Gobierno decidió disminuir significativamente el número de nuevas vacantes para ingresar en la carrera del investigador científico en relación con la tendencia observada en los últimos años, lo que desató la protesta generalizada de amplios sectores del ámbito científico y, muy en particular, de quienes se consideraron afectados directamente por esa decisión. 

El conflicto duró varios días y se desactivó cuando las autoridades ofrecieron una solución al reclamo al otorgar unas 500 becas por un año a los que en este concurso quedaron fuera del cupo de ingresantes establecido y con la promesa de estudiar en ese plazo la situación de cada uno de ellos.

De esta manera, el Gobierno pateó la pelota para adelante y eludió encarar la cuestión de fondo acerca de la política científica a seguir en los próximos años y del papel que cumple el Conicet en ese marco. Si bien las declaraciones del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, incluyeron algunas referencias a la necesidad de revisar la dirección que el gobierno anterior venía siguiendo en materia de investigación científica, éstas fueron ambiguas y confusas. Así, no inscribió la medida cuestionada en una propuesta explícita de cambios en ese sentido, de manera que todo quedó reducido a un asunto de índole presupuestaria.

Por su parte, desde el ámbito científico, la reacción fue rápida y hubo sucesivos pronunciamientos contra la medida del Gobierno. Además de reclamar por el bajo cupo establecido para nuevos ingresos a la planta del Conicet, estas declaraciones incluyeron denuncias por el recorte del presupuesto, por la drástica reversión de la tendencia reciente a incrementar año tras año las vacantes para entrar en la carrera de investigador y por lo que se consideran medidas que atentan contra el desarrollo científico del país. Sin embargo, poco y nada se ha dicho sobre el estado en que hoy se encuentra la investigación científica en la Argentina en su conjunto ni sobre los cambios habidos en la última década en el lugar que ocupa el Conicet en ese marco y en relación con otras instituciones del sistema, como las universidades y otros organismos públicos, como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Comisión Nacional de Energía Atómica y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), entre otros.

Se podrá argumentar que ante la urgencia de los hechos estos temas pueden quedar para después. No es así. El conflicto puso al desnudo uno de los problemas centrales en este sentido: a lo largo de la última década (años más, años menos), el Conicet se fue convirtiendo en el canal obligado para todo el que quisiera dedicarse a la investigación científica. Obtener una de sus becas y luego el ingreso en la planta de investigadores devino prácticamente en la única opción posible para llevar adelante una carrera científica. Tan es así que quienes no entraron en el Conicet porque no alcanzaron el puntaje fijado este año como mínimo para ingresar enunciaron su reclamo en términos laborales: se consideran "despedidos" y privados de sus lugares de trabajo.

La distorsión es evidente: no se trata, como se ha dicho, de "trabajadores expulsados", sino de potenciales ingresantes a una planta que hoy no ofrece lugares suficientes para incorporarlos. Esta formulación en clave laboral tergiversa los términos del problema a la vez que soslaya una cuestión central: la falta de alternativas para los jóvenes científicos. Durante estos últimos años esa falencia se vio compensada, pero a la vez reforzada, por el incremento sustantivo de la planta del Conicet, que casi se duplicó entre 2007 y 2015. Esta tendencia a la expansión del consejo ha sido y sigue siendo celebrada por distintos sectores del ámbito científico, pues ha favorecido la formación de nuevos investigadores y su inserción profesional en el marco de esa institución. Sin embargo, y más allá de la actual coyuntura, habría que preguntarse por las consecuencias de una política que ha llevado a una concentración cada vez mayor de las actividades de promoción y desarrollo científico en ese organismo estatal.

Mientras tanto, otras instituciones con responsabilidades en ese terreno lo han ido abandonando. Pero de eso no se habla. En primer lugar, las universidades. Éstas dedican casi todo su presupuesto a sueldos, la mayoría de los cuales se asignan a docentes con dedicación parcial, esto es, sólo para dar clase. Las dedicaciones exclusivas que permitirían la realización de tareas de investigación son cada vez más excepcionales. Los programas de becas y subsidios a proyectos que varias de las grandes universidades nacionales llevaron adelante en las décadas de 1980 y 1990 se han reducido notablemente, con escasas excepciones. Y ese vacío lo ha ido ocupando el Conicet, que provee a las universidades de la mayor parte de los recursos humanos y materiales para la investigación, en el marco de estrategias de selección, incorporación y sostenimiento propias de ese organismo. Las universidades han resignado así buena parte de su poder en materia de definición y desarrollo de política científica y de su responsabilidad en una de sus misiones fundamentales: la creación de conocimiento. Algo similar ha ocurrido con otras instituciones del sistema estatal, para no hablar del sector privado, que, a diferencia de lo que ocurre en otros países del mundo, aquí siempre se desentendió de las actividades de investigación y desarrollo.

Este escenario no ha sido el resultado de decisiones consensuadas públicamente, sino de las tendencias que de hecho se fueron imponiendo en la última década a partir de la actuación de muy diversos actores de los ámbitos educativo y científico. Mientras hubo dinero para alimentar el crecimiento del Conicet y voluntad política de hacerlo, todos parecíamos contentos. Ahora que un nuevo gobierno decide otra cosa, no atinamos sino a exigir volver a lo anterior y, por lo tanto, a reclamar que el consejo siga engrosando su planta y sus recursos. Sin embargo, más no es necesariamente mejor.

La situación a la que se llegó merece ponerse en discusión para evaluar los alcances de las políticas recientes y sus consecuencias en el conjunto del desarrollo científico y tecnológico del país y para abrir el debate sobre el camino a seguir. El tema no es monopolio del Gobierno ni de los científicos, sino del conjunto de la sociedad argentina (y de sus órganos de expresión y representación), que hoy en su mayoría sólo se entera de estas cuestiones en coyunturas de conflicto abierto y lo hace de la peor manera: con información escasa y sesgada y sin posibilidad alguna de intervenir.

Historiadora

lunes, 2 de enero de 2017

Hay que estimular la inversión

Por Ricardo Esteves - LA NACION
La Argentina padece un cuadro severo de estancamiento estructural con demandas sociales crecientes, gestado en las últimas siete décadas y culminado con el despilfarro económico y moral del kirchnerismo. Está consolidado por el descomunal gasto público y todas las consecuencias que se derivan de esa circunstancia.

Esta situación ya es cultural y nada fácil de revertir y acarrea trastornos económicos, sociales y políticos. Y sólo se sale de ella con un shock de inversiones (en términos técnicos, alcanzando como mínimo un nivel de inversión del 24% del PBI -lejos aún de las tasas asiáticas-, algo que el país no logró nunca en los últimos 70 años). Con ese grado de inversión se lograrían mejoras sustanciales en el plano social, económico y humano y se modernizaría el país.

Foto: LA NACION

¿Qué se necesita para lograrlo? Desde las actuales circunstancias y en el marco de un horizonte de estabilidad serían necesarias al menos tres condiciones: bajar la inflación a guarismos de un dígito (lograr una tasa del 8 o el 9% no es una maravilla, pero es lo mínimo imprescindible para conseguir inversión en gran escala); reducir la brutal presión impositiva que hoy padecen las actividades productivas. Sólo a modo de ejemplo, y sin aseverar que sean las reducciones más aconsejables, la tasa del impuesto a las ganancias debería pasar del 35 al 25% y las cargas sociales sobre los empleos -o aportes patronales-, caer a la mitad de los actuales niveles. Y el tercer requisito sería -al menos en el inicio del proceso - ubicar el tipo de cambio en un nivel equivalente a lo que sería hoy 25 pesos por dólar. (Por más que el capital suele tener mala memoria, no hay que olvidarse de que la Argentina históricamente lo ha tratado muy mal: el default más grande de la historia de la humanidad, expropiaciones -hasta no hace mucho tiempo-, cambio de reglas y una justicia al servicio de las "causas nacionales" -en el mejor de los casos- y no de lo que emana del derecho y de la ley. Por eso sería aconsejable este estímulo adicional. Dado el extraordinario potencial del país, se entraría de ese modo en un proceso de genuino desarrollo.

Sin embargo, ninguna de estas condiciones pareciera ser técnica y políticamente alcanzable en los tres años de mandato que le restan a la actual administración.

Es más que probable que este año exhiba números positivos en el nivel de actividad económica y un clima de bonanza en más de un sector, y llegue así una brisa de alivio a la sensación de desánimo que en 2016 alcanzó a buena parte de la sociedad. Pero debemos estar preparados para aceptar que posiblemente se trate de ciclos pasajeros, ya que no habrá elementos sólidos para modificar el cuadro de estancamiento estructural en el que estamos inmersos sin mediar un proceso masivo de inversión. Cambiar esta situación puede implicar plazos muy largos (¿quince años, si no hay retrocesos?) durante los cuales el país deberá ir haciendo los deberes paso a paso a fin de alcanzar los requisitos que estimulen la inversión.

Sin un proceso masivo de inversión es imposible salir del estancamiento. La inversión -que no es otra cosa que el capital que está dispuesto a volcarse en ella- debe ser estimulada. No va adonde no están dadas las condiciones. Y, a diferencia de la fuerza del trabajo que está intrínsecamente ligada a un país, el capital es por esencia migratorio: va adonde se siente por sobre todas las cosas seguro, y adonde le ofrecen condiciones para crecer (veamos si no adónde se han refugiado los ahorros de los argentinos). Por eso las naciones con los mejores estándares de vida y de justicia social son las que brindan más seguridad y atractivo al capital.

Es perfectamente comprensible que el país no está hoy en condiciones políticas ni humanas de alcanzar en el corto plazo los tres requisitos que estimulen la inversión. Pero sí es entendible que si un gobierno se propone iniciar el largo y arduo camino para lograrlo, merece tener comprensión y paciencia de la sociedad. Por eso está totalmente fuera de lugar acosarlo y exigirle resultados imposibles.

Ya muy pesada es la tarea que tiene por delante. Tres desafíos que son difíciles de compatibilizar entre sí: convencer a las mayorías parlamentarias de que acompañen sus iniciativas, seducir a la ciudadanía para que siga apoyando su proyecto en el adverso contexto de un sistema electoral perverso, pergeñado por supuestos "estadistas" en el mezquino pacto de Olivos, e intentar atraer a los capitales a que inviertan en el país en medio de condiciones desfavorables.

Empresario y licenciado en Ciencia Política

jueves, 29 de diciembre de 2016

¿Cómo se las arreglaría China para hundir un portaaviones de EE.UU.? Francia tiene la respuesta

(RT.com) - Submarinos nucleares franceses 'vencieron' a una poderosa nave estadounidense durante unas maniobras de 2015, y el Gobierno chino tomó nota.
¿Cómo se las arreglaría China para hundir un portaaviones de EE.UU.? Francia tiene la respuesta
A comienzos de 2015 un ejercicio naval entre Francia y EE.UU. se saldó con el éxito del submarino nuclear francés Safir frente al grupo liderado por el portaaviones Theodore Roosevelt. Aunque el hecho no tuvo la trascendencia mediática que merecía la derrota de una de los buques insignia de la marina estadounidense, China tomó nota, detalla el sitio The National Interest.

Según el portal, el profesor Chi Guocang analizó la situación y, tras aclarar que un ejercicio no puede compararse con un combate real, llegó a la conclusión de que el reporte francés tiene un "grado de credibilidad razonablemente alto".

En una entrevista publicada bajo el título 'Un solo submarino nuclear 'hunde' a medio grupo de combate de un portaaviones', el especialista subraya que los submarinos suelen ser una amenaza para ese tipo de barcos y recuerda que al menos 17 fueron hundidos durante la Segunda Guerra Mundial. Además de estos datos, China analizó episodios de la Guerra de Malvinas entre Argentina y el Reino Unido, en 1982.

En ese conflicto, además de tener en cuenta los fallos de los torpedos argentinos, destaca el hecho de que el submarino nuclear británico HMS Conqueror rastreara al Crucero General Belgrano durante 50 horas antes de hundirlo fuera del área de exclusión, sin haber sido detectado. Estos hechos también influyeron en el desarrollo chino de misiles de crucero antibuque.

¿Cómo hizo Francia para tener éxito?

Ante esta pregunta, el profesor Chi analiza varias hipótesis, aunque se centra en el tamaño de los submarinos franceses de la clase Rubis, el más pequeño entre los nucleares, lo que lo hace más difícil de detectar y le da mayor facilidad de desplazamiento. En ese sentido, asegura que para la flota de EE.UU. hallarlo era "tan difícil como pescar una aguja en el vasto océano".

Por otra parte, sostiene que cuanto más grande es el grupo de combate, más sencillo es rastrearlo a grandes distancias; mientras que, por el contrario, el tipo de armamento del portaaviones estadounidense facilita el escape de un submarino tras su ataque.

Por último, el experto chino asegura que la meteorología puede ser un condicionante de gran importancia para un submarino de acecho, ya que puede obstaculizar las operaciones aéreas y de los portaaviones, pero no así las de los sumergibles.

martes, 27 de diciembre de 2016

Papel Prensa: la verdad sobre una

Resultado de imagen para Papel PrensaEditorial del diario La Nación
El sobreseimiento de directivos de Clarín y LA NACION deja al desnudo uno de los más perversos operativos montados por el kirchnerismo

Uno de los operativos más detestables y perversos que organizó el gobierno anterior estuvo destinado a dominar los medios de prensa independientes. En el tren desenfrenado por lograr ese objetivo, llegó a la temeridad de criminalizar a directivos de los principales matutinos, LA NACION y Clarín. Intentó así asimilar la conducta de éstos a los crímenes de lesa humanidad de la dictadura militar.
Los Kirchner habían hecho antes lo imposible por lograr la detención de Ernestina Herrera de Noble a través de la falsa acusación de apoderamiento de hijos de desaparecidos. Al no lograr ese propósito, volvieron a atacarla y, junto con ella, se desmadraron contra Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre. La nueva imputación era la de haberse apoderado de las acciones de Papel Prensa SA mediante extorsión y tortura a la viuda de Graiver, la señora Lidia Papaleo. También se los acusaba de haber pagado un precio vil por la compra de acciones de esa empresa y despojar de tal modo de bienes a los herederos de David Graiver.

No es del caso entrar aquí en la más que turbia relación de Graiver con la organización delictiva Montoneros, pero sí viene a cuento subrayar que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, secundada nada menos que por el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, confeccionaron lo que llamaron "Papel Prensa: la verdad". Se trataba de un libelo mendaz e intencionado, que fue leído por la cadena de medios oficiales por la propia presidenta y repetido hasta el cansancio por la prensa destinataria de fabulosos fondos por publicidad oficial a cambio de servilismo. Un círculo vicioso de corrupción y descaro que ha signado una época.

Fue un "relato" más, tan falso como todos los otros a los que nos acostumbró el gobierno kirchnerista. Lo cierto es que aquel delirio montado treinta años después de la década del setenta hacía agua desde el origen, pues las lamentables torturas a la señora Papaleo de Graiver, se supone que en un intento de lograr por ella la ubicación de los dineros de Montoneros en poder de los Graiver, ocurrieron meses después de la compra de las acciones de Papel Prensa y de la asamblea que aprobó la operación.

Cabe preguntarse a esta altura por qué la señora de Graiver mintió en sus declaraciones, exponiéndose a un juicio por falso testimonio. Se trató de una mentira absoluta desde el principio hasta el final, que se difundió por televisión y hasta adquirió el estatus de película, donde los "malos", o sea, los supuestos torturadores, eran los directivos acusados de los medios mencionados. Hecho de vergüenza inaudita para un gobierno que se dijo "democrático" y que termina por ser revelado en los términos de la resolución del juez Julián Ercolini. Éste sobreseyó a Herrera de Noble, Magnetto y Mitre, además de a Raymundo Podestá, ex secretario de Industria, y a Guillermo Gainza Paz, que había intermediado en la compraventa de las acciones de las que el grupo familiar quería desprenderse. El sobreseimiento fue apelado por el fiscal Franco Picardi, muy cercano al kirchnerismo.

"No existen -dijo el magistrado- elementos objetivos, imparciales y que de modo unívoco puedan llevar a considerar, cuando menos con un grado mínimo de probabilidad, que la venta de las acciones de Papel Prensa SA, acaecida hace 40 años, en noviembre de 1976, hubiera sido parte, hubiese derivado o hubiese estado condicionada por la comisión de delitos de lesa humanidad."

Dijo también que no existe ninguna vinculación entre los adquirentes de las acciones de Papel Prensa y las coacciones y amenazas sufridas por los Graiver, antes bien -agregó- habrían estado originadas por relaciones financieras entre el grupo empresario y Montoneros, no habiendo ninguna relación causal entre dichos gravísimos delitos y la compra de Papel Prensa. Por si fuera poco, consideró que los peritajes contables realizados en autos demostraron que no había existido precio vil ni desproporción en la adquisición de las acciones.

Con ser elevado el daño moral a las personas a quienes se persiguió de esta manera, cabe señalar que es también gravísimo el perjuicio ocasionado a la República, a la confianza de los ciudadanos a los que desconcertó esta patraña y a la democracia en general.

Resulta inadmisible que desde el poder se hayan generado campañas como las que el gobierno kirchnerista montó con la voluntad deliberada de amordazar a la prensa e inferir daños a empresarios periodísticos. Al hacerlo, se aprovechó, una vez más, de forma subalterna de causas como las de los derechos humanos. Ojalá exista un "Nunca más" para este tipo de persecuciones fascistas a las que el kirchnerismo se aficionó para conquistar y retener el poder.

Exaltar al equipo para concentrar la decisión

Resultado de imagen para concentrar la decisiónPor Carlos Pagni - LA NACION
Mauricio Macri apostó ayer a un método y a un concepto. El método: la fragmentación de las responsabilidades en el área económica. Hacienda y Finanzas serán, en adelante, materias de dos ministerios distintos. El concepto: una mayor preocupación por el desafío fiscal. La decisión encarna en varios nombres. Relevó a Alfonso Prat-Gay , quien desde hace dos semanas estaba, al menos en el plano emocional, fuera del Gobierno. Y designó en Hacienda a Nicolás Dujovne . Luis "Toto" Caputo fue promovido a ministro para seguir encargándose del financiamiento. El modo en que se movieron las piezas cierra algunas incógnitas sobre el funcionamiento de la administración. Y abre otras.


Según un consenso generalizado, uno de los inconvenientes de la gestión oficial es la excesiva segmentación de las decisiones económicas. Macri confirmó ayer que cree lo contrario. Es decir, que la administración funcionará mejor cuanto más se fraccione el antiguo Ministerio de Economía. Su criterio sería el siguiente: para alcanzar el éxito no hace falta concentrar en las manos de cada actor los instrumentos necesarios para lograr un objetivo; hace falta que ese actor sepa coordinarse con el resto. Esa exaltación del "equipo" oculta mal el interés por preservar la decisión final en un solo individuo. El jefe. Macri. La estética con que la Casa Rosada presentó la resolución de ayer confirma esta percepción: "Macri echó a Prat-Gay". ¿Por qué lo echó? "Porque no se dejaba coordinar". Ése fue el mensaje. Con una dimensión adicional: la leyenda, alimentada por el antecedente municipal, de que Macri no se desprende jamás de un funcionario fue refutada. Isela Costantini fue un banco de pruebas. Anoche también estaba saliendo el secretario de Obras Públicas Daniel Chaín. Carlos Balbín, Procurador del Tesoro, está en lista de espera.

La permanencia de Caputo en Finanzas esconde varios significados. El más obvio es que Caputo demostró una gran capacidad en gestiones complejísimas, como el acuerdo con los holdouts. Se trata de un logro relevante para la economía, pero también para la política. Para desencanto de Cristina Kirchner y Kicillof, en las encuestas el público aprecia más la salida del default que la reparación jubilatoria. Macri ha sido muy celoso de que ese logro le sea atribuido él y, en todo caso, al talento negociador de Caputo. No a Prat-Gay.

Caputo jugó un rol discreto también en otro plano. Convencido de que nunca se entendería con Prat-Gay, Macri confió en que Caputo funcionaría como amortiguador. Se lo prometieron su amigo Nicolás, primo del funcionario, y Horacio Rodríguez Larreta. La alquimia fracasó. Y los intentos de "coordinación" evitaron la intimidad: Macri y su ministro estuvieron en todo el año sólo un par de veces a solas. Mantuvieron lo que Borges llamó "una amistad típicamente inglesa, en la que lo primero que se suprimen son las confidencias y, al poco tiempo, el diálogo". Todo se deterioró con la crisis de Ganancias. Prat-Gay ya estaba, en un sentido emocional, fuera del Gobierno. Era lógico que ayer, cuando le ofrecieron otro cargo, no lo aceptara.

Con Dujovne, Macri suma a otro economista brillante a su Gobierno. El nuevo ministro conoció al Presidente en la campaña. Bromas del destino: fue durante un par de reuniones en las propuso una estrategia fiscal. Desde entonces tuvo excelentes vinculaciones con muchos miembros del oficialismo. Sobre todo Federico Sturzenegger, Jorge Triaca, Francisco Cabrera y Miguel Braun. El trato con Prat-Gay fue menos frecuente, aunque ambos se encontraron hace 15 días. En los últimos tiempos, Macri acostumbraba a comentar las tesis periodísticas del que ahora es su ministro. Lo entusiasmó, en especial, una columna en LA NACION, titulada "La oposición le da aire al Gobierno". Allí Dujovne describió las inconsistencias económicas del Frente Renovador de Massa. Miel para Macri.

Mario Quintana fue el encargado de invitarlo al gabinete. Primero fue un sondeo abstracto, el miércoles pasado. Desde hacía varios días en la Casa Rosada examinaban nombres para el reemplazo de Prat-Gay. Sonó el de Javier González Fraga. Pero Dujovne escuchó y, aceptó, una propuesta formal recién ayer por la mañana. Quintana lo llamó a Punta del Este para una conversación en la que también intervino Marcos Peña. Por la tarde se encontraron en Buenos Aires, con Gustavo Lopetegui sumado a la reunión. Desde allí Dujovne habló con Macri.

La secuencia corrobora un rasgo cada día más marcado del Gobierno. Macri reina a través de la trinidad que integran Peña, Quintana y Lopetegui. Peña sigue siendo el hombre de máxima confianza. Y, en particular, el que mejor interpretó -o el que más estimuló, nunca se sabe- el fastidio creciente de Macri hacia Prat-Gay. Quintana y Lopetegui ganan en autoridad administrativa. Ambos son íntimos amigos. Tanto, que ya hay quien los llama, con cariño, Rómulo y Remo.

Además de la insistencia con un método, la incorporación de Dujovne significa un reajuste conceptual. Nadie ignora lo que piensa: el problema estratégico de la Argentina radica en sus costos excesivos. No parece casual que alguien que defiende esa tesis llegue cuando se discuten las rigideces del mercado petrolero y aeronáutico. Entre esos costos está, para Dujovne, el excesivo tamaño del Estado, que entorpece el crecimiento. El nuevo ministro ha sido crítico del aumento del gasto, en especial de la reparación jubilatoria. Curioso: Macri también está inquieto con que haya más erogaciones, y se las atribuye a Prat-Gay. Y Prat-Gay se las atribuye a su inclinación por licuar las decisiones.

Dujovne está más preocupado que Prat-Gay por las consecuencias del triunfo de Donald Trump sobre los mercados, como escribió en este diario: "Las alarmas empiezan a sonar para el Gobierno", un texto hoy imprescindible. Prat-Gay consideró siempre que no sería dramático: "A lo sumo nos subirán un poco la tasa de interés". Dujovne es más precavido. Piensa que 2017 será un año exigente por las elecciones y por los vencimientos de deuda. Y no descarta que, si el crédito se vuelve más esquivo, al país le convenga fondearse más barato en el FMI.

Quizá Dujovne emite alguna señal antes del lunes. Mientras tanto, irán trascendiendo los nombres de sus colaboradores. Hay algunos movimientos previsibles. El secretario de Hacienda, Gustavo Marconato, pasará a retiro. Se había ganado mucha antipatía en el Gobierno. Sobre todo en Interior, donde le atribuyen algunas filtraciones para beneficiar a los gobernadores peronistas. En cambio, hay dos fiscalistas clave para Quintana y Lopetegui: Rodrigo Pena, de la Jefatura de Gabinete, y Raúl Rigo, de Presupuesto, en Hacienda. Pero Dujovne tiene carta blanca para armar su gabinete.

El nuevo panorama plantea una incógnita mayor: la apuesta a la coordinación de un staff cada vez más fragmentado, ¿no conspira contra el control del gasto? La mejor respuesta la propuso, hace dos semanas, un economista: Dujovne. En su columna de LA NACION, explicó: "La lógica de un gobierno en minoría parlamentaria". Sostuvo que el déficit es mayor cuanto más débil sea el Ejecutivo en el Congreso, cuantos más partidos integren la coalición oficialista, cuantos más ministerios haya, y cuanto más acotado esté el poder del ministro de Finanzas. Según Dujovne, Macri no puede corregir el primer par de factores. Pero sí podría achicar el número de ministerios. Y dotar de más espacio a Finanzas, para cuidar mejor los recursos y contener los gastos. Dujovne no pudo convencer a Macri desde afuera. Pero tal vez su ductilidad y empatía le permitan hacerlo desde adentro.

Macri, ante los desafíos de un mundo más exigente

Por Nicolás Dujovne - La Nación
La siguiente columna, escrita por Nicolás Dujovne, quien ayer fue designado ministro de Hacienda en reemplazo de Alfonso Prat-Gay, fue publicada en la edición de LA NACION del martes 20 de diciembre


El programa económico del Gobierno en 2016 consistió en revertir las extravagancias más notables del kirchnerismo: en un año, la Argentina salió del cepo y del default, volvió a entablar relaciones diplomáticas fluidas con los países más importantes del mundo, independizó al Banco Central y comenzó a migrar hacia un esquema en el cual se espera que el sector privado invierta y prospere sobre la base de incentivos y ya no por la combinación de subsidios y hostigamiento.

Luego de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, el mundo financiero se ha vuelto algo más hostil y la Argentina ha sido uno de los países más castigados por los inversores. Ello genera nuevas exigencias: el programa inicial debe ser continuado por otro que defina la gestión ya no por la negativa, sino por determinados objetivos concretos y por una descripción metódica acerca de cómo serán alcanzados. La identidad de ese programa todavía está en construcción por dos motivos: en algunas áreas, el Gobierno no tiene decidido exactamente hacia dónde planea avanzar. Y en otros casos, las ideas no han sido comunicadas adecuadamente.

El Banco Central ha anunciado sus metas de inflación para los próximos años y ha aclarado qué mecanismos planea utilizar para alcanzarlas. Cumplibles o no, ahí están los números propuestos y los instrumentos que se usarán para lograrlos. Sus autoridades serán evaluadas por su desempeño en esa materia. En otras áreas de la política económica no existe una visibilidad semejante acerca de los objetivos buscados ni del método para lograrlos. Llenar ese vacío programático y comunicacional de manera coherente entre las distintas áreas tiene que ser, a partir de ahora, el objetivo número uno del Gobierno.

En materia fiscal, la principal duda de los inversores se refiere a la capacidad del Gobierno de reducir el déficit. La Argentina comenzó el año anunciando metas de déficit primario de 4,8% del PBI para 2016, de 3,3% para 2017, de 1,8% para 2018 y de 0,3% para 2019.

Finalizando 2016, la realidad será diferente. El déficit fiscal se ubicará efectivamente en 4,8% del PBI, pero habiendo computado casi 0,8 puntos porcentuales de ingresos extraordinarios provenientes del blanqueo, sin los cuales el déficit habría trepado a 5,6%. Para 2017 el presupuesto prevé un déficit de 4,2% del PBI, que será superior al 3,3% anunciado previamente y cuyo cumplimiento dependerá en buena medida del resultado final de las negociaciones en torno al impuesto a las ganancias.

Para 2018 y 2019, ya no conocemos cuál es el objetivo del Gobierno. Tampoco tenemos una visión precisa de lo que piensa en materia fiscal. ¿El déficit es expansivo para la economía porque agrega recursos a la demanda? ¿O es contractivo, puesto que desplaza al sector privado y encarece el endeudamiento? Esas respuestas siempre dependen de las circunstancias, pero en esta gestión no hay una voz unificada que responda esas preguntas claves.

En lo fiscal, el Gobierno se debate entre tres objetivos en conflicto: bajar el déficit, minimizar los impuestos distorsivos e incrementar el gasto en infraestructura. En 2016 se priorizó la reducción de impuestos y se redujo la presión tributaria en 1,7% del PBI. Además, el gasto público en términos reales caerá en el año, ya que el nominal aumentará 35%, mientras que la inflación totalizará 40%.

¿Es un objetivo de mediano plazo del Gobierno mantener o incluso reducir el gasto en términos reales? No lo sabemos, pero si lo fuera, debería explicarlo: ayudaría a resolver la mayor incógnita macroeconómica de la Argentina. Si el Gobierno lograra mantener el gasto congelado en términos reales por los próximos cinco años y la economía creciera 3% por año, el gasto en relación con el PBI bajaría de 45% a 39% en 2021. Y si esa estabilidad del gasto permaneciera por diez años, caería hasta 34% del PBI en 2026.

En el primer caso, la reducción en el gasto alcanzaría para eliminar todo el déficit fiscal. En el segundo, para eliminar el déficit, bajar las alícuotas de Ganancias, quitar el impuesto a los débitos y créditos y bajar los impuestos al trabajo a la mitad.

Si ése fuera el plan, la manera de traer al presente parte de los beneficios futuros de la contención del gasto vendría dada por la comunicación de ese programa y por la creación de mecanismos que aseguren que el compromiso del Gobierno va más allá de un Powerpoint. Una ley de responsabilidad que establezca parámetros para el gasto en el mediano plazo (incluyendo el de las provincias) y que fije cómo se repartirá la mejora fiscal que provocaría la contención de las erogaciones (entre la reducción del déficit y la eliminación de impuestos) podría ser negociada con la oposición y despejaría en buena medida la duda de los inversores acerca de la solvencia fiscal de la Argentina. Ello abarataría el financiamiento para el Gobierno, las empresas y las familias.

En la política energética, las dudas son mayores. Si bien algunos precios han comenzado a mejorar para productores, generadores, transportistas y distribuidores, las regulaciones que gobernarán el sector en el largo plazo aún no han sido establecidas. Parte de ese problema se resolvería si el sector pudiera avanzar hacia una "contractualización" de la relación entre los productores y los consumidores de energía. Hoy hay inversiones industriales que no se concretan porque las empresas no saben si contarán con la energía necesaria y, mucho menos, el precio que pagarán por ella. Si se les permitiera a las productoras de gas hacer contratos privados para abastecer la demanda de las empresas, éstas podrían invertir con mayor certidumbre. A su vez, esos contratos de largo plazo les permitirían a los productores de gas acceder a mejor financiamiento y acelerar su proceso de inversiones. Para que el sector pueda "contractualizarse" hay que definir la regulación. Los efectos sobre la inversión serían notables.

Otras dudas permanecen. ¿Seguirá existiendo Enarsa? ¿Será normalizada Cammesa? ¿Cuándo será libre el precio del petróleo? A veces es mucho más importante saber si los precios serán libres que recibir un subsidio temporario.

En comercio internacional, el Gobierno tiene un plan. Consiste en ir eliminando gradualmente la protección que hoy genera que los argentinos enfrenten sobreprecios insoportables cuando consumen electrónicos, prendas de vestir, juguetes y otros bienes. Ese sobrecosto será removido gradualmente junto con la disminución de la protección en esos sectores. Y la forma de institucionalizarlo vendrá de la mano de la firma de acuerdos de libre comercio (como el del Mercosur y la UE), donde el sendero de convergencia hacia la apertura, de 10 o 15 años, quedará establecido. Bueno o malo, es un plan; falta comunicarlo.

Entre la existencia de los superministros de Economía de los últimos 30 años y el esquema actual, en el que rige una excesiva atomización tanto en la comunicación como en la toma de decisiones, hay un punto medio en el que el Gobierno aún no ha encontrado la dosis exacta. El mundo se puso más exigente. Encontrar ese camino del medio hoy es crucial.
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