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domingo, 13 de agosto de 2017

La historia juega a los dados con nuestro destino

Jorge Fernández DíazPor Jorge Fernández Díaz - La Nación
Mi padre era un caballero asturiano que pecaba por su excesiva corrección: expurgaba cuidadosamente del lenguaje las malas palabras y el doble sentido, y sólo podía ser agresivo en extrema defensa propia.

Una tarde, al volver del fútbol, me trajo dos muñecos entrelazados que representaban jugadores de San Lorenzo y de Huracán; un mecanismo básico permitía que el primero sodomizara al segundo. El regalo, por su violencia y su obscenidad, me dejó helado: yo tenía cerca de diez años, miré a mi padre como si fuera un desconocido y me pregunté en qué se convertía aquel hombre cuando iba a la cancha, afición muy ocasional que sólo compartía con ciertos amigos. 

La experiencia enseña que personas racionales y pacíficas suelen transfigurarse en verdaderos energúmenos al calor de un partido, y que gente apocada lanza en las gradas y plateas toda clase de insultos y amenazas aberrantes. Algo de ese fanatismo patotero, algo de esa pasión turbia y fundamentalmente frívola, una chispa de esa bronca visceral pero plana brilla por la división política dentro de las redes sociales, donde unos y otros se prometen el infierno. 

Afortunadamente, en la vida real la mayoría de ellos sería incapaz de llevar a cabo esas intimidaciones anónimas o grupales, esos augurios feroces y delictivos. La grieta es una pulseada demente y ciega, que degrada a todos por igual, y que se parece asombrosamente a la escaramuza futbolera. El acalorado debate intelectual para dirimir si la Argentina reconstruye un populismo autoritario o inaugura una democracia republicana es todo lo contrario: una discusión esencial para nuestro destino que de ningún modo puede ser acallada o eludida, y en ella el corte no resucita la clásica dicotomía de peronismo y antiperonismo, puesto que muchísimos devotos de Perón se ubican hoy en las dos veredas en pugna.

La persistente queja de que se han estado cavando trincheras de odio similares a 1955 proviene ahora del peronismo clásico, y suena a truco viejo y a impotencia. El truco busca una vez más escamotear la chance de que haya una evaluación seria y completa de los veinticuatro años de gestión justicialista, puesto que la curva de su derrotero gestionario muestra el tremendo declive nacional. Que pícaramente nadie quiere asumir como propio ni como un todo: menemistas, duhaldistas y kirchneristas pretenden no haber integrado la misma fuerza que privatizó a mansalva, devaluó a destajo y saqueó a conciencia. Este balance negativo es tachado inmediatamente de "neogorila": nadie podría acusar a los críticos del radicalismo o del socialismo santafecino de antirradicales o de antisocialistas, y esta permanente amenaza de estigmatización que produce incluso inhibiciones en cualquier comentarista independiente prueba hasta qué punto el peronismo logró colonizar la opinión política y esterilizar sus objeciones.

Otra peligrosa zoncera mascullada entre dientes por el peronismo tradicional se refiere al escándalo que le provoca un nuevo revisionismo histórico: esta corriente inorgánica no viene contaminada por las ideologías y está echando luz sobre la mismísima actuación de Perón a lo largo de sus dos primeros gobiernos, durante su exilio franquista y, principalmente, en los años 70, cuando la administración justicialista perpetró crímenes de lesa humanidad por los que nunca pagó. Curiosamente, los peronistas le adjudican con rencor a Mauricio Macri estas revelaciones librescas, sin entender además que Pro es desdichadamente un partido posmoderno sin conciencia ni preocupación histórica. Aunque tiene en su seno, vale decirlo, a delfines peronistas y se propone después de octubre tejer un gran acuerdo de fondo con los referentes genuinos del PJ.

El lamento peronista es un chantaje que esconde en su interior estos dos reproches implícitos: no revisen globalmente nuestra gestión y no exhumen los antiguos pecados de nuestro líder; si persisten en esa senda, estarán trabajando para la discordia de los argentinos. El mensaje revela hasta qué punto son refractarios a la autocrítica, y por qué no han logrado en consecuencia una renovación, un nuevo rumbo y un liderazgo consistente. Hoy resulta mucho más interesante discutir con el cristinismo que con dirigentes híbridos sin brújula ni convicciones.

Por estas horas, y ante la inminencia de una buena performance electoral de Unidad Ciudadana, esos mismos dirigentes pretenden instalar la ocurrencia de que Cristina Kirchner resucitó merced a quienes nunca dejamos de refutar sus argumentos. La reconstruimos por el simple método de nombrarla. Esto no es cierto: basta releer las encuestas de hace un año para comprobar que la imagen y la intención de votos de la arquitecta egipcia son hoy exactamente las mismas que entonces. El razonamiento intenta deslegitimar el hecho de que la Pasionaria del Calafate representa, nos guste o no, a un sector considerable del electorado y que puede capitalizar una parte del voto castigo contra un ajuste que ella misma provocó pero que Macri debió instrumentar. Y busca borronear también que el peronismo es inocente de no haber sabido desplazarla durante todo este tiempo.

Al igual que Cristina, soy hijo de una antigua familia asturiana en cuyo seno se hablaba bable, fui víctima del bullying en el colegio y me costó mucho integrarme en esta sociedad donde nos sentíamos extranjeros. Para hacerme rápidamente argentino, me volví peronista, algo que disgustó muchísimo a mi padre. Afirma Luis Alberto Romero que ese proceso de asimilación y arraigo a través del nacionalismo ha sido muy habitual en muchos inmigrantes de distintas generaciones y países: el peronismo brindaba aquí un intangible certificado de pertenencia. Mis padres provenían de la hambruna de la posguerra civil española y arribaban en 1947 a la Tierra Prometida de Perón. Quienes duden de los avances sociales que se produjeron en aquella época sólo deben leer la obra clásica de Romero: Breve historiacontemporánea de la Argentina. En ella pueden verse también las zonas siniestras y sus grandes camelos, inspirados mayormente en las experiencias de Mussolini. Los libros, los viajes, la madurez y un balance severo del desempeño de este movimiento durante la era fundada por Alfonsín me alejaron hacia una socialdemocracia desarrollista sin partido; un alma en pena, como diría Sarlo. Si viviera mi padre, un republicano español, seguramente estaría más de acuerdo con esta adscripción solitaria.

La radicalización del kirchnerismo, que en lugar de copiar lo mejor del partido de Perón calca lo peor, le agrega la tara setentista y asume propósitos bolivarianos, constituye una peligrosa tendencia que prefigura un régimen de partido único donde se disloca la economía y se combate a cualquier disidente. Cómplice principal de esta patología resulta el justicialismo bonaerense, que es la mismísima negación de aquella evolución de los años 40: convirtió su bastión histórico en el distrito más pobre del país, la mitad de su población trabaja en negro, el 60% carece de cloacas, dejó un Estado inútil y colapsado, alimentó a la policía mafiosa y permitió que el narcotráfico se adueñara de los territorios. El peronismo, en tanto fuerza dinamizadora y progresista, nos traicionó. Y aun así su reconfiguración es imprescindible para crear un nuevo sistema de partidos políticos. Cuando sea más interesante discutir con los peronistas clásicos que con los cristinistas, esa meta se habrá logrado. Y la Argentina quizá tenga entonces una verdadera oportunidad.

lunes, 7 de agosto de 2017

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos sigue matando silenciosamente al avión A-10

Por Dan Grazier - War is boring (Traducción Desarrollo y Defensa)
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos está realizando un gran espectáculo de publicidad para su inminente Light Attack Experiment, también conocido como OA-X . Oficialmente, este experimento a pequeña escala está destinado sólo a demostrar las capacidades de cuatro aviones ligeramente armados de bajo costo, disponibles en "tiendas", contra enemigos ligeramente defendidos como el Estado Islámico o los talibanes.
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos sigue matando silenciosamente la A-10
El general David Goldfein, jefe de estado mayor de la Fuerza Aérea, planea asistir este verano, cuando el A-29 Super Tucano, el AT-802L Longsword, el Textron Scorpion y el AT-6 Wolverine competirán para convertirse en el más nuevo avión de la flota.

Del reciente bombardeo mediático para el experimento de este verano no está saliendo de la nada. Durante más de dos años, los oficiales del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y otros han estado sentando las bases para el programa de ataque liviano, alabando sobre una compra de 300 aviones de ataque ligero para aliviar la costosa carga de costos operativos de los A-10, F-16 y F-15 que actualmente están volando misiones de ataque en entornos permisivos de defensa aérea como Siria, Irak y Afganistán.

Respondiendo al estímulo de la Fuerza Aérea, tres contratistas de defensa - Sierra Nevada, Textron y Beechcraft - iniciaron campañas de publicidad y cabildeo para sus respectivas ofertas para sus aeronaves de ataque ligero. En febrero de este año, el general Goldfein pidió un suplemento de 8 millones de dólares para acelerar su recién anunciado experimento de ataque ligero para que pudiera tener lugar este verano.

Un mes más tarde, el senador John McCain, un republicano de Arizona, publicó su plan de defensa "Restaurando el Poder Americano" de 2017 que abogaba por la compra de 300 OA-X. El mes pasado, su Comité de Servicios Armados del Senado autorizó un aumento de 1.200 millones de dólares en el presupuesto de 2018 para iniciar la contratación OA-X, aunque este dinero depende del improbable final del corte de recursos presupuestarios.
Un piloto A-10 en Afganistán. Captura de la Fuerza Aérea

Abrazando el ataque ligero por razones políticas

Es bastante extraño ver a la Fuerza Aérea tomando un interés en la velocidad baja, turbopropulsores baratos y aviones con turbofan, sobre todo a la luz de haber matado un programa casi idéntico OA-X en 2008. Hay buenas razones para creer que sus esfuerzos para financiar los $ 150 millones del F-35 y $ 550 millones del B-21, y el ahora el reciénte interés de la Fuerza Aérea en $ 20 millones de OA-X no es realmente para ahorrar al contribuyente unos dólares de horas de vuelo.

En cambio, el entusiasmo oficial por los OA-X parece ser la nueva arruga de la campaña de la USAF para cerrar la flota A-10 y aplastar para siempre el concepto de una fuerza dedicada de apoyo aéreo cercano con pilotos verdaderamente expertos.

De acuerdo con varias fuentes dentro de la Fuerza Aérea, el servicio aéreo avanzará con las pruebas de ataque ligero y eventualmente seleccionará una de las células para la adquisición. La adquisición de la OA-X seleccionada se arrastrará a lo largo de los años. Mientras tanto, la Fuerza Aérea solicitará el permiso para deshacerse de números cada vez mayores de A-10 para liberar fondos para comprar el nuevo avión, utilizando la justificación de que hace que el A-10 sea redundante.

Los A-10 serán enviados al "deposito" de donde serán rápidamente desechados, asegurando de esta manera que nunca más podrán ser puestos nuevamente en servicio. Una vez que el fallecimiento del A-10 sea un hecho consumado, el programa de ataque ligero será cancelado en silencio. Esto puede parecer bastante complaciente, pero la Fuerza Aérea ha intentado repetidamente deshacerse de la A-10 y de la misión de apoyo aéreo cercano sólo para ser frustrada por la presión pública y los mandatos del Congreso.

Esto encaja perfectamente con la realidad que se despliega a medida que la Fuerza Aérea recurre cada vez más a A-10 al cortar deliberadamente la producción de alas de reemplazo necesarias para extender la vida A-10 a los años 2030, mantenimiento. A pesar de que estas palabras están siendo escritas, la Fuerza Aérea está desmantelando los últimos 20 restantes intactos A-10Cs, usando como excusa la falta de alas de reemplazo en producción.
A-10 en Afganistán en 2009. Foto de David Axe

Un ejercicio en duplicidad

En septiembre pasado, la Secretaria de la Fuerza Aérea, Deborah James, anunció que, por deferencia a los mandatos del Congreso, la Fuerza Aérea retrasaría por años el retiro de la A-10. Para octubre de 2017, dijo el general Ellen Pawlikowski, jefe del Comando de Material Aéreo, el A-10 sería "otro avión que estamos sosteniendo indefinidamente".

En febrero de 2017, Goldfein dijo a Business Insider que la A-10 era segura hasta 2021 . En los meses siguientes, otros generales anotaron declaraciones igualmente tranquilizadoras. Ni el secretario ni los generales se molestaron en mencionar que en septiembre, al comienzo de este "crescendo" de garantías, la Fuerza Aérea ya había terminado deliberadamente el contrato para volar los A-10 con sólo 173 conjuntos de alas. La opción del contrato para rearmar el resto de la flota de 9 escuadrones y 283 aviones, con una solución que prolonga la vida, esencial para cumplir con el mandato del Congreso de 2017 de mantener 283 Warthogs volando.

Luego, que en un Comité de Servicios Armados de la Cámara celebrado en junio, cayo un mazaso. En el proceso de tranquilizar al comité sobre el futuro de la A-10, el Teniente General Arnold Bunch dejó escapar que la Fuerza Aérea planeaba sostener 6 escuadrones de A-10. La representante Martha McSally, una republicana de Arizona y piloto retirado del A-10, capturó algo que el resto del comité perdió. Seis escuadrones A-10 son tres menos que los nueve que ahora vuelan. En otras palabras, la Fuerza Aérea tenía la intención de cortar en silencio tres escuadrones.

En un seguimiento de la Solicitud formal de información, McSally pidió a la Fuerza Aérea que detallara cómo, si recibían fondos del Congreso. El cuartel general de la Fuerza Aérea respondió  que estaban presupuestando para mantener solamente 173 A-10s - es decir seis escuadrones - en servicio hasta 2030. 

La respuesta de la Fuerza Aérea RFI continúa diciendo que la mayoría de estas alas de reemplazo que llegan lentamente serán innecesarias debido a que sus A-10 receptores habrán sido reemplazados, presumiblemente por F-35s. En otras palabras, el liderazgo de la Fuerza Aérea está tan decidido a deshacerse de los A-10 que, aunque se proporcionen fondos no estarán dispuestos a mantener a los A-10 volando - desafiando directamente la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2017 , Que prohibió a la Fuerza Aérea utilizar cualquier dinero para retirar cualquier A-10.

Una amenaza mortal

En el año 2017, el Congreso también ordenó a la Fuerza Aérea que presentara un informe sobre cualquier déficit de apoyo cercano al F-35 que pueda ser descubierto durante las inminentes pruebas de despegue operacional F-35 / A-10 antes de que el servicio considere retirarse más A-10 . Estas pruebas, si se completan de manera tan realista como se planea actualmente, determinarán si el F-35 es tan efectivo en el combate como el A-10.

Esto es de gran importancia para el programa F-35 porque el desempeño de un apoyo aéreo cercano o mejor que las aeronaves heredadas es uno de los requisitos contractuales clave de todo el programa F-35 y porque el NDAA ordenó que no se aceptaran A-10 sustituidos hasta que el F-35 demuestre por lo menos la capacidad igual de apoyo cercano. Debido a la limitada capacidad de carga del CAS, la mala maniobrabilidad a baja velocidad, el corto tiempo de espera, las grandes deficiencias de los cañones y la alta vulnerabilidad al fuego en tierra, la prueba de despegue probablemente demuestre que el F-35 es significativamente inferior A la A-10 para la misión CAS.

En vista de este peligro evidente, los líderes de la Fuerza Aérea han estado negando la necesidad de esta prueba en particular y la lentitud de la entrega de células instrumentales esenciales y equipos de alcance, claramente con la esperanza de que la prueba pueda estancarse o cancelarse. El ex jefe de personal de la Fuerza Aérea y el actual director de Northrop Grumman , Mark Welsh, descartaron las pruebas como un " ejercicio tonto ".

La larga batalla de Close Air Support

El desprecio de la Fuerza Aérea por la cercana misión de apoyo aéreo estuvo en claro durante una audiencia de octubre de 2015 cuando el teniente general Christopher Bogdan dijo que no quería ir que volara el A-10 volar, prefiriendo probar el F-35 "en un entorno operacional realista para la misión CAS que la Fuerza Aérea pretende que el F-35 realice". Esa afirmación va perfectamente con la cultura de indiferencia, de larga data, profundamente arraigada, a un estrecho apoyo dentro de las altas filas de la Fuerza Aérea, una cultura que data mucho antes de la Segunda Guerra Mundial.

Casi nada podría ser más irrelevante que la forma en que la Fuerza Aérea "pretende" llevar a cabo un apoyo aéreo cercano. Cualquier preferencia de la Fuerza Aérea con respecto al apoyo aéreo cercano viene un segundo distante, nebuloso a las necesidades de las tropas que luchan en la tierra. Las necesidades dictadas por el combate real en tierra son el verdadero punto crucial del debate de apoyo cercano, algo que la Fuerza Aérea oficial ha estado ansiosa por reprimir desde los primeros días del Cuerpo Aéreo del Ejército.

Ahora tenemos un siglo de evidencia de que casi todos los oficiales generales de la Fuerza Aérea no tienen ningún interés real en la misión de apoyo aéreo cercano y son activamente hostiles a la adquisición de aviones dedicados y de misión única. Desde los días de Billy Mitchell y Giulio Douhet , los famosos publicistas y teóricos del poder aéreo de los años veinte, los aviadores han estado trabajando para convencer a los políticos que si sólo se les diera el dinero suficiente para comprar una fuerza de bombarderos lo suficientemente grande como para asegurar Victoria de los cielos sin prestar ninguna ayuda de las fuerzas terrestres.

En verdad, la idea de que la Fuerza Aérea ganó su independencia, que el bombardeo aéreo solo puede ganar guerras, ha sido probada una y otra vez . Sin embargo, en lugar de adaptarse a lo que realmente funcionaba en combate, la Fuerza Aérea persiste en sus esfuerzos por organizarse y equiparse como si los últimos 100 años de historia militar no existieran.

Esa historia es muy clara acerca de lo que realmente funcionó en estrecho apoyo de las fuerzas terrestres. Los logros históricos de combate de un estrecho apoyo están bien documentados. Entre ellos están las brillantes contribuciones de los P-47 de los Generales Elwood Quesada y Frederick Weyland al bombardeo de los Terceros y V Ejércitos a través de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. La acción de los primeros Corsair de la Brigada Provisional de la Marina, cuya extraordinaria integración táctica con los infantes de marina terrestres fue fundamental para evitar el colapso del flanco izquierdo del perímetro de Pusan ​​durante la Guerra de Corea.

De los pocos escuadrones A-1 que salvaron varios cientos de campos de las Fuerzas Especiales e innumerables patrullas de largo alcance de ser invadidos en las selvas de Vietnam. De los 144 A-10 que destruyeron más blancos tácticos que el resto de los 1.900 combatientes de la coalición de la Guerra del Golfo. Y de los diminutos escuadrones de A-10 desplegados en Afganistán, Irak y Siria que han salvado a los estadounidenses y sus aliados durante 15 años en cientos, si no miles, de los "peligrosos" combates.

El elemento común crítico de estos logros de apoyo cercano - aparte de los aviones adecuadamente armados, maniobrables y resistentes - es que para cada uno de estos éxitos en combate los pilotos responsables fueron intensamente entrenados para la misión primaria de apoyo a las tropas terrestres. Desafortunadamente, debido a la falta de esa prioridad en tiempo de paz de la Fuerza Aérea para un apoyo cercano, esa capacitación tuvo que ser obtenida en combate - un lugar más costoso y peligroso para entrenar - para las tres guerras antes de la Guerra del Golfo.

Pero la Guerra del Golfo marcó un cambio histórico: por primera vez, la Fuerza Aérea entró en una guerra con un grupo de expertos de apoyo cercano, pilotos y controladores directos. La simple razón era que la Fuerza Aérea tenía ahora en inventario una flota de aeronaves de apoyo especial de misión, la aeronave A-10, y los pilotos y controladores de tierra singularmente enfocados en esa misión. Esto en contraste con el programa tradicional y preferido de entrenamiento de la Fuerza Aérea multimisión, un enfoque que invariablemente relega un estrecho apoyo a la prioridad más baja.
Un A-10 en la revisión en 2007. Foto de Bryan William Jones

Para demostrar el sincero compromiso de la Fuerza Aérea de mantener un apoyo cercano durante el año pasado, un "desfile de generales" -incluyendo el pasado y el actual jefe del Estado Mayor y el comandante del Comando de Combate Aéreo- han promocionado el triple enfoque de la Fuerza Aérea para un estrecho apoyo: 
- Mejora y mantenimiento de la A-10.
- Lanzamiento del avión de ataque ligero OA-X, y / o configuración de los requisitos para un nuevo AX-2 fuertemente armado que continue el accionar de los A-10.

Dado el actual estrangulamiento logístico de la flota A-10, sabemos que el primer objetivo está lejos de ser perseguido. El segundo objetico,  la aeronave OA-X, según los expertos y la evidencia disponible, está destinado a una corta vida después de que tenga éxito como excusa para deshacerse de A-10.

En cuanto a la existencia de un AX-2 especializado en misiones CAS y reemplazo del A-10, el jefe de Personal en la Semana de la Aviación arroja un cubo de agua fría en ese tercer objetivo. En esa entrevista Goldfein ignora las claras lecciones de un combate de apoyo cercano desde la Segunda Guerra Mundial hasta Siria, minimizando explícitamente la plataforma de la misión única de la CAS y la necesidad de contar con un piloto especializado mientras discurre extensamente acerca de futuras discusiones de sobre "familias de sistemas", "Close-Air del siglo XXI "y" moviéndonos hacia adelante en nuevas formas de hacer negocios ".

Para las tropas cuya vida depende de la misión de apoyo aéreo - y para aquellos que están de acuerdo con ellos que la Fuerza Aérea está obligada a dar al soldado un apoyo cercano al menos tan bueno como el A-10 en cada guerra futura-. Pero, los deseos de los actuales líderes de la Fuerza Aérea son claros. Apoyar a la aeronave OA-X y permitir que la Fuerza Aérea reduzca el mantenimiento de la flota A-10 permitirá a los generales eliminar todos los A-10 en un plazo de 10 años.

Eso matará permanentemente cualquier posibilidad de una mejor fuerza de apoyo terrestre con A-10 operada por una comunidad continua de pilotos y controladores que son verdaderos expertos en proveer el apoyo cercano de primera clase. Las tropas que tienen que luchar la próxima guerra lo harán sin un apoyo aéreo efectivo y efectivo. Tendrán que luchar más duro para asegurar sus objetivos y serán más vulnerables a ser superados en situaciones en las que otros refuerzos en tierra están demasiado lejos.

Esta es la razón por la cual cualquier observador prudente del Pentágono debe ser extremadamente sospechoso de los motivos de la Fuerza Aérea detrás del programa OA-X . Simplemente no encaja. Entonces, ¿qué está pasando realmente?

Anticapitalismo hipócrita

Resultado de imagen para Anticapitalismo hipócrita(Editorial del diario La Nación) - Aunque sigan humeando las probetas, no se ha inventado ningún sistema mejor para el progreso material que el capitalismo

La primera visita que realizó Cristina Kirchner por su precandidatura senatorial fue a Cueroflex, fábrica recuperada en el conurbano bonaerense. Años antes, la ex presidenta aplaudió la expansión de la villa 31 como paradigma de crecimiento. Ambos son náufragos del fracaso argentino y no testimonios de sus logros. Como náufragos, merecen atención solidaria, pero también nos interpelan: ¿por qué se han cerrado empresas y multiplicado los asentamientos? Según la ex presidenta, recuperar fábricas y expandir villas fueron políticas de Estado, el pináculo del "modelo de acumulación de matriz productiva diversificada e inclusión social".

La Argentina se encuentra ávida de inversiones y le cuesta mucho lograrlas, pues tiene una larga tradición de rechazo al capitalismo para la convivencia colectiva, aunque lo prefiere para la vida particular. Los políticos, expertos en buscar votos, violentando principios y torciendo convicciones, adaptan su discurso al arquetipo nacional y popular. Un anticapitalismo hipócrita, que los locales se toman en broma, pero los extranjeros se toman en serio. Los recientes casos de Lear, Donnelly o PepsiCo no son ajenos a esa hipocresía.
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Ya nadie piensa en "combatir el capital" para lograr la patria justa, libre y soberana. Pero ese latiguillo, repetido durante 70 años, ha calado muy profundamente en la cultura vernácula y, como toda mentira, si se repite, "algo quedará". Y para satisfacción de Joseph Goebbels, mucho quedó.

En 2013 se estimaba que había 350 empresas recuperadas, fallidas durante sendas crisis en sucesivos populismos. En ese museo de argentinidad se encontrarán la fundición La Baskonia, los guardapolvos Brukman, las heladeras Coventry, la imprenta Gagaglione, los andamios Acrow, el hotel Bauen, la alimenticia Sasetru, la pinturería Cintoplom, los chacinados La Foresta, el jamón Torgelón, el frigorífico Yaguané, la transportista Rabbione, los chocolates Arrufat, los pollos San Sebastián, los extractores Galaxia, las zapatillas Gatic, los cerámicos Palmar, las cerámicas Zanón, los sprays Roby, las medias París, las ediciones Marymar, la gráfica Conforti, los acoplados La Helvética, las carabinas Mahely, los termostatos Penn Control, los compresores Fader, los lavarropas Aurora, los tractores Zanello, las camisas Angelo Paolo y los pulóveres San Remo, entre muchas otras.

En la Argentina todo es un corsi e ricorsi, aunque siempre para atrás, nunca para adelante, contrariando a Giambattista Vico. No aprendemos del pasado y reiteramos los mismos errores. Hace medio siglo experimentamos varios embriones de autogestión durante la llamada Revolución Argentina (1966-1973), con "el fin de asegurar la paz social": desde la "rehabilitación" de empresas insolventes (Onganía, 1967) hasta la "recuperación" de firmas en bancarrota (Levingston, 1970). Las primeras recibieron créditos del Banco Industrial fondeados con emisión monetaria del Banco Central. Las segundas fueron absorbidas por el Estado, financiadas con fondos públicos y administradas por burócratas sometidos a los sindicatos.

Así se estatizaron Siam Di Tella, el frigorífico Swift, las motos Gilera, las opalinas Hurlingham, los tocadiscos Winco, Textil Gloria, Editorial Codex, Industrias MAN, bodegas Cavic, Industrias Llave, La Cantábrica, Plástica Bernabó y La Bernalesa, todas sobrevivientes a la ley de quiebras. En 1973, cuando asumió José Ber Gelbard como ministro de Economía, debió crear un holding (Corporación Nacional de Empresas Nacionales) para coordinar las 170 fallidas y resucitadas.

Pero una cosa es la necesidad y otra es la ideología. Resulta admirable que obreros y empleados se hayan organizado para mantener con vida compañías que sus propios dueños dieron por muertas. En ocasiones, hasta convertirlas en firmas reconocidas, como tractores Pauny (ex Zanello) o las pinturas Cintoplom.

Sin embargo, esos casos deben ser la excepción y no la regla. Las inversiones que se necesitan para generar empleo y mantener al Estado, con sus sueldos y jubilaciones, sus asesores y viáticos, sus planes sociales y sus obras públicas, no pueden provenir de estos empeñosos sobrevivientes, sino de capitales privados que aporten dinero en serio, asumiendo riesgos conforme la dura regla de las ganancias y las pérdidas.
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Desde tiempo inmemorial, los distintos socialismos han intentado fórmulas de organización productiva horizontales e igualitarias, eliminando la figura del empresario y su ganancia. Fueron los casos de los socialismos utópicos, el anarcosindicalismo, la Comuna de París (los "ateliers" o talleres tomados, 1871), los soviets rusos (1917); la autogestión del mariscal Tito en Yugoslavia (1958), las fábricas ocupadas durante el Mayo francés (1968), los cordones industriales en Chile (Allende, 1972) y el Plan Inca en Perú (Velasco Alvarado, 1975).

Aunque sigan humeando las probetas, no se ha inventado ningún sistema mejor para el progreso material que el capitalismo. Lo atestiguan el crecimiento fenomenal de la República Popular China y la miseria de su contracara, la República de Cuba. O Corea del Sur, comparada con su homóloga del Norte. O la prosperidad de Colombia frente a su vecina, la República Bolivariana de Venezuela.

Fracasado el comunismo, el modelo de autogestión revivió como alternativa anticapitalista en América latina. Al Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas (Caracas, 2005) asistieron la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y la CGT. El tono del documento final aclara, para quien tuviera alguna duda, el contenido ideológico del encuentro, tan simpático al kirchnerismo.

"Rechaza la opresión imperialista, las leyes y valores del libre mercado y del capitalismo neoliberal, que ha condenado a nuestros pueblos a la exclusión, a la pobreza, a la profundización de la desigual distribución de los ingresos y de la riqueza, todo bajo instituciones y reglas financieras y comerciales, causa y origen de 220 millones de pobres en los países de América latina".

Los firmantes asumieron el compromiso de abrir empresas que pretendiesen ser trasladadas, estén quebradas o que amenacen con despidos masivos para luego ser "dirigidas y gestionadas por los trabajadores y trabajadoras basados en la propiedad colectiva y/o pública".

Son las mismas consignas que repitieron el PTS, el Polo Obrero y otros grupos trotskistas en los casos Lear, Donnelly y PepsiCo reclamando la recuperación de empresas como "instrumento de lucha contra el imperialismo opresor, en defensa de las conquistas populares, democráticas y nacionales".

Como lo señalamos desde estas columnas, casi todos los empleados aceptaron las indemnizaciones duplicadas que ofreció la compañía de snacks, que actuó conforme a la ley para trasladar su producción a una planta más moderna, alejarse de la conflictividad del GBA y aumentar el empleo en Mar del Plata. Pero los disturbios para la reincorporación no tenían un genuino interés laboral, sino ideológico y político: la ocupación de la planta para combatir el capital extranjero y su eventual expropiación "como instrumento de lucha contra el imperialismo opresor".

Las victorias de los violentos, forzando a empresas con piquetes, piedras y capuchas, son derrotas para la sociedad en su conjunto. Sus éxitos contra el capital son triunfos contra la inversión y el empleo. Sus trofeos en reyertas callejeras son desastres para el bienestar general. Pirro, rey de Epiro, sería "un poroto" ante el aporte de Pitrola y Del Caño al quebranto colectivo.

La izquierda cerril, experta en destruir lo construido e incapaz de engendrar prosperidad sin odios, jamás develará su plan para llegar a Shangri-La sin extraviarnos en la Rusia de Brezhnev, la Rumania de Ceaucescu, la Alemania de Honecker o la Venezuela de Maduro. Nuestros populistas vernáculos, ahora devenidos "republicanos", antes de simpatizar con forajidos de la agresión, deberían actuar como estadistas. Y explicar las causas de nuestra larga historia de empresas rehabilitadas, quebradas y recuperadas, para que los fracasos no se repitan, sin recurrir a las muletillas del encuentro de Caracas.

Es hipócrita alinearse con los demoledores del empleo por mero oportunismo, agravando la falta de seguridad jurídica en la Argentina. Es dañino jugar con fuego, quemar el colchón y terminar incendiando el hogar donde viven nuestros hijos y nacerán nuestros nietos.

domingo, 6 de agosto de 2017

Lo que calla esta campaña de silencios

Jorge Fernández Díaz
Por Jorge Fernández Díaz - LA NACION

El chavismo ha reconocido repetidamente la influencia ideológica del primer Perón, pero lo cierto es que éste prefirió irse a desatar un derramamiento de sangre. Algunos intelectuales kirchneristas le exigen ahora a Maduro que meta bala como aquella juventud sindical le reclamaba a Perón que exterminara a los "zurdos" insurrectos de los años 70; esa segunda vez, el General no se hizo rogar: persiguió a sangre y fuego a los montoneros y a los trotskistas del Ejército Revolucionario del Pueblo que lo desafiaban. 

Muchos militantes de la izquierda peronista que repudiaron el militarismo de Montoneros, que luego se integraron a las tradiciones republicanas y que confraternizaron con las socialdemocracias del mundo, que defendieron la libertad y los derechos humanos y que lucharon contra toda violencia política, contra el terrorismo de Estado y contra el partido militar, convalidan hoy un régimen militarizado que desprecia a las centroizquierdas por "reformistas", que viola las instituciones "porque son trucos de la derecha", que ejerce la represión estatal con ejércitos siniestros y grupos parapoliciales y que además practica el asesinato de estudiantes, el encarcelamiento de opositores y la censura de disidentes. A esto se agrega el hecho de que la izquierda peronista democrática soñó siempre con una gestión virtuosa que no hambreara al pueblo, desgracia que alcanzó solita y sola la administración bolivariana, a pesar de que el "imperio norteamericano" continúa comprándole el petróleo para que siga subsistiendo en medio de sus autoinfligidas calamidades.

El triunfo de la revolución cubana puso de moda el guevarismo, y éste penetró el movimiento peronista con resultados trágicos en los años de plomo. El triunfo del "socialismo del siglo XXI" en Venezuela, auspiciado por los cubanos, puso de moda el populismo autoritario en América latina e infestó un peronismo que tenía tradicionales vicios populistas, pero al que hasta entonces no se le había ocurrido la absurda idea de volver al 45 y que había evitado juiciosamente radicalizarse. 

Ese peronismo se mezcló con antiguos estalinistas (Diana Conti se jactó de serlo aun después de aceptar las masivas carnicerías de Stalin) y con fascistas de manual que los habrían "cazado" con gusto durante los momentos álgidos del setentismo. 
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Néstor hablaba pestes en privado de Chávez, pero su viuda cayó hechizada por el lenguaraz, y de hecho su último gobierno siguió los consejos del comandante y extremó posiciones como nunca se había visto desde la restauración democrática de 1983. Fue como si imaginariamente ella les dijera a los viejos simpatizantes de la izquierda peronista y a algunos marxistas leninistas reconvertidos que su evolución democrática era resignada, y que debían retroceder a los "patrióticos" casilleros jacobinos de la juventud. Muchos lo aceptaron emocionalmente, sin reflexión profunda, puesto que nada se añora tanto como volver a ser joven y no hay nada más amargo que la intemperie para alguien que perdió la fe. Estos izquierdismos recargados que se habían sumergido en las aguas depurativas del glamour del fracaso (perdimos porque éramos los mejores) decidieron de pronto que Venezuela era una meca y, ahora para no admitir aquel grueso error, combinan la ceguera con una denuncia antiimperialista que no tiene ningún asidero en la realidad. Pudieron abandonar a Perón, pero no consiguen abandonar a Maduro. La soberbia se lo impide.
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Existe una simpática frivolidad en muchos progresistas que siguen hablando de la dictadura del proletariado, pero no soportan la menor transgresión de lo políticamente correcto. Escrutado a fondo, ningún progre que se escandaliza por el machismo, el maltrato a los animales o la xenofobia del lenguaje podría justificar hoy en día lo que de verdad significa una revolución: mordazas, purgas, prisión y fusilamientos de seres humanos. Los progres defendían las ocurrencias de La Habana, pero se cuidaban de no vivir bajo esa incómoda opresión, y ahora sostienen con alegría inflamada la receta de Caracas, aunque desde los acomodados barrios de Buenos Aires, donde al menos no escasea el papel higiénico. Desde el triunfo de Alfonsín, la simpatía por Cuba era folklórica; en cambio, la adhesión al chavismo es menos inocua, porque una subsidiaria ideológica llegó a encumbrarse en la Casa Rosada, porque retiene importantes parcelas institucionales y porque amenaza con ganar las elecciones bonaerenses y regresar al poder.
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La existencia de este proyecto contrario a la república, enmascarado porque es piantavotos, perturba toda la democracia y les imprime tensión a la política y a la economía. Todos tienen miedo: los peronistas "traidores", los jueces, los periodistas críticos, los empresarios y, sobre todo, millones de ciudadanos de a pie que sólo anhelan un país normal. Ese miedo se palpa en el aire y se traduce de diversas maneras (también en la compra de dólares o en la renuencia de los inversores a poner plata hasta que escampe) y constituye un fenómeno relativamente nuevo en nuestro país. Contrariamente al sentido común y la convivencia política, el cristinismo formula en secreto una autocrítica insólita que toma el camino inverso: en lugar de reconocer que la performance económica resultó mala y que los avances sobre las instituciones fueron excesos inadmisibles para esta sociedad, han llegado a la conclusión de que su derrota se debió a que fueron demasiado flojos con el enemigo; se prometen a sí mismos ser más impiadosos en el próximo turno. La opción por el "antisistema" explica la deslegitimación que le imprimen a Cambiemos y la negativa a cualquier tipo de acuerdo parlamentario con el gobierno constitucional y con los otros bloques legislativos. Estamos en presencia de una facción cuyo fin último es doblegar al resto, excluir a los discrepantes y no participar jamás del sistema de partidos políticos ni del sanador juego de las alternancias.
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Es por todo esto que muy pocos kirchneristas alzaron la voz para castigar las aberraciones del chavismo y que nadie reprendió a Hebe de Bonafini, que esta semana escapó de la gran estrategia de simulación del corderito patagónico y manifestó el deseo cristinista de acallar de una vez por todas a los medios de comunicación: "¿Cómo podríamos hacer para tapar los canales? -se preguntó-. ¿No podemos poner algún pibe que invente poner negro todos los canales que tienen ellos?". Tampoco casi nadie reprobó las palabras de Guillermo Moreno: "¿Viste las mujeres radicales el olor que tienen?". Imaginemos a un dirigente del oficialismo diciendo lo mismo sobre las mujeres peronistas y tendremos una idea del nivel de escándalo que a esta altura habría en nuestra patria, y también del tamaño de la hipocresía que experimentamos. Y que se refuerza con estas palabras antológicas: "No queremos que le vaya mal al Gobierno". La Pasionaria del Calafate se está haciendo adicta a las bromas sublimes. Hace unos días, en vísperas de la sesión para proteger a Julio De Vido, alguien muy cercano a ella les transmitió a sus "soldados" del Congreso una sentencia mucho más honesta: "Vamos a demostrarles a todos quién tiene el poder y después de las PASO vamos a demostrarles quién tiene la calle". El asunto prenuncia la organización de una escalada de conflictividad justo cuando parece que por fin ha comenzado tímidamente la reactivación. Todo sea para que la bandera bolivariana triunfe en octubre. Ése es el gravísimo secreto a voces que calla esta campaña de silencios.

sábado, 5 de agosto de 2017

El Congreso Estadounidense odia a los más pequeños buques de guerra de la Marina

Por DAVID AX - The Wor is borning (Traducción y modificación por Desarrollo y Defensa)
Los legisladores no permitirán que la rama de navegación cuente con barcos de patrulla "Cyclone"
Los  US Navy Clase Cyclone  son buques patrulleros de 179 pies de largo, con dos cañones de 25 milímetros, además de ametralladoras, lanzagranadas y dos montajes cuádruples de corto alcance  misiles anti-buque Griffin
Desplazando sólo 330 toneladas, los Cyclone son posiblemente los buques de guerra estadounidenses más fuertemente armados en relación con su tamaño. Pero a pesar de todo ese poder de fuego, el Congreso estadounidense se niega a incluir las patrullas en el número oficial de buques desplegables y de fuerza de combate.

La decisión del Congreso de retirar los Cyclones -que el cuerpo legislativo codificó en el proyecto de ley de financiamiento militar del 2015- es el último golpe en una batalla burocrática sobre el conteo de barcos que enfrenta a los legisladores frente a la Marina.
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Desde la adquisición de los barcos de patrulla a mediados de los años 1990 hasta hace poco, la Marina luchó por encontrar un lugar para los buques diminutos en una flota dominada por mucho más grandes portaviones oceanícos, los cruceros y destructores.

El Cyclone pasó una década en una especie de limbo de planificación. Pero entonces en 2003, Estados Unidos invadió Irak - y de repente las patrullas encontraron su vocación. Las aguas del Golfo Pérsico alrededor de la única terminal de petróleo de Irak, donde los buques cisterna se conectan para cargar el precioso crudo, son demasiado superficiales para los destructores y los cruceros. Así que para proteger la instalación estratégica de petróleo, la Marina desplegó Cyclones.
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Los barcos minúsculos pero duros probaron ser aptos en las patrullas rivereñas . Después de que la recién nacida armada iraquí se hiciera cargo de la protección del terminal petrolero, los ciclones se desplazaron a misiones más generales en las aguas que separaban a Irak e Irán. 

Hoy, 10 de los 13 ciclones de la Armada se basan en Bahrein y representan la vanguardia de Estados Unidos en su permanente enfrentamiento con Irán sobre el programa nuclear de este último.
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Para preparar mejor los barcos de patrulla para el combate en aguas caóticas y abarrotadas, en 2013 la Armada empezó a mejorar los buques, añadiendo los misiles Griffin para aumentar la potencia de fuego de los barcos. Para reflejar mejor el nuevo papel y armamento del Cyclone, en marzo de 2014 la Armada revisó sus criterios para su inclusión en la flota de batalla oficial y añadió a la lista los 10 barcos patrulleros en Bahrein.
Eso elevó la fuerza de batalla a 288 buques - y levantó la ira de algunos legisladores en un momento en que la Marina estaba luchando para aumentar su número de buques mientras se mantenía dentro de las tapas de "retención" de los bonos. "Con el presupuesto de seguridad nacional de Estados Unidos bajo una fuerte presión, es imprescindible que el Congreso y el pueblo estadounidense sean capaces de visualizar cuan radicalmente es el secuestro está afectando la fuerza naval americana", dijo el republicano Randy Forbes al criticar la nuevas reglas de contabilidad.
El Congreso fue rápido para mandar un regreso al viejo sistema de conteo en la ley de gastos militares del próximo año. Las reglas restauradas entraron en vigor a finales de marzo e inmediatamente eliminaron los 10 Cyclones de la cuenta oficial. Para ser claros, los patrulleros permanecen en servicio a pesar de desaparecer de la lista de la fuerza de batalla.

Pero la intervención del Congreso tiene el efecto de hacer que la Marina parezca más débil de lo que realmente es - una obvia ventaja política para la mayoría republicana en el Congreso, ya que buscaba socavar al entonces  Pres. Barack Obama y su Partido Demócrata.
Es cierto que los ciclones son comparativamente pequeños y de corta distancia y por lo general requieren la ayuda de un buque de carga pesada para moverse en los océanos. Pero los barcos de patrulla están muy en la línea de frente naval - y serían algunas de las primeras fuerzas estadounidenses en ver la acción si el enfrentamiento con Irán se volvía caliente.
La Marina está convencida de que los Cyclones deberían estar en el número de fuerzas de combate. En su informe anual al Congreso sobre los planes de construcción naval a largo plazo, la rama de navegación protestó formalmente contra la omisión de los barcos patrulleros. "Están cumpliendo misiones, funciones y tareas navales validadas y de larga data, protegiendo los intereses nacionales de los Estados Unidos y proporcionando seguridad estabilizadora a nuestros aliados y socios en una región volátil del mundo", dijo la Marina sobre los Cyclones.

Vale la pena señalar que la tensión sobre el estatus de los barcos se resolverá, ya que la Marina planea reemplazar a los Cyclones  con Buques de Combate Litoral mucho más grandes en los próximos años. Los LCS están en la lista oficial de batalla y aun nadie ha propuesto eliminarlos.

Éramos pocos y parió la economía

Carlos M. Reymundo RobertsPor Carlos M. Reymundo Roberts - LA NACION - @Crroberts
Un temblor está sacudiendo el camino hacia las PASO y hacia octubre. Es un movimiento que ningún sismógrafo había previsto: la economía empezó a dar señales de vida. 

A saber. Crece la producción industrial, la construcción, los créditos hipotecarios, las inversiones, la venta de autos y propiedades, el consumo (bueno, por ahora se está desperezando), la recaudación impositiva. Se crean empleos. Dicen que por primera vez la pobreza está por debajo de los niveles que dejó Cristina, lo cual no es ningún mérito: ella y su marido encabezaron una cruzada para enriquecer a la población, pero después de 12 años la movida sólo fue exitosa en su familia y en sus funcionarios.

Este temblor, que no sabemos cuánto va a medir en la escala Richter, está poniendo la campaña patas para arriba. Toda la oposición estructuró su discurso sobre la base de que al gobierno de los CEO y la CEO (Confederación de Empresarios Oligarcas) los números no le cierran. Aun en un contexto que sigue siendo crítico, si la economía cobra vigor, los brotes no se secan y la inflación consolida su retroceso, la estrategia opositora va a tener que cambiar. En Unidad Ciudadana se declararon en sesión permanente, sin saber muy bien para dónde rumbear. Tienen miedo de que los extras que hacen subir a los escenarios para relatar lo mal que la están pasando empiecen a decir que ahora no la están pasando tan mal. Cristina no puede creer que la gente no haya esperado unos meses para comprar un departamento o cambiar el auto. Máximo, que según su última declaración jurada en 2016 perdió plata, dirá que si gobernara su madre eso no le hubiese pasado. De Vido frenó un spot en el que presentaba un ambicioso plan de obras públicas. A Kicillof le pidieron que pensara una réplica al rebote de la economía y propuso decir que es "una confabulación de la industria, el campo, los constructores, las inmobiliarias, las automotrices y los consumidores". Fernanda "Papelón" Vallejos se muere por declarar que la economía estaba mejor con Boudou, pero le pusieron un bozal. Parrilli tiró una idea que no prendió: "Digamos que el Indec miente".
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Massa también se despistó un poco, porque el cambio de expectativas se da justo cuando había conseguido centrar su mensaje en las cuestiones que atañen al bolsillo. ¿Su ventaja? Se mete en el placard de las estrategias y sale revestido con nuevas fórmulas, siempre convincentes y que él se esmera en vender como nadie. Margarita volverá a poner el foco en la corrupción. De paso, apareció una nueva sospecha, y no de la era cleptonista. En un poderoso lobby empresarial están quejosos con un área del Gobierno que no tiene a la transparencia en su agenda.

Sanfilippo va a decir que las cosas empezaron a enderezarse gracias a su amenaza de "garrote, garrote, garrote". Randazzo dice que ya no sabe qué decir. Está harto de que le muevan el arco. Scioli cree que este contratiempo lo obligará a caminar más la provincia. El miércoles visitó un centro de jubilados de San Martín. Hace campaña sin dejar de pensar en su futuro.

Hasta en Cambiemos tuvieron que modificar radicalmente los planes. Durán Barba les había prohibido a los candidatos que hablaran de economía. Ahora les va a prohibir que hablen de otra cosa.

También lo de Venezuela se debate en la campaña. Maduro reprime y mata, recurre al fraude, viola lo que le queda por violar de la vida cívica e institucional, encarcela a opositores, somete a su pueblo a horribles vejámenes. Por las mañanas se propone ser peor que el día anterior, y lo consigue. Acá, todo el mundo está esperando que Cristina diga algo. El ominoso silencio del "progresismo" ante dramas como el venezolano fue magistralmente abordado el miércoles por Norma Morandini en la nacion. Pero Cristina, igual que muchos otros, sigue callada. Allá crecen la hambruna y el río de sangre, la más flagrante violación de los derechos humanos, y ella no dice una palabra. Pues bien, les doy una primicia. Ya tiene redactado un tuit claro, contundente, inequívoco. Una cerrada defensa de su amigo Maduro.

Tan demorado como Cristina, el Vaticano pidió ayer la suspensión de la Constituyente y manifestó su preocupación por el agravamiento del clima social y político. El comunicado viene a desmentir el rumor de que el Papa no estaba enterado de la crisis.

Anteayer me di una vuelta por el Palacio de Justicia, donde unos miles de personas se congregaron para reclamar que avancen los juicios por corrupción del kirchnerismo. El fin de la impunidad. No sé si las investigaciones van a ritmo cansino o si los fueros corren más rápido. La respuesta de los tribunales a la protesta fue absolver ayer a Boudou por prescripción de la causa. Como que se puso viejita, pobre. Los pecados de juventud se perdonan. Durante el acto prendieron velas para simbolizar "la luz que debe iluminar el entendimiento de los jueces". Yo prendí la linterna de mi celular, menos solemne pero más potente. Muchos me siguieron. Desde un despacho del palacio nos pidieron que las apagáramos. A oscuras se sienten más cómodos.

Así, en penumbras, está el contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, en el penal de Marcos Paz. Acaba de decir que se siente como Mandela, que estuvo 27 años en la cárcel. La pucha. Por qué será que imagina una condena tan larga.

domingo, 30 de julio de 2017

El "progre", la incoherencia de un burgués con ideas de izquierda

El
(Cronista.com) - La mediática politóloga guatemalteca Gloria Alvarez intenta desarmar con ironía los mitos e ideas preconcebidas de los nuevos "progres", entendidos por la autora como un colectivo de izquierda que desde su "superioridad moral" dice defender los intereses de los trabajadores.



El progre es una figura tan universal que es fácilmente reconocible. Da igual dónde los situemos, sus rasgos son tan definitorios que, salvo leves adaptaciones nacionales, identificarlos será fácil, y ésa es nuestra primera tarea cuando hemos de interactuar con él.

El progre, como todos hemos podido ver cuando nos tropezamos con ellos, es de clase media o alta, con ideas de izquierda, y cierta inquietud intelectual. Es un burgués que no reconoce serlo, que no renuncia a su vida cómoda, pese a que dichas comodidades materiales que tanto aprecia vienen de su principal enemigo: el capitalismo. Pero nadie dijo que el progre viva de forma coherente con sus ideas; de hecho, es uno de sus rasgos característicos allí donde lo encontramos.

Sus denominaciones son diversas, pero todas reflejan la misma realidad:
- En España se les llama, entre otras denominaciones, rojos o izquierda caviar.
- En México les llaman chairos o pejezombies...
- En Cuba, comecandela.
- En Guatemala, comanches, guerrilleros de cafetería o socialistas de las zonas 10 y 14. (...)
- En Argentina, progres o zurdos, hippie con Osde.
- En Chile, rojos, comunachos, zurdos, monos, progres, cuico progres o socialistas de balneario.
- En Paraguay, zurdos.
- En Uruguay, socialatas, tupas, bolches, chinos, suciolistas, fracaso amplistas o fraude amplistas, zurdos caviar.
- En Brasil, esquerdistas, esquerda caviar o mortadelas.

El jurista estadounidense G. Gordon Liddy definía al progre como "aquel que se siente profundamente en deuda con el prójimo y propone saldar esa deuda con tu dinero". En 1970 Tom Wolfe, que los denominó radical chic, nos daba de ellos una perfecta descripción. En un artículo publicado en el New York Magazine tras una fiesta en el lujoso apartamento de Leonard Bernstein en Manhattan, en la que de hecho se coló, reflexionaba sobre cómo la actividad de las elites sociales se dirigía más a revestir una postura de izquierdas que a mostrar una verdadera convicción política por la misma. Su comportamiento reflejaba más una idea de ganar prestigio social o incluso de limpiar culpas que una auténtica creencia en dichas ideas.

Así, criticaba como la cultura de clases que tienen estos progres les llevaba a considerarse en monopolio de una virtud conseguida a través de sus actos políticos de defensa de determinadas causas sociales. Una virtud que han de mostrar siempre y en todo caso al mundo, que toman como elemento de conducta y que sirve para diferenciar al que puede entrar en sus círculos del que no. Porque, no nos engañemos, ser progre no es fácil, y ser reconocido, admitido e incluido en círculos progres lo es aún menos. Hay que demostrar ciertas aptitudes para ser considerado, por ellos mismos, dignos del "carné de progre pata negra".

Por supuesto, un buen progre que se precie nunca reconocería su incoherencia. Para ellos conducir un coche de último modelo de gran cilindrada es compatible con hacer del ecologismo una causa, con defender las muy dudosas democracias rusas, venezolanas, ecuatorianas o iraníes, con defender derechos de las mujeres y homosexuales, con abogar por el laicismo mientras se defiende la religión islámica y al tiempo se ataca a judíos y a católicos. Por eso no les molesta la disonancia cognitiva que a los defensores del sentido común nos produce cuando nos enteramos que Daniel Ortega es accionista de las principales industrias nicaragüenses, que Rafael Correa manda a censurar canciones en la radio, películas en la televisión o noticias en la prensa.

De hecho, es precisamente lo que criticaba Wolfe; mientras los progres o radical chic defienden la paz, el diálogo o el respeto a las minorías, son capaces de recaudar fondos para asociaciones como los Black Panthers, aquellos para los que Berstein pedía financiación en la fiesta a la que se refería Wolfe en su artículo. Así, se puede decir que se lucha contra él pero al mismo tiempo se justifican los ataques de Hamas a Israel, porque en este caso son autodefensa; o denominar al grupo terrorista ETA movimiento de liberación y a sus presos, presos políticos sin sonrojarse.

Y qué decir de los derechos humanos. Puede defenderse cualquier causa en base a la quiebra de un derecho humano (lo sea o no, ya que su confusión sobre la naturaleza de los derechos les impide diferenciarlos y califican cualquier necesidad material que consideren que ha de existir como derecho humano) pero al tiempo defender, apoyar y tomar como ejemplo a países que tienen en la violación de los mismos su seña de identidad internacional. Por eso para el progre es condenable que un Pinochet haya acabado con la vida de cerca de tres mil opositores, pero para nada es considerado un crimen a su juicio los miles que Ernesto Che Guevara fusiló confesando el placer que le daba hacerlo en sus cartas a su padre.

Hijos de la burguesía

Este comportamiento de clase, aunque vistan sus reivindicaciones de clase obrera, tiene como consecuencia también que su entorno acomodado o muy acomodado les ofrezca una seguridad económica y personal que favorece su dedicación a la lucha por los derechos del pueblo desde la calidez de su domicilio, con la ayuda de su Mac y su iPhone último modelo. Porque si las personas de izquierda de toda la vida usan la pancarta, la chapa en la solapa y las manifestaciones como forma de protesta, el kit básico del progre es un móvil, un hashtag y una sentada en una plaza bien armado de cerveza..., aunque una buena manifestación nunca será rechazada.

Si bien sus formas no son las de la izquierda a la que estamos acostumbrados -esa izquierda ortodoxa de costumbres reivindicativas-, sí comparten con ellos escenarios y causas. De hecho, una manifestación es un plan al que no dudan en sumarse y es habitual ver como intentan mezclarse con ellos en sus tradicionales algaradas, ya tampoco dudan en gritar sus consignas, aunque luego las discusiones tengan lugar en bares con un desalineado pero muy cuidado aspecto diseñado por algún decorador -por supuesto, progre- con un carísimo gusto por lo antiguo, lo francés y seguramente la fotografía, en lugar de cafeterías de barrio o locales vecinales con carteles comerciales y calendarios adornando las paredes.

Lo que sí es común en estas discusiones, más allá de los escenarios, es el odio al capitalismo, el rechazo a Estados Unidos o la simpatía hacia los populismos, que normalmente abrazan. Porque si algo tiene el progre es su deseo de abrazar a cualquier salvador mesiánico que haga del rechazo al capitalismo que al tiempo le financia una bandera que poder enarbolar como hacían los progres de antaño, a finales de los años sesenta, en Europa y gran parte de América con el Che Guevara, Castro, Perón o Allende; e incluso hoy lo hacen con el primero. El primero, de hecho, y a pesar de sus desméritos, no ha salido nunca de su iconografía.

Porque al igual que estos libertadores lo hicieron con su pueblo -aunque los lograran a base de violencia, crímenes y violación de libertades una vez que alcanzaron el poder-, ellos han venido para redimirnos. Se consideran en posesión de una superioridad ética y moral y nos perdonan por nuestros pecados, fruto sólo de nuestra ignorancia, pero no dudan en darnos motivos para alcanzar su fe, comunicarnos su catecismo y hacernos comulgar con sus ideas.

Su causa es ayudarnos, sacarnos de nuestra ceguera. Una ceguera en la que hemos caído todos presos por culpa del capitalismo como sistema económico, el liberalismo como meta política y Occidente como entorno social. Así, al igual que los protagonistas de la novela de Saramago, un día nos levantamos todos ciegos, nos contagiamos la incapacidad de ver, y ellos son los que nos van a reeducar hasta que expiemos nuestros pecados y volvamos a ver el mundo como el progre considera que hay que verlo. Queridos lectores, lejos de criticar su adoctrinamiento hemos de dar las gracias porque nos hagan partícipes de su catecismo.

sábado, 29 de julio de 2017

¿Cómo sería una guerra con Corea del Norte?

Redacción BBC Mundo
Misil balístico surcoreano
Misil balístico surcoreano - GETTY IMAGES - El 27 de julio se cumplieron 64 años de la firma del armisticio entre las dos Coreas tras la guerra de 1953. En la península de Corea ya hubo una guerra. Fue en 1950, cuando el entonces líder norcoreano, Kim Il-sung -el abuelo del actual mandatario Kim Jong-un- decidió invadir a su vecino del sur. Estados Unidos intervino para repeler la invasión y el conflicto, que duró tres años, causó grandes pérdidas materiales y humanas. Hoy, más de seis décadas después, las tensiones en la península son más fuertes que nunca.

EE.UU. advierte que se acabó "la era de la paciencia estratégica" con Corea del Norte. A principios de este mes, Pyongyang declaró que había lanzado con éxito un misil balístico intercontinental capaz de llegar a Alaska y este viernes volvió a lanzar un proyectil similar que cayó en el mar de Japón. Algunos expertos creen que Corea del Norte podrá, dentro de los próximos tres años, disparar un misil capaz alcanzar la ciudad de Los Ángeles, en California.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha advertido que existe la posibilidad de un "gran, gran conflicto" con Corea del Norte.
Soldados surcoreanos
Soldados surcoreanos - GETTY IMAGES
Más de seis décadas después del armisticio, las tensiones en la península son más fuertes que nunca.
¿Cómo sería hoy en día un enfrentamiento en la península cuando las mayores potencias nucleares del planeta tienen intereses en la región?

La primera invasión
La guerra coreana comenzó en 1950, cuando las entonces superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, se estaban dividiendo el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Los soviéticos se habían quedado con el control de la parte norte de la península, los estadounidenses con el sur.

El 25 de junio, Corea del Norte, apoyada por la Unión Soviética y China, invadió al Sur. Y Estados Unidos envió a sus fuerzas para ayudar a Corea del Sur a repeler "la invasión de los comunistas".
Con la ayuda de Washington, Seúl, la capital surcoreana, fue recuperada en dos meses. Pero entonces China, alarmada con la decisión de Estados Unidos de movilizar a sus fuerzas hacia el norte para perseguir la reunificación de la península, intervino en el conflicto.

Entonces todas las partes comenzaron a hablar de usar armas atómicas y bombas nucleares.
Pronto, lo que empezó como una batalla para reunificar Corea amenazó con convertirse en una tercera guerra mundial nuclear.
Zona desmilitarizada
Zona desmilitarizada - GETTY IMAGES - La zona desmilitarizada que divide a las Coreas es una de las áreas más fuertemente armadas del mundo.

Tres años después, el conflicto llegó a un callejón sin salida y, sin ningún acuerdo, lo único que quedaba en la región era una enorme destrucción. "Hubo unos tres millones de coreanos muertos, 100.000 huérfanos, unos diez millones de desplazados y una completa devastación", le dice a la BBC Sue Terry, exanalista de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) de asuntos de Corea y profesora de la Universidad Nacional de Seúl. "Pyongyang quedó totalmente destruido. Ni un solo edificio quedó en pie", agrega.

El 27 de julio de 1953, las dos partes deciden firmar un armisticio diseñado como medida temporal para asegurar el cese total de las hostilidades. Hoy, 64 años después, ambos países siguen técnicamente en guerra. Con las crecientes hostilidades en la región, y las tensiones entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump, algunos expertos creen que bastaría un error de cálculo para reanudar esta guerra.

"La zona desmilitarizada (que divide a ambas Coreas) es una de las áreas más fuertemente armadas del mundo", le dice a la BBC David Maxwell, coronel retirado del ejército de Estados Unidos y analista del Centro de Estudios para la Seguridad de la Universidad de Georgetown. "El Norte tiene un ejército con 1,1 millones miembros en servicio activo y el 70% de las fuerzas están desplegadas entre Pyongyang y la zona desmilitarizada", explica Maxwell, quien ayudó a planear una respuesta estadounidense para una potencial segunda invasión de Corea del Norte al Sur.

Desfile norcoreano
Desfile norcoreano - GETTY IMAGES - El ejército de Corea del Norte es el cuarto más grande del mundo. El Ejército norcoreano, dice el experto, es enorme. "Tienen unos 6 millones de miembros en sus fuerzas de reserva". "Creo que es el cuarto ejército más grande del mundo".

Error de cálculo

Maxwell considera que las recientes pruebas nucleares de Corea del Norte y sus lanzamientos de misiles incrementan cada vez más las probabilidades de un ataque preventivo de Estados Unidos.
"Si Kim Jong-un piensa que se está preparando uno de estos ataques en su contra, podría ordenar a sus comandantes que inicien una guerra". "Los comandantes norcoreanos tendrían órdenes de desatar todo el fuego de su artillería y provocar el mayor daño y destrucción posibles en Corea del Sur".

"En las primeras horas habría cientos de miles de disparos de proyectiles y lanzamientos de misiles contra el Sur, principalmente dirigidos a Seúl", dice el experto. Y sólo tomaría unos minutos para que esos proyectiles llegaran desde el norte hasta Seúl. Con 25 millones de personas en la capital y el área metropolitana no sería una tarea fácil movilizar a los habitantes hacia áreas protegidas.

"Las proyecciones de víctimas al inicio del combate indican que podría haber 64.000 muertos sólo el primer día de una guerra", dice David Maxwell. "El nivel de sufrimiento que esto provocaría es algo que no podemos imaginar", agrega.
Prisioneros norcoreanos capturados por EE.UU.
Prisioneros norcoreanos capturados por EE.UU. - GETTY IMAGES
La primera guerra de Corea causó tres millones de muertes, 100.000 huérfanos, unos diez millones de desplazados y una completa devastación.

El objetivo de Pyongyang, tal como hicieron en los 1950, sería movilizar sus fuerzas hacia el sur y obligar al gobierno en Seúl a firmar la paz y permitir la unificación de la península bajo control del Norte. Ese fue su objetivo en 1950, cuando no esperaban que Estados Unidos acudiera a ayudar a Corea del Sur. Esta vez, sin embargo, no hay duda de que Washington está totalmente dispuesto para intervenir de inmediato en el conflicto para apoyar a Seúl.

Los refuerzos

"Estados Unidos no permitiría en absoluto que los norcoreanos tomaran el control de Seúl", le dice a la BBC el profesor Bruce Bechtol, del Departamento de Estudios para la Seguridad y Justicia Criminal de la Universidad de Angelo State, en Texas, Estados Unidos. "En la primera semana del conflicto nuestros pilotos no van a poder dormir mucho", afirma Bechtol, quien fue uno de los principales analistas de asuntos del noreste de Asia del Pentágono.

"Nuestra tarea inicial sería utilizar toda nuestra potencia aérea para impedir que (los norcoreanos) avancen, mientras esperamos que llegue el armamento pesado a la región". Los aviones de combate, explica, se encargarían de bombardear a las fuerzas norcoreanas mientras se redoblan los refuerzos de la maquinaria militar estadounidense en la región.
Mujeres norcoreanas
Mujeres norcoreanas - GETTY IMAGES - Decenas de miles de familias quedaron separadas cuando la península fue dividida, y muchos no volvieron a ver a sus parientes.

Según Bechtol, en los primeros minutos del ataque norcoreano, se enviaría a la zona el vasto arsenal estadounidense que está diseminado por el mundo.

Desde Japón hasta Texas se enviarían barcos de guerra cargados con tanques, camiones, vehículos blindados, artillería pesada y todo el material de guerra que se necesitaría para la misión.
Reunir todo este equipo militar en la península coreana podría tomar hasta tres semanas, y ese sería un momento decisivo en el conflicto. "Los norcoreanos sólo tienen entre dos y tres semanas de suministros, como municiones, alimento, combustible, etc., para librar una guerra", asegura Bechtol.

Así, explica el experto, el plan de guerra norcoreano debe ser cumplir todos sus objetivos en ese corto período de tiempo, porque después de eso se les acabaría el sustento, incluidos los alimentos para más de un millón de soldados norcoreanos.

Una vez que el arsenal estadounidense llegara a la región, su misión sería repeler a las fuerzas norcoreanas. Esta no será una tarea fácil, dice Bruce Bechtol. El ejército norcoreano hoy en día es 11 veces más grande de lo que era durante la guerra de 1950. Pero aún así, no existe ninguna duda de quién saldría victorioso.
Ejercicio militar estadounidense en Corea del Sur
Ejercicio militar estadounidense en Corea del Sur - GETTY IMAGES - En 1950 Corea del Norte pensó que Estados Unidos no se involucraría en la guerra. Esta vez no hay dudas de su participación.

Sin embargo, una vez que las unidades norcoreanas comenzaran a colapsar bajo el ataque de las fuerzas estadounidenses, las cosas podrían tornarse desastrosas. La guerra podría convertirse en un conflicto nuclear. "Cuando Kim Jong-un y sus cerca de 5.000 allegados de la elite norcoreana que lo rodea se den cuenta de que tienen poco tiempo para salir del país, no tendrían ninguna razón para no usar misiles nucleares y eliminar a varios cientos de miles de estadounidenses"

"Y ese es el escenario más probable en el que usaría el tipo de misil que los norcoreanos probaron hace unas semanas", asegura el experto de la Universidad de Angelo State. El uso de armas nucleares sería el comodín en esta guerra. Pero incluso si no se utilizan, una guerra convencional en esta región no tendría precedentes. Y veríamos una enorme pérdida de vidas. "Te voy a dar las cifras probables: entre 300.000 y 400.000 muertos en la primera semana, tanto civiles como militares", dice Bruce Bechtol. "Y quizás unos 2 millones de muertos después de tres semanas".

Pero este no sería el final. Porque en un escenario semejante, no se le permitiría al régimen norcoreano continuar y, a diferencia de la primera guerra, en este conflicto se buscaría la reunificación de la península.

La transición
Tanques surcoreanos
Tanques surcoreanos - GETTY IMAGES - Incluso si no se utilizan armas nucleares, una guerra convencional en esta región no tendría precedentes.

Pero el período más complejo y caótico en este conflicto, afirma Balbina Hwang, profesora de política y economía asiática de la Universidad de Georgetown, sería la etapa de transición.
"Y no podemos saber si Corea del Sur, por sí misma, podría ser capaz de manejarla", afirma la experta, que trabajó en el Departamento de Estado estadounidense y ha estado analizando las consecuencias inmediatas de una guerra.

"Estamos hablando de entre 60 y 70 millones de personas que intentarían movilizarse. Recordemos que la mitad de los 50 millones de surcoreanos viven actualmente en Seúl y su áreas metropolitana".
"El instinto humano es huir de los bombardeos y los proyectiles. Y a eso hay que añadir los cerca de 20 millones de norcoreanos que supuestamente serían 'liberados' y que también estarían desplazándose hacia el sur". "Entre ellos habrá gente desesperada, hambrienta y aquéllos que han sido entrenados para combatir y que estarán dispuestos a cualquier forma a sobrevivir".

Por supuesto que, como se vio tras la guerra de 1950, ambas Coreas fueron reconstruidas. Y Corea del Norte, bajo el régimen más hermético del mundo, ha logrado sobrevivir.
Kim Jong Un
Kim Jong Un - GETTY IMAGES - Bajo ataque, Kim Jong Un no tendría razones para no utilizar sus armas nucleares, creen los expertos.

Balbina Hwang cree que, a largo plazo, sería posible que ambos países lograran la reunificación. Lo que es más preocupante, dice, son los efectos a corto plazo. "El niño promedio surcoreano de 5 años es 9 cm más alto que el niño promedio norcoreano de 5 años", afirma la experta.

"No hay duda de que habría enormes diferencias: los norcoreanos son más bajos, más delgados, pero lo que es más importante, es que la malnutrición afecta el desarrollo, tanto físico como mental y emocional". "Así que no sólo estamos hablando de medidas, estamos hablando de 20 millones de personas que durante 70 años no han logrado desarrollarse tanto como sus vecinos del sur".

Y la experta concluye: "Esto tendría inmensas consecuencias en el momento de tratar de reunificar a estos dos pueblos que alguna vez fueron una sola cultura y una sola sociedad".

Este escenario, por supuesto, no incluye la posibilidad de que China o Rusia, decidieran intervenir en esta guerra. De manera que, ante la pregunta de cómo sería una nueva guerra en la península coreana, sólo una cosa es cierta: sería espeluznante.

Las represas de la vergüenza

Editorial del diario La Nación
Tras la audiencia pública realizada por resolución de la Corte, urge hacer cumplir la ley general del ambiente en el cuestionado proyecto Kirchner-Cepernic
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La semana pasada se realizó, en una de las salas del Senado nacional, la audiencia pública sobre el complejo hidroeléctrico Kirchner-Cepernic sobre el río Santa Cruz. Es la primera vez que el Congreso de la Nación desarrolla una reunión de este tipo como parte de un proceso de toma de decisiones. En realidad, más allá de las irregularidades administrativas y las inconsistencias energéticas y económicas del proyecto, el gobierno anterior había celebrado una audiencia pública en la provincia de Santa Cruz, el 9 de diciembre de 2015, veinticuatro horas antes del cambio de gobierno nacional, en la localidad de Comandante Luis Piedrabuena. Sin brindar información y con un proceso participativo vergonzoso se había aprobado un proyecto que, entre otros impactos, afectaba el lago Argentino y, consecuentemente, el glaciar Perito Moreno, aunque no se habían estudiado con seriedad y detenimiento los potenciales daños.

El actual gobierno cambió el contrato original celebrado con China durante la gestión Kirchner, recortando la obra: se pasa de 11 turbinas a ocho y la generación pasó de 1740 MW que iba a generar originalmente a 1290 MW de potencia.

Debido a las fundadas críticas de los ambientalistas y a la baja prioridad de las obras, se intentaron desviar los fondos de las represas hacia otro proyecto, pero desde Pekín advirtieron que si se cancelaba el emprendimiento exigirían la devolución de los 950 millones de dólares ya desembolsados en la gestión anterior, y se perdería la financiación para el Belgrano Cargas y para la hidroeléctrica. A partir de allí hubo que encontrar el modo de justificarlas. Nadie ignora que en el origen del acuerdo con China hubo incumplimiento de las normativas vigentes y ausencia de información, y que se favoreció a Electroingeniería, una de las empresas que más creció en la "década ganada", involucrada en varios escándalos de corrupción. Electroingeniería se presentó junto a Gezhouba Group, que aparece en un listado que publica el Banco Mundial en el área "Fraude y Corrupción". Nadie puede justificar la obra como prioritaria frente a otras alternativas más eficientes y menos costosas.

A esta nueva audiencia se llega por una resolución de la Corte Suprema de Justicia que, como consecuencia de la interposición de medidas cautelares por organizaciones no gubernamentales, ordenó realizar nuevos estudios de impacto ambiental y una audiencia ante el Congreso de la Nación. En esta ocasión pudieron exponer más de 120 personas, aunque merece señalarse el llamativo espacio brindado a funcionarios públicos, cuyo papel principal en una audiencia debió haber sido el de escuchar. La ley que rige el procedimiento establece que sólo deberían participar aquellos que intervinieron en la elaboración de los estudios, junto a organismos no gubernamentales especializados en materia ambiental, universidades, centros académicos y público en general. Es una instancia para que los interesados o afectados puedan exponer sus preocupaciones, y para que las autoridades puedan enriquecer sus conocimientos como parte de un proceso administrativo de toma de decisiones. En este caso manifestó su opinión en favor de la construcción de las represas una mayoría de funcionarios nacionales y de varias provincias como Mendoza, Neuquén y hasta de Corrientes. Casi la totalidad de ellos se empeñó en afirmar que la energía generada por las represas es renovable aun cuando nuestro régimen de las fuentes renovables de energía destinada a la producción eléctrica expresamente establece un límite de potencia para los proyectos de centrales hidroeléctricas de hasta cincuenta megavatios (50 MW).

En la audiencia se resaltaron algunos aspectos, como la falta de un estudio de impacto ambiental del tendido eléctrico, el cual resulta indispensable para ponderar el impacto que la obra tendrá sobre las aves migratorias y, en especial, el macá tobiano. Surgieron varios cuestionamientos como la actuación del subsecretario de Energía Hidroeléctrica, Jorge Marcolini, quien fue acusado de ser responsable de presentar el estudio de impacto ambiental como director de Emprendimientos Energéticos Binacionales (Ebisa) y, al mismo tiempo, de recibir el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que habilitaría la construcción de las megarrepresas en su calidad de funcionario público. Incluso se resaltó que, en el momento de publicar el estudio de impacto ambiental, Ebisa había omitido anotarse en el Registro de Consultores de Impacto Ambiental perteneciente al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Quedó de manifiesto, además, que el análisis de las cuestiones biológicas en general fue realizado en tiempos no propios de estudios de estas características y por profesionales con escasa experiencia en la temática. En particular se destacó el impacto negativo determinante para la población de la especie macá tobiano, que se encuentra amenazada, o sobre los sitios arqueológicos, algo que ha sido advertido por la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos del Ministerio de Cultura de la Nación.

En síntesis, el estudio de impacto ambiental no despejó las fuertes dudas que existen respecto de los daños que la obra producirá ni la oportunidad de ejecutarla teniendo en cuenta el costo de la electricidad generada. Tampoco resultó claro de dónde provendrán los trabajadores que intervendrán en ella ni cuántos vendrán de la provincia de Santa Cruz.

La audiencia es sólo una instancia no vinculante del procedimiento. Ahora, para una completa transparencia, y más allá de la fortísima presión China para ir adelante con el proyecto, la autoridad debe cumplir con la ley general del ambiente que claramente establece que cada una de las opiniones que se escucharon deben ser consideradas y, en la medida de las posibilidades, atendidas y respondidas. Ello no implica que todas las sugerencias formuladas durante el proceso de participación ciudadana resulten necesariamente adoptadas, sino que se garantiza que serán evaluadas y adoptadas en los casos en que se estime necesario, y fundamentadas en el caso de ser dejadas de lado.

Quizá nadie se atreve a decirlo claramente: no hay ni habrá un criterio de razonabilidad para aprobar estas represas como exige un procedimiento de impacto ambiental adecuado, sino la imperiosa y lamentable necesidad de cumplir con los inaceptables acuerdos firmados con China. Es difícil de justificar la construcción de estas represas. Quizá la reflexión debería ser ética. ¿Podremos justificar ante las futuras generaciones haber construido estas represas como consecuencia de haber firmado un acuerdo penoso?
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