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jueves, 7 de septiembre de 2017

La proxima 'fragata' Tipo 31 de la Royal Navy no es una fragata, es solo una corbeta estirada con menos capacidad

Por Robert Beckhusen - WIB (Traducción para Desarrollo y Defensa)
En 2023, la Royal Navy espera que la primera de sus nuevas fragatas de Tipo 31 golpee las olas para reemplazar al HMS Argyll, la primera de 13 fragatas de Tipo 23 programadas para comenzar a retirarse ese año, y otra para retirarse cada año hasta 2035. Los nuevos buques añadirá los barcos de guerra modernos desesperadamente necesarios a la flota agotada del Reino Unido.
La siguiente 'fragata' de la Royal Navy no es una fragata
Sin embargo, esa es la esperanza. No es realista , según funcionarios del programa citados en un informe de Defense News . El calendario comprimido probablemente retrasará el Tipo 31, y los presupuestos más peores están forzando compromisos con las armas y capacidades del buque. El resultado será una Armada Real adoptando una nave más pequeña y menos capaz de combatir que la de tipo 23, que ha servido desde los años 80 como la columna vertebral de la flota británica de caza submarina.

Hay que tener en cuenta que el Reino Unido no está reemplazando todos sus tipos 23 con tipo 31s. Gran Bretaña planea construir cinco o seis tipos 31 - el número no está claro - junto con ocho nuevas fragatas Tipo 26, que contarán con equipos dedicados a la lucha contra el submarino. Si bien la Royal Navy no ha seleccionado un diseño final para el Tipo 31, las propuestas preliminares de los constructores navales británicos quedan cortas.

Si el tipo 31 será incluso fragata apropiada está para para la discusión. Una posibilidad para la fragata es una versión estirada del buque de patrulla offshore Samuel Beckett construido por Babcock Marine, actualmente en servicio con la Armada Irlandesa. Otra es una ampliación construida por BAE de la corbeta de clase Al Shamikh en servicio con el Cutlass renombrado por Omán o una embarcación de patrulla costa afuera en el río.

BMT Servicios de Defensa debe ofrecer un nuevo diseño, el Venator-110 , que es favorecido por los oficiales de la Marina Real. Un cuarto diseño es el Proyecto Spartan de Stellar Systems, que es un distintivo por su rampa de proa - empleado para desplegar pequeñas embarcaciones - y un gran hangar para helicópteros y aviones no tripulados.
Arriba - el Venator-110. Concepto del concepto BMT. En la parte superior - el BAE 'Cutlass.' Arte conceptual de BAE Systems

Este último buque ofrece sonares equipados con remolque y casco, pero parece carecer de armas anti-submarinas dedicadas a menos que sea transportado y desplegado por un helicóptero a bordo. La fragata Tipo 23 existente tiene ese equipo, además de sus propios torpedos, misiles antibuque y un lanzador de misiles antiaire de 32 celdas.

En cualquier caso, el Tipo 31 corre el riesgo de ser superado en un conflicto del siglo XXI. Mark Stanhope, ex Primer Lord del Mar, dijo al Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes que el Tipo 31 puede carecer de capacidades antisubmarinas y sonares de gran alcance, sobre todo porque carece de una estructura construida para estar en silencio, permitiendo así a los submarinos enemigos para detectar la fragata y escapar.

Todos los diseños tentativos tipo 31 cuentan con un cañón naval. Si bien es un arma importante para la lucha contra la piratería y el apoyo de combate en tierra, la Marina Real tendrá un diseño capaz de montar un sistema de lanzamiento vertical para los misiles antiaéreos o antibuque para el Tipo 31 para soportar una gran oportunidad de lucha en el mar. Podría plausiblemente presentar alguna combinación, pero el pequeño tamaño de la nave forzará compensaciones.

La fragata será excelente en la persecución de piratas, aunque una corbeta adecuada podría hacer el mismo trabajo por menos. Si esta historia le suena familiar, se hace eco de las propias tribulaciones de la Marina de los Estados Unidos, convirtiendo el Buque de Combate Littoral en una costosa pseudo-fragata que es a la vez poco potente y dominada por los retos a los que posiblemente se enfrentará.
La fragata de tipo 23 HMS 'Kent', programada para retirarse en 2033. Foto del Ministerio de Defensa británico

"No tiene sentido tener fragatas que no sean fragatas", escribió el periodista Gabriele Molinelli en el Comentario de las Fuerzas Armadas del Reino Unido. "Si no son útiles para ASW y sólo tienen un área local básica de defensa aérea en forma ... ¿para qué son buenos? ¿Cuál es su rol y posición realistas en tiempos de guerra? ¿Cómo solucionan la escasez de buques de escolta en la Royal Navy?
"Simplemente: no hacen nada para resolver esa escasez".

El pequeño tamaño del Tipo 31 también tiene analistas preocupados de que los buques de patrulla de tamaño más alto estarán sometidos a cañonazos en comparación con un verdadero enemigo.

"Esta es, sin duda, una re-ejecución de la toma de decisiones que llevó a la adquisición de Snatch Land Rovers para el ejército británico", escribió Peter Roberts del Royal United Services Institute en marzo de 2017. "Es sin duda un vehículo que pero no era bueno para Irak, donde no protegía a los soldados británicos y causó muchas muertes y heridas a militares británicos en Irak ".

"¿Serían realmente capaces de derrotar a una embarcación explosiva no tripulada en el Golfo de Adén (como hizo recientemente la Armada Real Saudita), contra una ausencia de misiles de crucero anti-buque (como hizo la Armada de Estados Unidos el mes pasado en el Mar Rojo) enfrentar los desafíos iraníes en una travesia inocente a través del Estrecho de Ormuz o conocer a la nueva corbeta china y sobrevivir? "

La Royal Navy lo descubrirá. La flota de Gran Bretaña necesita números y no puede esperar mucho más mientras que sus naves más viejas se hacen más largas en el diente, sin embargo, existe el peligro de compensar una flota de fragatas con corbetas estiradas que son buenas para poco más que el trabajo de seguridad marítima.

El nuevo (des)orden mundial

Por Mariano Turzi - LA NACION
Para analizar las repercusiones del aumento de la beligerancia en la península coreana, veamos cuatros aspectos: datos, estrategia, actores y efectos.

Primero, los datos. Desde la primera de sus seis pruebas nucleares, en 2006, hasta hoy, Corea del Norte ha obtenido una bomba de hidrógeno, el arma con mayor poder destructivo del planeta. El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri) estimó en julio del año pasado que Corea del Norte contaba con hasta 20 ojivas nucleares. 

A mediados de año, Pyongyang desarrolló un misil balístico intercontinental. También, motores de cohetes a combustible sólido y capacidades de lanzamiento móvil, como cohetes que pueden ser disparados desde submarinos. De este modo, el régimen de Kim Jong-un se encuentra hoy en posición de alcanzar objetivos densamente poblados en la zona Asia Pacífico (Tokio, Hong Kong, Sidney). Y podría golpear Hawai o Alaska en los Estados Unidos.

Pero el dato sin estrategia es como un instrumento musical sin partitura. Pyongyang busca asegurar su propia supervivencia. Cuando, en enero de 2002, el presidente estadounidense George W. Bush se refirió al "eje del mal" integrado por Irak, Irán y Corea del Norte, Irak no tenía programa nuclear. Y fue invadido. ¿Cómo evitar una invasión similar? Profundizando la disuasión, acelerando el programa nuclear. Para sobrevivir en un mundo hostil, había que hacerse fuerte. ¿A qué costo? A cualquiera; lo que está en juego es la supervivencia. El desarme y la paz que pregona Occidente suenan en Pyongyang como debilidad y burla.

Tercero, los actores. Es demasiado simplista creer que Estados Unidos presiona a un cliente de China. Hace cuarenta años que la dinastía Kim (Kim Il-sung primero, Kim Jong-il luego y Kim Jong-un ahora) ha resistido a sus enemigos en Occidente. Ni las sanciones diplomáticas y bloqueos comerciales de la era Clinton, ni las amenazas de la administración de George W. Bush, ni los incentivos y el diálogo del presidente Obama o los ejercicios militares, cibersabotaje y retórica bíblica del presidente Trump han disuadido a Pyongyang. Pero tampoco Corea del Norte ha cedido a la persuasión o presión china. Los actores secundarios de este drama -como en una tragedia shakespeariana- son los más perjudicados. Corea del Sur, Japón y Australia se han convertido en objetivos inmediatos en caso de una escalada militar. Pero la gran perdedora es sin duda la gobernanza mundial. Las instituciones multilaterales globales como la ONU y las regionales están prácticamente ausentes como instancias para la desactivación de la escalada o para la resolución de la crisis. Los mecanismos que se diseñaron para prevenir y evitar las espirales de violencia que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial no han podido o no han sabido funcionar con la efectividad necesaria.

Cuarto, los efectos. Cualquier escalada en las hostilidades desestabilizaría la economía global en momentos en los que parece encaminarse hacia mayores niveles de recuperación y robustez. Aumentarían los niveles de riesgo a través de una mayor volatilidad en los mercados financieros internacionales y posibles cambios bruscos en el precio del petróleo. El comercio mundial se contraería por el empeoramiento en el clima de negocios, la reducción del acceso a mercados y los mayores costos logísticos que acompañan las escaladas militares. Se dispararía el riesgo de disrupción en las cadenas de valor globales por reducción de la participación de países altamente integrados en ellas, como Japón, Australia, Corea del Sur y hasta la propia China.

El balance de poder y la arquitectura de seguridad en Asia están siendo sacudidos. De Tokio a Canberra y de Manila a Singapur, los socios de los Estados Unidos calibran el nivel de compromiso de Washington para defender a sus aliados. Este cálculo se extiende hasta Taipei. En el corto plazo, países de Filipinas a Australia reclamarán algún tipo de defensa que pueda contrarrestar el nuevo poderío norcoreano. Estados Unidos podría buscar disuadir a Corea del Norte con un ataque preventivo o escudos de misiles, lo que afectaría directamente a China. También se ha abierto la puerta para una nuclearización de Japón y de Corea del Sur en el mediano plazo. De no ser suficientes la voluntad o capacidad norteamericanas, eso tendría un efecto desestabilizador sobre toda Asia, que concluirá que cada Estado debe valerse por sí mismo en este nuevo e inestable (des)orden mundial.
Director del Programa de Asia Pacífico de la Universidad Di Tella

domingo, 3 de septiembre de 2017

La fusión de la defensa y la seguridad, un imposible

Por Horacio Sánchez Mariño - Infobae.com
Los medios han dejado trascender que en algunos círculos relevantes se ha evaluado la posibilidad de fusionar los Ministerios de Defensa y Seguridad. Al respecto, caben algunas reflexiones, partiendo de la base de que la defensa es una función establecida en la Constitución Nacional que pensaron los constitucionalistas originarios y refirmaron los reformadores de 1994.

Es posible pensar en algunas ventajas, como una armonización de las iniciativas interagenciales en tareas que se pueden definir desde un órgano central. Desde el punto de vista político, presenta la ventaja de que la población, castigada por la inseguridad, podría ver un reforzamiento de la seguridad ciudadana con medios militares.

Sin embargo, es necesario evaluar otros aspectos políticos de peso. En primer lugar, la entidad resultante combinaría recursos financieros por casi 191 mil millones de pesos, más del 8% del presupuesto nacional. Sería uno de los ministerios con mayor concentración de recursos después de Trabajo y Seguridad Social. En los hechos significa un crecimiento burocrático monumental, parecido a los entes soviéticos, más que una moderna racionalización del Estado.

Es llamativo el modo de razonar de funcionarios que habitualmente declaman toma de decisiones racionales. La investigación ha demostrado que la racionalidad en las decisiones políticas está fuertemente influenciada por factores ideológicos, emocionales y personales. Demasiado se ha hablado del desarrollo de la política del kirchnerismo y su fuerte sesgo antidefensa para repetirlas aquí. La idea de racionalidad de la disciplina organizacional indica que ante un problema se plantean posibles soluciones y, con objetividad, se elige la que soluciona el asunto con mayor eficiencia. Varios autores demostraron que esto no siempre sucede así.

Justificación

La justificación de la medida es la necesidad de disminuir el déficit fiscal. Sin embargo, las funciones de ambos ministerios son diferentes y, a menos que sea una fusión simbólica en los puestos más altos, cualquier intento por unificar áreas tan disímiles implicaría un aumento de los gastos para desarrollar una nueva reingeniería institucional. Además, en el contexto estratégico, que es el ámbito donde debe evaluarse la defensa, no hay un criterio fuerte que justifique la fusión, más allá de lo presupuestario.

En un momento crítico de la seguridad ciudadana, donde las soluciones deben ser perentorias, la creación de esta nueva organización llevaría mucho tiempo. Generaría problemas a los actores de coordinación básica, en áreas dispersas geográficamente, con procedimientos burocráticos distintos y con plantas de personal cualitativamente diferentes. Un proceso como este exige un período de planificación y ejecución de por sí muy extenso, a menos que se quieran repetir las improvisaciones de la administración anterior. Al mismo tiempo, se generarían potentes resistencias de ambas burocracias ministeriales y grupos sindicales.

Las demandas sociales de seguridad y defensa son de muy diferente naturaleza. La demanda de seguridad se manifiesta en el corto plazo y tiene que ver con la supervivencia de los individuos. La demanda de defensa, mucho más difusa, hace a la supervivencia del Estado, se manifiesta en el mediano y largo plazo. En la competencia de agendas, la más perentoria arrastrará a la estructural, se perderá así presupuesto para las tareas de defensa y se correrá el riesgo de la transformación de las Fuerzas Armadas en guardias nacionales, sin medios disuasivos. Este peligro se viene denunciado desde hace décadas, que elementos de las Fuerzas Armadas sean reubicados junto a las fuerzas de seguridad. Este es el modelo del Comando Sur de los Estados Unidos.

Al mismo tiempo, la concentración de todo el poder físico del Estado en una sola cabeza puede ser riesgosa políticamente. Frente a cualquier reclamo corporativo, no se contará con un backup al que acudir como último recurso. Basta recordar los sucesos de Córdoba con la huelga de la policía provincial y el daño ocasionado no sólo a la gente sino también a la institucionalidad y la política.

Si bien la iniciativa puede tener buena recepción en la opinión pública, la separación entre Defensa y Seguridad ha regido desde 1988, generando modelos de organización y decisión completamente separados. La fusión pone en duda la identidad de cada uno, explícitamente diferenciados en el marco jurídico vigente, producto de un profundo consenso legislativo en el inicio de la era democrática. Unificar los ministerios no va a cambiar esta separación si no se cambian las leyes. El Partido Radical, miembro de la alianza de gobierno, que ha sido uno de los fundadores de la tajante separación entre Defensa y Seguridad, seguramente hará oír su voz para evitarlo.

Política exterior

No hay antecedentes de ningún país de la envergadura de Argentina que haya resignado cubrir la función defensa a través de una organización ministerial. Desde el punto de vista de las relaciones entre Estados, afectará severamente la representación argentina, en tanto en muchas oportunidades deberá interactuar con ministros de otros países un funcionario con rango de secretario. Ello derivará en que los países envíen funcionarios de segundo nivel a interactuar con nosotros.

Asimismo, implica suponer que la guerra es una situación de nula probabilidad de ocurrencia, en un contexto internacional que muestra exactamente lo contrario, la guerra se extiende como nunca. En un momento de alta incertidumbre, el reequilibrio entre las grandes potencias implica un posible involucramiento de medios militares. Se lesionará, en consecuencia, la envergadura estratégica y el prestigio remanente que el mundo sigue reconociendo a Argentina, en espera de una recuperación de sus capacidades materiales.

La actual competencia interhegemónica involucra el acceso a los recursos naturales y a los bienes comunes globales, aspectos en los que la Argentina tiene una importante participación, que debería ser correspondida con capacidades militares acordes. Como ha dicho alguna vez el ex ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, hay que tener un sistema de defensa fuerte para, en algún momento crucial de la historia, poder decir que no.

Finalmente, desde el sentido común puede vislumbrarse que fusionar ministerios no implicará en sí mismo ninguna reducción. Será más fácil, por el contrario, racionalizar las unidades por separado, eliminar el inmenso aparato burocrático heredado, con secretarías y subsecretarías creadas con criterios clientelísticos. Recordamos al pasar algunas oficinas de Defensa donde se gastaron millones de dólares para recorrer festivales de cine. No hay una superposición de funciones que amerite una fusión y desde hace décadas el empleo de las fuerzas de seguridad y de las Fuerzas Armadas tiene una identidad diferente.

El autor es doctor en Ciencia Política (USAL), magíster en Ciencias del Estado (Ucema). Licenciado en Ciencia Política (UBA), licenciado en Estrategia y Organización (IESE). Profesor de la Universidad del CEMA y de la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas (ESGC).

Un vuelo clandestino atravesó 600 kilómetros de espacio aéreo argentino durante 3 horas sin que nadie pudiera evitarlo

Por Fernando Morales - Infobae.com
El 20 de agosto los radares detectaron un "tránsito aéreo irregular", pero la Fuerza Aérea no cuenta con aviones capaces de responder en a tiempo
La trayectoria del vuelo ilegal registrada por los radares, hasta que le perdieron el rastro en los Esteros del Iberá
La trayectoria del vuelo ilegal registrada por los radares, hasta que le perdieron el rastro en los Esteros del Iberá

El 20 de agosto pasado, a media tarde, las alarmas se encendieron cuando un TAI (Tránsito Aéreo Irregular) surcó por tres horas unos 600 kilómetros del espacio aéreo argentino con total impunidad. El hecho, celosamente mantenido en reserva por la autoridades de la aviación civil (EANA/ANAC), fue dado a conocer a Infobae por una alta fuente del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Mientras las autoridades realizaban tareas rutinarias de control de tráfico y a plena luz del día, una aeronave no identificada ingresó procedente de Paraguay y con rumbo sur-este. A una velocidad de aproximadamente 200 kilómetros por hora, el vuelo clandestino cruzó por la provincia de Chaco, continuando sobre la provincia de Corrientes y se perdió su rastro a la altura de los Esteros del Iberá: por su trayectoria, se estima que la máquina se adentró en el estado brasileño de Rio Grande do Sul.

"Estamos acostumbrados a este tipo de detecciones, pero esta llama la atención por dos motivos. En primer lugar porque volaba a 6000 pies (unos 2000 metros), lo que demuestra que no intentaba esquivar los radares, y en segundo lugar por la impunidad con la que cruzó unos 600 kilómetros del espacio aéreo argentino", indicó uno de los operadores del sistema de control consultado por Infobae.
 
En el momento de los hechos, la Fuerza Aérea tenía apostados en Posadas (Misiones) dos interceptores turbohélice "Pucara": del análisis de la situación efectuada por las autoridades a cargo del control aéreo, se determinó que la interceptación no sería factible, por lo que solo quedó adoptar una actitud pasiva frente a una clara violación de la soberanía aérea del País.

Si bien Argentina no cuenta con una ley de derribo de aeronaves no identificadas que, luego de reiteradas advertencias se nieguen a aterrizar, lo que sí se encuentra plenamente vigente es un protocolo de interceptación de vuelos furtivos. Esta tarea se realiza en general con los ya mencionados Pucará, más aviones Pampa y Tucano. Pero según varios pilotos consultados, los tres tipos de máquinas adolecen de severas limitaciones de velocidad para la tarea.

"Un clásico Lear Jet de uso ejecutivo desarrolla hasta 900 km/h mientras que un Pucará apenas alcanza los 500. Para hablar seriamente de interceptar deberemos contar con máquinas supersónicas que alcancen cuando menos los 2000km/h", explicaron fuentes de la Fuerza Aérea a Infobae.


Interceptar no es derribar

Cuando un avión ingresa al espacio aéreo nacional y es detectado por algún radar de los que integran el denominado "Operativo Frontera", las autoridades militares cruzan la información con el Comando Aeroespacial de Defensa ubicado en la localidad de Merlo (provincia de Buenos Aires). Si no existe correspondencia entre la aeronave detectada y los planes de vuelo autorizados por las autoridades de aviación civil, la Fuerza Aérea está facultada para, sin mediar la intervención judicial, interceptar el aparato en vuelo.

Una vez que se tiene la certeza que se está en presencia de un "TAI", el jefe de servicio de turno habilita el despegue de los aviones interceptores, cuya misión es posicionarse a la par de la aeronave sospechosa e intentar entablar contacto radial. En caso de lograrlo, se le informa que está sobrevolando de manera ilegal el espacio aéreo nacional, y se le indica que debe aterrizar o abandonarlo. En forma simultánea, se toman fotografías del infractor con el propósito de detectar su matrícula para la posterior intervención judicial y notificación a los organismos aéreos internacionales. En ningún caso los interceptores se encuentran artillados.

El hecho de que finalmente la aeronave en cuestión se haya "esfumado" de la pantalla de los radares cuando todavía sobrevolaba el territorio nacional permite inferir que aún falta mucho en materia de control con radares. Una calificada fuente de la aviación militar explicó que "los radares instalados actualmente son 3D, es decir que captan altura, azimut y distancia. Hay radares en Tartagal, Ingeniero Juárez (Formosa), Las Lomitas y San Pedro. Todos estos son de producción nacional, de INVAP. Luego hay un radar en Resistencia y otro en Posadas de origen español y un radar de origen estadounidense montado en la localidad de Saenz Peña, también en la provincia de Chaco. Cada uno de estos radares tiene un rango de cobertura de 200 millas (unos 330 kmts.)". En virtud de la baja  altura en que normalmente vuelan los aviones de los narcotraficantes, se hace imprescindible colocar más radares para que no queden puntos ciegos en la detección.

Pocas aeronaves e inadecuadas para la tarea

No es un secreto que la Argentina no cuenta con una flota de aviones acorde al espacio aéreo a defender. Actualmente el país encara la compra de tres escuadrillas (12 unidades) de aviones tipo "Texan". Pero según fuentes aeronáuticas consultadas, estas aeronaves si bien son aptas para entrenamiento adolecen por su tipo de propulsión (turbohélice) de las mismas limitaciones que las actuales para la interceptación: su baja velocidad.

Con un costo mucho mayor –siempre según el decir de expertos en la materia– la solución radicaría en adquirir unidades F5 o F16, tal como tienen los países vecinos.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Finanzas, negocios y terrorismo

Imagen relacionadaPor DARÍO TROPEANO (Rio Negro.com)

Durante los últimos 4 meses casi no habíamos vuelto a escuchar sobre Estado Islámico (EI). 

Ha sido borrada su existencia de la agenda que manejan los grandes medios de comunicación, a excepción de los recientes atentados. Lo que no se ha divulgado es una reciente investigación ya extendida por diversos medios del mundo de baja penetración, por cierto. El laureado periodista Thierry Myssan ha realizado un informe que especifica la creación y financiamiento de EI, lo cual no era desconocido entre los líderes de la mayoría de los países, y por los grandes grupos económicos globales. Desde estas páginas nos referimos a la vinculación directa de parte del sistema financiero con el lavado de dinero de actividades ilegales (“La Lavandería: sistema financiero y dinero blanco” 8/4/13) pero la realidad avanza superando situaciones inimaginables.

La creación de EI ha tenido participación directa de los Estados Unidos e Inglaterra, lo cual está bien documentado en ese informe y otros (las declaraciones del agente de inteligencia disidente de los EE. UU. Edward Snowden así lo acreditan; ver también Levitr Matthew IHS Defense, Risk and security consulting, Washington Institute Septiembre 2012).

La operación de envío de armas al ISIS en Irak y Siria, para derrotar a dichos regímenes políticos –el segundo de ellos férreo opositor de Israel– fue coordinada y monitoreada por el exdirector de la CIA en el gobierno de Obama –premio Nobel de la Paz–, el general David Petraeus. Luego de su renuncia al cargo en 2012 pasó a integrar el directorio de un enorme grupo de inversiones de los EE. UU., KKR & Co.LP, que se publicita en la página web de la empresa.
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Desde allí continuó ejecutando las entregas de armas, incluso en la actual administración de Trump, a través de las petromonarquías árabes (los Emiratos Árabes, Qatar, Arabia Saudita), para evitar que el gobierno de los EE. UU. no tuviera que rendir cuentas ante el Congreso de este país. La libertad de tráfico aéreo de vuelos oficiales que tienen los países (se utiliza a algunos de ellos para evitar la intervención directa a las naciones que dirigen las operaciones) facilitó la entrega de material bélico y asesores militares.

Desde Nueva York se coordinaron vuelos “diplomáticos” –que no pueden ser sometidos a controles aduaneros– de compañías aéreas estatales de Azerbaiyan y Bulgaria, con armamento para EI cuyo destino final eran los aeropuertos de las petromonarquías referenciadas, e incluso Turquía.

La asistencia militar se completó mediante envíos navales desde Italia y Rumania con destino a Jordania y Arabia Saudita, donde luego se distribuían mediante vuelos irregulares en territorios ocupados por EI.

El informe indica que las camionetas artilladas Toyota blancas de EI que veíamos en los medios de comunicación fueron adquiridas en la cantidad de 1.000 por una empresa de Arabia Saudita, principal implicada en los atentados del 11/9/2011 por el Congreso de los EE. UU., que adquirió a este último hace pocos días u$s 100.000 millones de dólares en armamento.

El apoyo financiero a EI se realizó a través de bancos internacionales con sedes en Dubai y los Emiratos Árabes (¿sabían que Dubai no tiene petróleo ni gas a pesar de su riqueza ofensiva?).

El informe del 2012 del subcomité de investigaciones del Senado de EE. UU. revela el papel del banco HSBC como lavador internacional del dinero proveniente del narcotráfico y el terrorismo, incluidas sus sedes en Arabia Saudita y Dubai.

El periodista Michele Steimberg (“Executive Intellingence Review”, Nº 39, 2009) afirma que desde los bancos de Dubai se han organizado operaciones financieras de terrorismo en Medio Oriente, siendo el centro regional del lavado del opio de Afganistán.

Volviendo al informe del Senado sobre HSBC, el exfiscal y abogado de los EE. UU. John Titus en su película “Todos los hombres del pleno” muestra una carta remitida por el ministro de Economía de Inglaterra el 10/9/2012 al presidente de la Reserva Federal de los EE. UU., donde lo amenaza veladamente si se procesa a los directivos del HSBC en el marco de las investigaciones en curso.

Las mezcla de finanzas, negocios y política alcanzan un juego que va más allá del dinero.

Desde el 11 de septiembre de 2001 en que se produjeron los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York han muerto en Medio Oriente cerca de 3 millones de personas y se han destruido cinco países.

*Abogado y docente en la Facultad de Economía de la UNC

Qué hacer ante el narcoterrorismo, el relato y sus consecuencias

Por Grl Br (R) José Luis Figueroa - Infobae.com
Los argentinos sufrimos en estos años las consecuencias de la inseguridad. Nuestras familias son desgarradas por la muerte de abuelos, padres e hijos víctimas de la delincuencia. La situación económica y social, la degradación cultural y la desintegración de los valores de la sociedad fomentan y facilitan la delincuencia.

Los niveles de inseguridad, violencia y barbarie están íntimamente ligados con el narcoterrorismo; millares de jóvenes argentinos queman su cerebro y su alma con estupefacientes. El mundo de la droga es un disparador de la violencia más irracional.

Cada día se decomisan escandalosas cantidades de drogas, pero no debería quedarse en la acción comunicacional. Estos procedimientos, lejos de ser una consecuencia exitosa en la lucha contra la droga, demuestran el aumento del consumo y el tráfico, negados durante más de una década.

Argentina decidió enfrentar el narcotráfico como un problema de índole policial circunscrito al ámbito de la seguridad interna de las personas. En este difícil problema existen dos actitudes. Por un lado, la negación: se carece de una visión estratégica para interpretar y entender el problema en su verdadera dimensión. El narcoterrorismo es una agresión externa a nuestra república, originada en otros Estados por organizaciones supranacionales, muchas veces vinculadas con algunos gobiernos, con los criminales y los corruptos que aprovechan las facilidades y la inoperancia para enfrentarlos.

Otra actitud es dejarse vencer por el miedo. La mezquindad política prevalece sobre el coraje para destruir el relato de excluir a las Fuerzas Armadas de la vida del Estado, privando a la sociedad de organizaciones con capacidades extraordinarias para cooperar en la lucha contra el narco, para blindar la frontera nacional contra esta flagrante agresión externa.

El Estado emplea las fuerzas de seguridad y policiales aisladamente, en compartimentos estancos, sin un comando centralizado en el nivel de las operaciones, en cuatro líneas de acción. Primero, la protección de la frontera de la penetración de la droga como si sólo fuese un problema de contrabando de perfumes. Segundo, la lucha interna contra el narcoterrorismo, donde el decomiso de grandes cantidades de droga es positivo, pero descubre el fracaso de la seguridad en las fronteras. Tercero, la seguridad policial normal y rutinaria de toda sociedad, donde los ciudadanos han cambiado los hábitos más sencillos de vida para protegerse de delincuentes, la mayoría de las veces afectados por estimulantes. Finalmente, la seguridad de objetivos estratégicos como usinas nucleares y represas, entre los que se suma la seguridad a eventos como la reunión del G20, que, como vimos en Alemania, es un evento afectado por amenazas internas y externas.

El narcotráfico no se gesta en bandas enquistadas en barrios carenciados que se matan en los estacionamientos de los centros de compras. El narcoterrorismo tiene su origen en otras naciones, donde está la alta conducción criminal cobijada en los pliegues corruptos del mismo Estado. Desde Venezuela, Colombia, México, Bolivia, Paraguay se trafican monumentales cantidades de droga que impactan como misiles sobre nuestra población o transitan por nuestras rutas o puertos hacia otros puntos del planeta. En todos los casos, nos señalan una agresión externa que penetra por nuestras fronteras y golpea violentamente a nuestra sociedad. Esta agresión socava los cimientos más sólidos y altera la forma de vida de los argentinos.

Los argentinos debemos entender que se trata de un problema geopolítico y requiere una solución integral, que incluye la atención psicológica de los adictos, el apoyo socioeconómico de los sectores más vulnerables, el incremento del control fiscal financiero y una visión amplia de la seguridad de las personas y la defensa del Estado.

Enfrentar esta amenaza ha puesto de manifiesto el valor y la decisión del Presidente de combatir al narcotráfico; para concretarlo debe empeñar todos los componentes y las potencias del Estado. Para ello es preciso que la clase política lo acompañe y se busque el consenso de la mayoría para recuperar la vigencia de la ley de defensa nacional.

Este instituto fue trabajosamente logrado durante la presidencia del doctor Alfonsín, en el marco de un gran acuerdo político. Con aciertos y errores, en el artículo 2 se estableció que las Fuerzas Armadas debían repeler toda agresión externa. Para que esto pueda realizarse se debe reemplazar el decreto reglamentario 727 elaborado durante la gestión de la ministra Nilda Celia Garré. Ese decreto modifica la ley, limita el empleo de las Fuerzas Armadas sólo para agresiones de Fuerzas Armadas de otros Estados, situación de escasa probabilidad de ocurrencia en la actualidad. El resultado es la dilución de las capacidades estatales para defenderse.

Un nuevo caballo de Troya que cobija fuerzas violentas ha ingresado a nuestra nación, que abrió las fronteras al narcoterrorismo. El resultado es la destrucción del futuro de nuestros jóvenes. Nos preguntamos quién descuidó la defensa y la seguridad del Estado y permitió introducir este nuevo caballo de Troya. La responsabilidad recae en la visión ideologizada de la seguridad y la defensa nacional de la anterior administración, que desembocó en una actitud permisiva sumamente peligrosa, basada en la negación del problema.

Es hora de dar vuelta la página y a partir de la experiencia y los errores de los años setenta, estrechar filas. Sin temor, desde la legalidad y con una visión geopolítica del problema, el poder político del Estado debe conducir la lucha contra este flagelo. En lo que respecta a la seguridad y la defensa, lo más lógico sería utilizar los recursos militares para la coordinación estratégica operacional de esta lucha. Esto hoy no existe y es necesario coordinar operaciones militares para cerrar la frontera a la penetración de la droga, con los operativos policiales y de seguridad en el interior, para derrotar las mafias narcoterroristas. Esta tarea exige poner en valor a las Fuerzas Armadas y la elaboración de reglas de empañamiento claras, respaldadas jurídicamente y desideologizadas.

Hay problemas que requieren estadistas con valor y coraje, que logren consensos y tomen decisiones correctas, apartados de los vaivenes electorales. La droga es uno de ellos, hay miles de jóvenes niños y familias víctimas de la droga. Se ha perdido demasiado tiempo y vidas por especular políticamente con este flagelo. Es hora de la acción política sin miedo.

martes, 29 de agosto de 2017

Así sería el enfrentamiento entre portaviones de EEUU y China

(Sputnik Mundo) - Business Insider analizó cómo se desarrollaría un posible conflicto armado entre los portaviones de Estados Unidos y China. "No es ningún secreto que las tensiones entre China y EEUU respecto al mar de China Meridional y Taiwán están aumentando", consideró el medio.
Además, Business Insider recordó las declaraciones de Rex Tillerson, secretario de Estado de EEUU, en las cuales el alto cargo del Gobierno norteamericano sugirió la posibilidad de un bloqueo —lo que puede ser considerado un acto de guerra— contra el país asiático.

Business Insider consideró que en el caso de un enfrentamiento entre las flotas de EEUU y China en el Pacífico occidental, el país norteamericano probablemente tendría ventajas en lo que se refiere a poder naval. Sin embargo, China tiene suficientes activos terrestres en la región para compensar esa diferencia, apuntó el medio.

El conflicto comenzaría probablemente con un "error inocente" durante una operación de libertad de navegación conducida por la Armada de EEUU, como el despliegue previsto del USS Carl Vinson. El portaaviones se dirige al mar de China Meridional acompañado de dos destructores —USS Wayne E. Meyer y USS Michael Murphy— y el buque de crucero USS Lake Champlain.
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Por otro lado, China tiene su portaviones Liaoning desplegado desde finales de 2016 en el mar de China Meridional. El grupo naval del buque posee tres destructores lanzamisiles guiados, dos fragatas de misiles guiados, una corbeta antisubmarina y un buque de aprovisionamiento logístico.

"Si las dos Fuerzas entrasen en conflicto, el lado estadounidense gozaría de una ventaja inicial a pesar de la superioridad numérica china. Eso se debe a que el ala aérea embarcada del portaviones de Estados Unidos es mucho más poderosa que la de China", destacó el medio.

Según el medio, el Liaoning cuenta con un ala de 13 cazas J-15. Sin embargo, esos aviones no pueden volar con la capacidad máxima de armas y combustible debido al sistema de aterrizaje y despegue del portaaviones que no es totalmente compatible con las aeronaves.

Por su parte, EEUU cuenta con cerca de 34 cazas F/A-18 Hornet, apoyados por cuatro E-2C Hawkeye —avión de alerta temprana— y por algunos EA-18G Growler —aeronave adaptada para la guerra electrónica—.Resultado de imagen para EA-18G Growler

En dicho escenario, "las fuerzas norteamericanas probablemente aniquilarían a los chinos", según Business Insider. Sin embargo, el medio destacó que EEUU necesitaría que todo ese poder de fuego siguiera disponible para lograr derrotar a los otros buques del grupo naval del Liaoning.

En teoría, EEUU probablemente lograría destruir a la flota china aunque perdiese algunos Hornets durante el proceso. Sin embargo, la flota estadounidense luego   tendría que retirarse, ya que los aviones y misiles chinos de las islas Spratly y Paracelso podrían atacarla en prácticamente cualquier parte del mar de China Meridional.

"El grupo naval [del portaviones USS Carl Vinson] simplemente no tiene el poder de fuego para intentar contrarrestar los ataques de las islas y los arrecifes militarizados de China", apuntó el medio.

Según Business Insider, si de hecho hay armas desplegadas en dicha islas y arrecifes, "no hay ningún lugar en el mar de China Meridional por donde el portaviones de EEUU pueda pasar sin ser forzado a defenderse". "Si una batalla de este tamaño tuviera lugar, seguramente sería el comienzo de una guerra a larga escala", concluyó el medio.

miércoles, 23 de agosto de 2017

Israel y el agua

Por Mario Montoto - Infobae.com
El problema hídrico, en todas sus formas, es uno de los grandes temas de la actualidad. No escapan a él los países en vías de desarrollo, pero tampoco las potencias más avanzadas. Para mal, la cuestión del agua es un gran igualador mundial.
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Nuestro país, a pesar de su gran riqueza natural, sufre también esta problemática. Hay zonas donde el agua es escasa todo el año; otras regiones, en cambio, tienen una variabilidad de precipitaciones que determinan estaciones húmedas y secas muy marcadas, que hacen difícil el acceso al recurso hídrico de manera constante.

También vivenciamos el otro extremo, el exceso de agua. Lamentablemente, en los últimos años, nos acostumbramos a sufrir grandes inundaciones y terribles aludes con mucha frecuencia. Enormes superficies cultivables totalmente anegadas generan la escasez de alimentos y el aumento en sus precios.

Sudamérica tiene, en valores medios, más cantidad de agua por habitante que la que se registra en otros continentes, pero aun así hay regiones donde escasea y donde se presentan dificultades geográficas para hacer llegar el recurso hídrico con facilidad y de manera segura a la población.
Si tenemos en cuenta que un kilo de bife requiere de 15.400 litros de agua, que construir un auto demanda 400.000 litros, o que una taza de café conlleva 130 litros en todo su proceso de manufactura, nos daremos cuenta de que el sistema está lejos de ser sustentable. Es posible que la escasez de agua no se dé en todos lados, pero en el corto plazo no quedará nadie sin padecerla, tanto por sus consecuencias directas como por las indirectas.

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Una de esas consecuencias que acarrea la falta de agua está relacionada a la energía que alimenta el desarrollo de nuestras sociedades. Vivimos en tiempos de crisis energética, lo sabemos. Pero ¿somos conscientes de la cantidad de agua que demanda la creación de energía en sus formas tradicionales? Ni qué decir la tecnología del fracking, hoy tan en boga por la explotación del yacimiento de Vaca Muerta. Esta técnica necesita miles de litros de agua para quebrar las grandes rocas subterráneas que acumulan el gas y el petróleo. Agua que, además, queda contaminada.

De esta forma, un panorama de mayor sequía equivale a menor energía (o más costosa) y, por ende, a menor crecimiento económico.

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Si de alto consumo de agua hablamos, a nivel mundial, el mayor se hace a través del riego; en términos globales, se calcula que un 70% del agua se utiliza para regar. De hecho, en Argentina, la actividad agroindustrial, una de las principales fuentes de riqueza para el país, está poniendo en riesgo ciertos aspectos que hacen al recurso del agua. El avance de la frontera agrícola está generando una sobreexplotación de los acuíferos naturales en aquellas regiones que, paradójicamente, más lo necesitan. Tal es el caso de las economías regionales de Cuyo o del Noroeste argentino.

En ese sentido, cabe destacar el concurso organizado por la Cámara de Comercio Argentino Israelí, la Embajada de Israel en la República Argentina y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, los Israel Innovation Awards. Esta iniciativa que se viene realizando desde algunos años busca identificar proyectos argentinos innovadores en diferentes materias. En 2017, los Israel Innovation Awards ponen foco en desarrollos relacionados a la agroindustria, con especial énfasis en la tecnología del agua. Los ganadores son vinculados con las empresas israelíes que trabajan en temáticas afines para potenciar los procesos de innovación y desarrollo de forma bilateral.

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Un capítulo aparte constituye la calidad del recurso hídrico. Numerosas localidades necesitan tratar el agua, ya que por sus componentes no se presenta apta para el consumo humano. Ni qué decir de la problemática de la contaminación de las napas que afecta a grandes centros urbanos y a las localidades rurales expuestas a los agrotóxicos.

No es en vano recordar, una vez más, la contaminación que sufrió la cuenca Matanza-Riachuelo, o la de los ríos Luján y Reconquista, y que afectó en forma directa a la población con menos recursos.

Siguiendo el caso particular de Argentina, nuestro país está ubicado entre los que tienen mayor déficit en la provisión de agua potable. La cifra aumenta en todo lo referido al saneamiento. Otra característica es la disparidad manifiesta dentro de nuestro mismo territorio, donde hay un elevado porcentaje de personas que no tiene agua por red ni desagües cloacales.

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En ese marco, no podemos dejar de recordar que el Cono Sur cuenta con la tercera reserva de agua subterránea del planeta, el Acuífero Guaraní, compartido por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, que ocupa una superficie total de 1,2 millones de Km2, a una profundidad de entre 50 y 1800 m. El volumen de agua acumulada se calcula en alrededor de 37.000 Km3.

En un mundo de 7000 millones de habitantes y desplazamientos masivos de personas, no es errado pensar en que contar con este recurso tan básico como fundamental se hace estratégicamente indispensable. Por ello reservas como las del Iberá en Argentina, con aproximadamente 1.300.000 hectáreas de humedales y hogar de 125 especies de peces, 40 de anfibios y 60 de reptiles, se convierten ejes para la construcción de nuevas hipótesis de conflicto entre estados para un futuro próximo.
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Ni qué hablar de los glaciares, principales reservorios de agua dulce del planeta. Algunos de los más importantes del mundo se encuentran en nuestro país. Cabe señalar que el progresivo aumento de la temperatura media del planeta por el fenómeno del cambio climático afecta directamente a estas formaciones: la mayoría de los glaciares se encuentran en franco retroceso.

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En fin, el desafío es amplio. Hay formas diversas de encarar estos problemas, ninguna de ellas es sencilla y todas involucran cuestiones de índole económica, social y de impacto ambiental. Todo este contexto no hace sino aumentar el carácter estratégico que el agua siempre tuvo. Históricamente, fue base fundamental de civilizaciones y no pocas guerras se libraron por territorios fértiles y bien irrigados.

Desde la editorial Taeda y la revista DEF venimos trabajando estos temas desde hace 12 años. Publicamos en numerosas ocasiones completos informes de tapa con la voz de diversos especialistas en la materia. Buscamos acercar al gran público los debates más importantes en torno al agua: desertificación, contaminación, defensa de los recursos naturales, por nombrar solo algunos de ellos.

Cabe destacar el concurso de tesis originales e inéditas organizado por la Fundación Taeda, mediante el que se premió a trabajos académicos que estudiasen diferentes aspectos del cuidado de los recursos naturales; entre ellos, el agua. Los trabajos ganadores fueron publicados y presentados ante la prensa, despertando un gran interés.

En esa misma línea, estamos presentando en estos días el libro El Agua, de Seth Siegel, abogado, activista, escritor y emprendedor norteamericano. La obra es la traducción al español del best seller del New York Times, Let there be water, donde se narran las soluciones que encontró Israel para sus problemas en temas hídricos. Esta edición en español lleva el prólogo del embajador de Israel en Argentina, Ilan Sztulman.

No se trata solo de un planteo intelectual para conocer cómo hizo esta pequeña nación para convertirse en una de las potencias más desarrolladas del mundo entero a pesar de sus suelos áridos, sino que El Agua se convierte en una herramienta práctica para cambiar el panorama hídrico actual del mundo y de la región.
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No en vano Israel recibió en estos días la visita del primer ministro de la India, Narendra Modi, interesado por tecnologías de desalinización y potabilización de aguas. En una imagen más que elocuente, se pudo ver al premier israelí Benjamin Netanyahu junto a Modi visitando una playa, mojando sus pies en el Mediterráneo y compartiendo una copa de agua fresca recién desalinizada del mismo mar en que acababan de bañarse.

Argentina conoce bien la tecnología israelí aplicada a riego. Existen varios proyectos en el país que utilizan procedimientos de ese origen. Aún así, no se está aprovechando todo lo que Israel tiene para brindar. Una buena oportunidad puede ser la próxima Water Technology & Environment Control (WATEC Israel 2017), que se llevará a cabo en Tel Aviv en el 12 y el 14 de septiembre próximo. En esta importante exhibición se puede tomar contacto con las más avanzadas tecnologías de manejo y solución hídrica.

¿Qué mejor para nuestras economías regionales que inspirarse y aprender a manejar el escaso recurso acuífero para potenciar sus productos? ¿Quién no querría en aquellos pueblos azotados por la progresiva desertificación conocer más sobre el proceso de la desalinización? ¿Cómo pueden hacer los grandes centros urbanos para tratar sus aguas y no contaminar las napas que posibilitan su crecimiento? ¿De qué manera pueden cuidar los reservorios aquellas regiones donde abunda el recurso?

Es tiempo de pensar de manera seria todos estos temas. Fuimos bendecidos con una tierra rica en recursos y posibilidades. Es nuestra responsabilidad no derrocharlos, sino más bien, potenciarlos para un desarrollo que sustente el porvenir de las generaciones venideras. Veamos el ejemplo de la querida tierra de Israel. Nunca es tarde para mejorar en esta cuestión esencial para la humanidad de cara a un futuro más que cercano.

Por Mario Montoto - Presidente de Taeda Editora

viernes, 18 de agosto de 2017

La industria indefensa (II)

Por Carlos de la Vega  - Agencia TSS
El Gobierno autorizó la compra de aviones y buques militares con financiamiento externo, que compiten con productos ya disponibles o que podrían fabricar empresas como FADEA y el astillero CINAR. La decisión pone en jaque el futuro de las industrias aeronáutica y naval en la Argentina.

El 31 de julio de 2017, mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 595/2017, el Poder Ejecutivo realizó una serie de modificaciones al Presupuesto nacional. En la planilla anexa al Artículo 2 del DNU se autorizan importantes compras militares a través del mecanismo de toma de créditos en moneda extranjera. 

Entre ellas, figuran la adquisición de patrulleros oceánicos (OPV por sus siglas en inglés) para la Armada Argentina (ARA) por 362 millones de euros y la compra de aviones Beechcraft T-6 Texan II para la Fuerza Aérea Argentina (FAA) por 160,4 millones de dólares. En estas operaciones se pretende adquirir en el exterior productos similares a los que ya producen, o tienen en proyecto, dos de las principales empresas industriales para la defensa del país: el astillero CINAR (Complejo Industrial Naval Argentino) y FADEA (la Fábrica Argentina de Aviones “Brigadier San Martín”). La importación de estos artefactos implicaría que no se produzcan en el país y proyectaría un futuro incierto futuro para estas dos empresas, además de la pérdida de una oportunidad histórica para incrementar las capacidades tecnológicas y la autonomía militar de la Argentina en lo aeronáutico y lo naval.

Oportunidad perdida

CINAR es el resultado de la fusión de los astilleros Tandanor y “Almirante Storni” (antigüo Domecq García). En 2007, la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, encaró la recuperación de estos dos establecimientos tras la ruinosa privatización del primero y el desguace del segundo en los noventa. Tandanor tenía una larga experiencia como astillero de reparaciones pero el nuevo conglomerado que nacía con CINAR poseía una potencialidad mucho mayor: la de construir buques. Para eso, se requería incorporar capacidades de ingeniería de desarrollo y de detalle que no estaban presentes en los astilleros fusionados. Una de las maneras para conseguir estas capacidades era encarar un proyecto de construcción con la asistencia técnica de una empresa que ya tuviera estos conocimientos, y para ello se eligió a los POM (Patrulleros Oceánicos Multipropósito).

Estos buques fueron pensados para reemplazar a las obsoletas unidades del tipo aviso de la ARA en la tarea del patrullaje de la Zona Económica Exclusiva del mar bajo jurisdicción argentina. Se trataba de navíos de 1.800 toneladas, con una eslora (largo) de 80,6 metros, una manga (ancho) de 13 metros y una velocidad máxima de desplazamiento de 21 nudos.

El diseño fue comprado al astillero alemán Fassmer a través de ASMAR (Astilleros y Maestranza), empresa de la Armada de Chile. Fassmer había concebido y elaborado el diseño del buque pero no había construido ninguno, sino que se lo vendió a ASMAR, quienes fabricaron hasta el presente cuatro unidades para la Armada chilena. Con la adquisición de la ingeniería básica de los POM en 2004, ASMAR obtuvo también la licencia para su venta a otros países. Ante esa posibilidad, en 2007, el Ministerio de Defensa argentino adquirió del astillero trasandino el diseño de Fassmer por 2,7 millones de euros y se acordó que, cuando se iniciara la construcción de los buques locales, especialistas chilenos asesorarían en la ingeniería de diseño, detalle y construcción. De este modo, CINAR podría capacitar a su personal en estas disciplinas y equiparse con los elementos necesarios para afrontar en el futuro por sí sólo el diseño y construcción de buques complejos.


Patrullero Océanico Multipropósito de la Armada de Chile (denominación de la categoría en Chile, Patrullero de Zona Marítima), “Piloto Pardo”, construida con el diseño de Fassmer. Fuente: Armada de Chile.

El inicio de la construcción de cuatro de estos patrulleros se demoró y en 2010 estalló en Alemania un escándalo por el pago de coimas en el extranjero que implicó a Fassmer. Según lo establecido por la fiscalía de Munich, el gigante industrial germano de la maquinaria pesada y el sector naval Ferrostaal habría usado a Fassmer para triangular el pago de sobornos en varios países del mundo con el propósito de conseguir contratos.

Algunos medios de comunicación intentaron usar esta información para establecer un vínculo entre la adquisición de la ingeniería de los POM por parte del Gobierno kirchnerista y los sobornos de Fassmer, pero lo cierto es que el Ministerio de Defensa argentino no había negociado esta compra con el astillero alemán directamente sino con ASMAR, que no estaba involucrada en las denuncias.

De todas maneras, en un intento por evitar que el escándalo alemán fuera usado políticamente, el proyecto de los POM se paralizó y no volvió a ser reactivado. Perdida esa oportunidad, la noticia de que el Gobierno nacional desea comprar los patrulleros en el extranjero implicaría que aquella iniciativa pierda total sentido, justo cuando CINAR incorporó buena parte de las capacidades de ingeniería que el proyecto POM requería tras la reparación y modernización del rompehielos ARA “Almirante Irízar”. En otras palabras, cuando el astillero se encuentra maduro para enfrentar un desafío de este tipo, que implicaría un nuevo salto cualitativo en sus capacidades tecnológicas y un reaseguro económico, el propio Gobierno lo privaría del contrato.

La sombra de los Texan

Los Beechcraft T-6 Texan II que pretende comprar el Gobierno son aviones de entrenamiento militar básico-avanzado de origen estadounidense con algunas capacidades para combate, en lo que se denomina “apoyo cercano”. Casualmente, ambas destrezas se superponen con las capacidades de dos aviones producidos por FADEA: el legendario IA-58 Pucará y el entrenador avanzado IA-58 Pampa. En este último caso, la historia con la aeronave estadounidense es bien paradójica.

El Texan II es la versión de la norteamericana Beechcraft-Textron del PC-9 de la suiza Pilatus, aeronave que compitió con el Pampa en el concurso internacional JPATS (Joint Primary Aircraft Training System), lanzado por la Fuerza Aérea y la Marina estadounidenses para renovar su flota de aviones de entrenamiento militar a principios de los noventa. El Texan II fue el ganador de aquel concurso y el Pampa había calificado para la última etapa de la evaluación, pero la Fuerza Aérea Argentina (FAA) se presentó al concurso asociada en Estados Unidos con la empresa Vought —cuya matriz era el grupo LTV Aerospace, que entró en concurso de acreedores durante el proceso de selección—, lo que sacó de competencia al avión argentino.
 
Los Beechcraft T-6 Texan II que pretende comprar el Gobierno son aviones de entrenamiento militar básico-avanzado de origen estadounidense.

Las capacidades de patrullaje y combate del Texan II tienen bastante en común con las del Pucará, avión que dejó de producirse en los años ochenta pero cuyos ejemplares en servicio están desde hace seis años en proceso de remotorización y modernización. El diseño del Pucará no posee actualmente en el mundo rival en lo que hace a disponer de un avión fuerte, fácil de mantener y de operar para tareas de patrullaje e intercepción de aeronaves pequeñas en zonas alejadas de los centros urbanos y con pistas no acondicionadas. Precisamente, lo que requiere la lucha contra el narcotráfico en el norte argentino.

El Pampa, por otro lado, es un avión concebido en los ochenta pero vigente, que ha sido sometido también a un amplio proceso de modernización, tanto de su motorización como de su aviónica (electrónica de vuelo), dando origen al Pampa III, cuya producción en serie debería haber comenzado hace un par de años.
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La adquisición de una aeronave con gran parte de las capacidades y características de dos de los principales y únicos productos operativos de FADEA los tornaría innecesarios y dejaría a la fábrica cordobesa en una situación de virtual inutilidad en su aspecto productivo, quedando relegada a un mero taller de reparaciones. La FAA planea adquirir 24 Texan II, de los cuales cinco ya han sido comprados. Con mayor y menor sutileza, en los últimos años la FAA ha obstaculizado la remotorización de los Pucará a fin de que la baja de este avión sea la excusa para salir a comprar otras aeronaves nuevas, como ocurrió con la desprogramación de los Mentor y la adquisición de los Grob 120 TP. Como se desprende de lo sucedido con estos y otros proyectos, la FAA no parece ser una gran defensora de la  industria nacional.

Los afectados

TSS se comunicó con CINAR y FADEA para conocer su opinión sobre las compras habilitadas por el decreto presidencial. La oficina de prensa del astillero respondió en un escueto correo electrónico: “Respecto del proyecto para la construcción de OPV, Tandanor cuenta con capacidad instalada y mano de obra calificada para este tipo de emprendimientos. Un claro ejemplo de las capacidades residentes en el CINAR es la reconstrucción y modernización del rompehielos Almirante Irízar”.
El astillero CINAR incorporó buena parte de las capacidades de ingeniería que el proyecto POM requería tras la reparación y modernización del rompehielos ARA “Almirante Irízar”.

En FADEA se considera que los Texan no son una amenaza para sus productos. En diálogo telefónico, Sebastián Ugarte, gerente de Comunicación y Relaciones Institucionales de la empresa, afirmó: “En primer lugar, vamos a separar al Pucará ya que es un avión que tiene muchos años y el proyecto de la remotorización es complejo y hoy está en análisis si es viable o no, producto de que los componentes que luego se necesitan hay que ver si existe posibilidad de obtenerlos para hacer el mantenimiento de flota. Con respecto al Pampa, es un avión [para entrenamiento] básico-avanzado. Es un avión turbofán y los Texan comprados son aviones [para entrenamiento] básico, turbohélices, no jet. No competirían con el Pampa. De hecho, actualmente estamos en producción de tres Pampa III para la FAA. En ese punto no habría una superposición sino un complemento”.

Futura deuda

Resultado de imagen para TR-1700El DNU N° 595/2017 prevé que estas compras sean financiadas mediantes préstamos, es decir, deuda externa, cuyo incremento desde que Mauricio Macri asumió la presidencia ha sido exponencial. Y en esto hay que tener presente a Grecia. Según algunos cálculos, cerca del 26% de la deuda externa pública que hundió a ese país en los últimos tiempos fue producto de la compra de armamento, principalmente a Alemania y Francia. 

En el caso de la Argentina, una parte significativa de los 9.690 millones de dólares debidos al Club de Paris, que recién comenzaron a pagarse en julio de 2014, provenía de los préstamos contraídos para la construcción del antiguo astillero Domecq García y la compra de los cuatro submarinos TR-1700 que proveería la alemana Thyssen, dos de los cuales se fabricaron en su país de origen (el ARA “Santa Cruz” y el ARA “San Juan”) y los otros dos, que debían producirse en el país, nunca llegaron a hacerse.

La compra de armamento a través de la toma de deuda externa, en el contexto de un frenesí de este comportamiento como el que protagoniza actualmente el Gobierno, no implicaría solo la destrucción de capacidades tecnológicas e industriales nacionales en el sector de la defensa, sino que podría terminar siendo una ruinosa hipoteca para toda la sociedad.

domingo, 13 de agosto de 2017

La historia juega a los dados con nuestro destino

Jorge Fernández DíazPor Jorge Fernández Díaz - La Nación
Mi padre era un caballero asturiano que pecaba por su excesiva corrección: expurgaba cuidadosamente del lenguaje las malas palabras y el doble sentido, y sólo podía ser agresivo en extrema defensa propia.

Una tarde, al volver del fútbol, me trajo dos muñecos entrelazados que representaban jugadores de San Lorenzo y de Huracán; un mecanismo básico permitía que el primero sodomizara al segundo. El regalo, por su violencia y su obscenidad, me dejó helado: yo tenía cerca de diez años, miré a mi padre como si fuera un desconocido y me pregunté en qué se convertía aquel hombre cuando iba a la cancha, afición muy ocasional que sólo compartía con ciertos amigos. 

La experiencia enseña que personas racionales y pacíficas suelen transfigurarse en verdaderos energúmenos al calor de un partido, y que gente apocada lanza en las gradas y plateas toda clase de insultos y amenazas aberrantes. Algo de ese fanatismo patotero, algo de esa pasión turbia y fundamentalmente frívola, una chispa de esa bronca visceral pero plana brilla por la división política dentro de las redes sociales, donde unos y otros se prometen el infierno. 

Afortunadamente, en la vida real la mayoría de ellos sería incapaz de llevar a cabo esas intimidaciones anónimas o grupales, esos augurios feroces y delictivos. La grieta es una pulseada demente y ciega, que degrada a todos por igual, y que se parece asombrosamente a la escaramuza futbolera. El acalorado debate intelectual para dirimir si la Argentina reconstruye un populismo autoritario o inaugura una democracia republicana es todo lo contrario: una discusión esencial para nuestro destino que de ningún modo puede ser acallada o eludida, y en ella el corte no resucita la clásica dicotomía de peronismo y antiperonismo, puesto que muchísimos devotos de Perón se ubican hoy en las dos veredas en pugna.

La persistente queja de que se han estado cavando trincheras de odio similares a 1955 proviene ahora del peronismo clásico, y suena a truco viejo y a impotencia. El truco busca una vez más escamotear la chance de que haya una evaluación seria y completa de los veinticuatro años de gestión justicialista, puesto que la curva de su derrotero gestionario muestra el tremendo declive nacional. Que pícaramente nadie quiere asumir como propio ni como un todo: menemistas, duhaldistas y kirchneristas pretenden no haber integrado la misma fuerza que privatizó a mansalva, devaluó a destajo y saqueó a conciencia. Este balance negativo es tachado inmediatamente de "neogorila": nadie podría acusar a los críticos del radicalismo o del socialismo santafecino de antirradicales o de antisocialistas, y esta permanente amenaza de estigmatización que produce incluso inhibiciones en cualquier comentarista independiente prueba hasta qué punto el peronismo logró colonizar la opinión política y esterilizar sus objeciones.

Otra peligrosa zoncera mascullada entre dientes por el peronismo tradicional se refiere al escándalo que le provoca un nuevo revisionismo histórico: esta corriente inorgánica no viene contaminada por las ideologías y está echando luz sobre la mismísima actuación de Perón a lo largo de sus dos primeros gobiernos, durante su exilio franquista y, principalmente, en los años 70, cuando la administración justicialista perpetró crímenes de lesa humanidad por los que nunca pagó. Curiosamente, los peronistas le adjudican con rencor a Mauricio Macri estas revelaciones librescas, sin entender además que Pro es desdichadamente un partido posmoderno sin conciencia ni preocupación histórica. Aunque tiene en su seno, vale decirlo, a delfines peronistas y se propone después de octubre tejer un gran acuerdo de fondo con los referentes genuinos del PJ.

El lamento peronista es un chantaje que esconde en su interior estos dos reproches implícitos: no revisen globalmente nuestra gestión y no exhumen los antiguos pecados de nuestro líder; si persisten en esa senda, estarán trabajando para la discordia de los argentinos. El mensaje revela hasta qué punto son refractarios a la autocrítica, y por qué no han logrado en consecuencia una renovación, un nuevo rumbo y un liderazgo consistente. Hoy resulta mucho más interesante discutir con el cristinismo que con dirigentes híbridos sin brújula ni convicciones.

Por estas horas, y ante la inminencia de una buena performance electoral de Unidad Ciudadana, esos mismos dirigentes pretenden instalar la ocurrencia de que Cristina Kirchner resucitó merced a quienes nunca dejamos de refutar sus argumentos. La reconstruimos por el simple método de nombrarla. Esto no es cierto: basta releer las encuestas de hace un año para comprobar que la imagen y la intención de votos de la arquitecta egipcia son hoy exactamente las mismas que entonces. El razonamiento intenta deslegitimar el hecho de que la Pasionaria del Calafate representa, nos guste o no, a un sector considerable del electorado y que puede capitalizar una parte del voto castigo contra un ajuste que ella misma provocó pero que Macri debió instrumentar. Y busca borronear también que el peronismo es inocente de no haber sabido desplazarla durante todo este tiempo.

Al igual que Cristina, soy hijo de una antigua familia asturiana en cuyo seno se hablaba bable, fui víctima del bullying en el colegio y me costó mucho integrarme en esta sociedad donde nos sentíamos extranjeros. Para hacerme rápidamente argentino, me volví peronista, algo que disgustó muchísimo a mi padre. Afirma Luis Alberto Romero que ese proceso de asimilación y arraigo a través del nacionalismo ha sido muy habitual en muchos inmigrantes de distintas generaciones y países: el peronismo brindaba aquí un intangible certificado de pertenencia. Mis padres provenían de la hambruna de la posguerra civil española y arribaban en 1947 a la Tierra Prometida de Perón. Quienes duden de los avances sociales que se produjeron en aquella época sólo deben leer la obra clásica de Romero: Breve historiacontemporánea de la Argentina. En ella pueden verse también las zonas siniestras y sus grandes camelos, inspirados mayormente en las experiencias de Mussolini. Los libros, los viajes, la madurez y un balance severo del desempeño de este movimiento durante la era fundada por Alfonsín me alejaron hacia una socialdemocracia desarrollista sin partido; un alma en pena, como diría Sarlo. Si viviera mi padre, un republicano español, seguramente estaría más de acuerdo con esta adscripción solitaria.

La radicalización del kirchnerismo, que en lugar de copiar lo mejor del partido de Perón calca lo peor, le agrega la tara setentista y asume propósitos bolivarianos, constituye una peligrosa tendencia que prefigura un régimen de partido único donde se disloca la economía y se combate a cualquier disidente. Cómplice principal de esta patología resulta el justicialismo bonaerense, que es la mismísima negación de aquella evolución de los años 40: convirtió su bastión histórico en el distrito más pobre del país, la mitad de su población trabaja en negro, el 60% carece de cloacas, dejó un Estado inútil y colapsado, alimentó a la policía mafiosa y permitió que el narcotráfico se adueñara de los territorios. El peronismo, en tanto fuerza dinamizadora y progresista, nos traicionó. Y aun así su reconfiguración es imprescindible para crear un nuevo sistema de partidos políticos. Cuando sea más interesante discutir con los peronistas clásicos que con los cristinistas, esa meta se habrá logrado. Y la Argentina quizá tenga entonces una verdadera oportunidad.

lunes, 7 de agosto de 2017

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos sigue matando silenciosamente al avión A-10

Por Dan Grazier - War is boring (Traducción Desarrollo y Defensa)
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos está realizando un gran espectáculo de publicidad para su inminente Light Attack Experiment, también conocido como OA-X . Oficialmente, este experimento a pequeña escala está destinado sólo a demostrar las capacidades de cuatro aviones ligeramente armados de bajo costo, disponibles en "tiendas", contra enemigos ligeramente defendidos como el Estado Islámico o los talibanes.
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos sigue matando silenciosamente la A-10
El general David Goldfein, jefe de estado mayor de la Fuerza Aérea, planea asistir este verano, cuando el A-29 Super Tucano, el AT-802L Longsword, el Textron Scorpion y el AT-6 Wolverine competirán para convertirse en el más nuevo avión de la flota.

Del reciente bombardeo mediático para el experimento de este verano no está saliendo de la nada. Durante más de dos años, los oficiales del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y otros han estado sentando las bases para el programa de ataque liviano, alabando sobre una compra de 300 aviones de ataque ligero para aliviar la costosa carga de costos operativos de los A-10, F-16 y F-15 que actualmente están volando misiones de ataque en entornos permisivos de defensa aérea como Siria, Irak y Afganistán.

Respondiendo al estímulo de la Fuerza Aérea, tres contratistas de defensa - Sierra Nevada, Textron y Beechcraft - iniciaron campañas de publicidad y cabildeo para sus respectivas ofertas para sus aeronaves de ataque ligero. En febrero de este año, el general Goldfein pidió un suplemento de 8 millones de dólares para acelerar su recién anunciado experimento de ataque ligero para que pudiera tener lugar este verano.

Un mes más tarde, el senador John McCain, un republicano de Arizona, publicó su plan de defensa "Restaurando el Poder Americano" de 2017 que abogaba por la compra de 300 OA-X. El mes pasado, su Comité de Servicios Armados del Senado autorizó un aumento de 1.200 millones de dólares en el presupuesto de 2018 para iniciar la contratación OA-X, aunque este dinero depende del improbable final del corte de recursos presupuestarios.
Un piloto A-10 en Afganistán. Captura de la Fuerza Aérea

Abrazando el ataque ligero por razones políticas

Es bastante extraño ver a la Fuerza Aérea tomando un interés en la velocidad baja, turbopropulsores baratos y aviones con turbofan, sobre todo a la luz de haber matado un programa casi idéntico OA-X en 2008. Hay buenas razones para creer que sus esfuerzos para financiar los $ 150 millones del F-35 y $ 550 millones del B-21, y el ahora el reciénte interés de la Fuerza Aérea en $ 20 millones de OA-X no es realmente para ahorrar al contribuyente unos dólares de horas de vuelo.

En cambio, el entusiasmo oficial por los OA-X parece ser la nueva arruga de la campaña de la USAF para cerrar la flota A-10 y aplastar para siempre el concepto de una fuerza dedicada de apoyo aéreo cercano con pilotos verdaderamente expertos.

De acuerdo con varias fuentes dentro de la Fuerza Aérea, el servicio aéreo avanzará con las pruebas de ataque ligero y eventualmente seleccionará una de las células para la adquisición. La adquisición de la OA-X seleccionada se arrastrará a lo largo de los años. Mientras tanto, la Fuerza Aérea solicitará el permiso para deshacerse de números cada vez mayores de A-10 para liberar fondos para comprar el nuevo avión, utilizando la justificación de que hace que el A-10 sea redundante.

Los A-10 serán enviados al "deposito" de donde serán rápidamente desechados, asegurando de esta manera que nunca más podrán ser puestos nuevamente en servicio. Una vez que el fallecimiento del A-10 sea un hecho consumado, el programa de ataque ligero será cancelado en silencio. Esto puede parecer bastante complaciente, pero la Fuerza Aérea ha intentado repetidamente deshacerse de la A-10 y de la misión de apoyo aéreo cercano sólo para ser frustrada por la presión pública y los mandatos del Congreso.

Esto encaja perfectamente con la realidad que se despliega a medida que la Fuerza Aérea recurre cada vez más a A-10 al cortar deliberadamente la producción de alas de reemplazo necesarias para extender la vida A-10 a los años 2030, mantenimiento. A pesar de que estas palabras están siendo escritas, la Fuerza Aérea está desmantelando los últimos 20 restantes intactos A-10Cs, usando como excusa la falta de alas de reemplazo en producción.
A-10 en Afganistán en 2009. Foto de David Axe

Un ejercicio en duplicidad

En septiembre pasado, la Secretaria de la Fuerza Aérea, Deborah James, anunció que, por deferencia a los mandatos del Congreso, la Fuerza Aérea retrasaría por años el retiro de la A-10. Para octubre de 2017, dijo el general Ellen Pawlikowski, jefe del Comando de Material Aéreo, el A-10 sería "otro avión que estamos sosteniendo indefinidamente".

En febrero de 2017, Goldfein dijo a Business Insider que la A-10 era segura hasta 2021 . En los meses siguientes, otros generales anotaron declaraciones igualmente tranquilizadoras. Ni el secretario ni los generales se molestaron en mencionar que en septiembre, al comienzo de este "crescendo" de garantías, la Fuerza Aérea ya había terminado deliberadamente el contrato para volar los A-10 con sólo 173 conjuntos de alas. La opción del contrato para rearmar el resto de la flota de 9 escuadrones y 283 aviones, con una solución que prolonga la vida, esencial para cumplir con el mandato del Congreso de 2017 de mantener 283 Warthogs volando.

Luego, que en un Comité de Servicios Armados de la Cámara celebrado en junio, cayo un mazaso. En el proceso de tranquilizar al comité sobre el futuro de la A-10, el Teniente General Arnold Bunch dejó escapar que la Fuerza Aérea planeaba sostener 6 escuadrones de A-10. La representante Martha McSally, una republicana de Arizona y piloto retirado del A-10, capturó algo que el resto del comité perdió. Seis escuadrones A-10 son tres menos que los nueve que ahora vuelan. En otras palabras, la Fuerza Aérea tenía la intención de cortar en silencio tres escuadrones.

En un seguimiento de la Solicitud formal de información, McSally pidió a la Fuerza Aérea que detallara cómo, si recibían fondos del Congreso. El cuartel general de la Fuerza Aérea respondió  que estaban presupuestando para mantener solamente 173 A-10s - es decir seis escuadrones - en servicio hasta 2030. 

La respuesta de la Fuerza Aérea RFI continúa diciendo que la mayoría de estas alas de reemplazo que llegan lentamente serán innecesarias debido a que sus A-10 receptores habrán sido reemplazados, presumiblemente por F-35s. En otras palabras, el liderazgo de la Fuerza Aérea está tan decidido a deshacerse de los A-10 que, aunque se proporcionen fondos no estarán dispuestos a mantener a los A-10 volando - desafiando directamente la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2017 , Que prohibió a la Fuerza Aérea utilizar cualquier dinero para retirar cualquier A-10.

Una amenaza mortal

En el año 2017, el Congreso también ordenó a la Fuerza Aérea que presentara un informe sobre cualquier déficit de apoyo cercano al F-35 que pueda ser descubierto durante las inminentes pruebas de despegue operacional F-35 / A-10 antes de que el servicio considere retirarse más A-10 . Estas pruebas, si se completan de manera tan realista como se planea actualmente, determinarán si el F-35 es tan efectivo en el combate como el A-10.

Esto es de gran importancia para el programa F-35 porque el desempeño de un apoyo aéreo cercano o mejor que las aeronaves heredadas es uno de los requisitos contractuales clave de todo el programa F-35 y porque el NDAA ordenó que no se aceptaran A-10 sustituidos hasta que el F-35 demuestre por lo menos la capacidad igual de apoyo cercano. Debido a la limitada capacidad de carga del CAS, la mala maniobrabilidad a baja velocidad, el corto tiempo de espera, las grandes deficiencias de los cañones y la alta vulnerabilidad al fuego en tierra, la prueba de despegue probablemente demuestre que el F-35 es significativamente inferior A la A-10 para la misión CAS.

En vista de este peligro evidente, los líderes de la Fuerza Aérea han estado negando la necesidad de esta prueba en particular y la lentitud de la entrega de células instrumentales esenciales y equipos de alcance, claramente con la esperanza de que la prueba pueda estancarse o cancelarse. El ex jefe de personal de la Fuerza Aérea y el actual director de Northrop Grumman , Mark Welsh, descartaron las pruebas como un " ejercicio tonto ".

La larga batalla de Close Air Support

El desprecio de la Fuerza Aérea por la cercana misión de apoyo aéreo estuvo en claro durante una audiencia de octubre de 2015 cuando el teniente general Christopher Bogdan dijo que no quería ir que volara el A-10 volar, prefiriendo probar el F-35 "en un entorno operacional realista para la misión CAS que la Fuerza Aérea pretende que el F-35 realice". Esa afirmación va perfectamente con la cultura de indiferencia, de larga data, profundamente arraigada, a un estrecho apoyo dentro de las altas filas de la Fuerza Aérea, una cultura que data mucho antes de la Segunda Guerra Mundial.

Casi nada podría ser más irrelevante que la forma en que la Fuerza Aérea "pretende" llevar a cabo un apoyo aéreo cercano. Cualquier preferencia de la Fuerza Aérea con respecto al apoyo aéreo cercano viene un segundo distante, nebuloso a las necesidades de las tropas que luchan en la tierra. Las necesidades dictadas por el combate real en tierra son el verdadero punto crucial del debate de apoyo cercano, algo que la Fuerza Aérea oficial ha estado ansiosa por reprimir desde los primeros días del Cuerpo Aéreo del Ejército.

Ahora tenemos un siglo de evidencia de que casi todos los oficiales generales de la Fuerza Aérea no tienen ningún interés real en la misión de apoyo aéreo cercano y son activamente hostiles a la adquisición de aviones dedicados y de misión única. Desde los días de Billy Mitchell y Giulio Douhet , los famosos publicistas y teóricos del poder aéreo de los años veinte, los aviadores han estado trabajando para convencer a los políticos que si sólo se les diera el dinero suficiente para comprar una fuerza de bombarderos lo suficientemente grande como para asegurar Victoria de los cielos sin prestar ninguna ayuda de las fuerzas terrestres.

En verdad, la idea de que la Fuerza Aérea ganó su independencia, que el bombardeo aéreo solo puede ganar guerras, ha sido probada una y otra vez . Sin embargo, en lugar de adaptarse a lo que realmente funcionaba en combate, la Fuerza Aérea persiste en sus esfuerzos por organizarse y equiparse como si los últimos 100 años de historia militar no existieran.

Esa historia es muy clara acerca de lo que realmente funcionó en estrecho apoyo de las fuerzas terrestres. Los logros históricos de combate de un estrecho apoyo están bien documentados. Entre ellos están las brillantes contribuciones de los P-47 de los Generales Elwood Quesada y Frederick Weyland al bombardeo de los Terceros y V Ejércitos a través de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. La acción de los primeros Corsair de la Brigada Provisional de la Marina, cuya extraordinaria integración táctica con los infantes de marina terrestres fue fundamental para evitar el colapso del flanco izquierdo del perímetro de Pusan ​​durante la Guerra de Corea.

De los pocos escuadrones A-1 que salvaron varios cientos de campos de las Fuerzas Especiales e innumerables patrullas de largo alcance de ser invadidos en las selvas de Vietnam. De los 144 A-10 que destruyeron más blancos tácticos que el resto de los 1.900 combatientes de la coalición de la Guerra del Golfo. Y de los diminutos escuadrones de A-10 desplegados en Afganistán, Irak y Siria que han salvado a los estadounidenses y sus aliados durante 15 años en cientos, si no miles, de los "peligrosos" combates.

El elemento común crítico de estos logros de apoyo cercano - aparte de los aviones adecuadamente armados, maniobrables y resistentes - es que para cada uno de estos éxitos en combate los pilotos responsables fueron intensamente entrenados para la misión primaria de apoyo a las tropas terrestres. Desafortunadamente, debido a la falta de esa prioridad en tiempo de paz de la Fuerza Aérea para un apoyo cercano, esa capacitación tuvo que ser obtenida en combate - un lugar más costoso y peligroso para entrenar - para las tres guerras antes de la Guerra del Golfo.

Pero la Guerra del Golfo marcó un cambio histórico: por primera vez, la Fuerza Aérea entró en una guerra con un grupo de expertos de apoyo cercano, pilotos y controladores directos. La simple razón era que la Fuerza Aérea tenía ahora en inventario una flota de aeronaves de apoyo especial de misión, la aeronave A-10, y los pilotos y controladores de tierra singularmente enfocados en esa misión. Esto en contraste con el programa tradicional y preferido de entrenamiento de la Fuerza Aérea multimisión, un enfoque que invariablemente relega un estrecho apoyo a la prioridad más baja.
Un A-10 en la revisión en 2007. Foto de Bryan William Jones

Para demostrar el sincero compromiso de la Fuerza Aérea de mantener un apoyo cercano durante el año pasado, un "desfile de generales" -incluyendo el pasado y el actual jefe del Estado Mayor y el comandante del Comando de Combate Aéreo- han promocionado el triple enfoque de la Fuerza Aérea para un estrecho apoyo: 
- Mejora y mantenimiento de la A-10.
- Lanzamiento del avión de ataque ligero OA-X, y / o configuración de los requisitos para un nuevo AX-2 fuertemente armado que continue el accionar de los A-10.

Dado el actual estrangulamiento logístico de la flota A-10, sabemos que el primer objetivo está lejos de ser perseguido. El segundo objetico,  la aeronave OA-X, según los expertos y la evidencia disponible, está destinado a una corta vida después de que tenga éxito como excusa para deshacerse de A-10.

En cuanto a la existencia de un AX-2 especializado en misiones CAS y reemplazo del A-10, el jefe de Personal en la Semana de la Aviación arroja un cubo de agua fría en ese tercer objetivo. En esa entrevista Goldfein ignora las claras lecciones de un combate de apoyo cercano desde la Segunda Guerra Mundial hasta Siria, minimizando explícitamente la plataforma de la misión única de la CAS y la necesidad de contar con un piloto especializado mientras discurre extensamente acerca de futuras discusiones de sobre "familias de sistemas", "Close-Air del siglo XXI "y" moviéndonos hacia adelante en nuevas formas de hacer negocios ".

Para las tropas cuya vida depende de la misión de apoyo aéreo - y para aquellos que están de acuerdo con ellos que la Fuerza Aérea está obligada a dar al soldado un apoyo cercano al menos tan bueno como el A-10 en cada guerra futura-. Pero, los deseos de los actuales líderes de la Fuerza Aérea son claros. Apoyar a la aeronave OA-X y permitir que la Fuerza Aérea reduzca el mantenimiento de la flota A-10 permitirá a los generales eliminar todos los A-10 en un plazo de 10 años.

Eso matará permanentemente cualquier posibilidad de una mejor fuerza de apoyo terrestre con A-10 operada por una comunidad continua de pilotos y controladores que son verdaderos expertos en proveer el apoyo cercano de primera clase. Las tropas que tienen que luchar la próxima guerra lo harán sin un apoyo aéreo efectivo y efectivo. Tendrán que luchar más duro para asegurar sus objetivos y serán más vulnerables a ser superados en situaciones en las que otros refuerzos en tierra están demasiado lejos.

Esta es la razón por la cual cualquier observador prudente del Pentágono debe ser extremadamente sospechoso de los motivos de la Fuerza Aérea detrás del programa OA-X . Simplemente no encaja. Entonces, ¿qué está pasando realmente?
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